El pintor Antonio López inaugura el museo ‘El arte de Valduero’

El pintor Antonio López visitaba ayer las Bodegas Valduero. Una visita en la que Yolanda y Carolina García Viadero, propietarias de Valduero, junto a su padre Gregorio García, creador de la bodega, acompañaron al artista en un recorrido por las instalaciones. El pintor recordaba, nada más entrar en el espacio, la primera vez que tuvo que pintar un vino. «Fue un blanco y no fue difícil captar la transparencia y el color pajizo», aseguraba.El artista, que fue presidente del jurado de la segunda edición del concurso ‘Valduero con las Bellas Artes’ se paseó por las bóvedas de la bodega hasta descubrir el museo ‘El arte de Valduero’, donde firmó una placa conmemorativa para inaugurarlo.Durante el paseo entre las barricas transformadas en obras de arte por alumnos de Bellas Artes, el artista se paraba ante el primer premio del certamen, una barrica conceptual que esculpe una fusión entre madera y aros de metal y de la que el pintor comentó es «una creación muy escénica» y recordaba que votó por ella porque «aún siendo conceptual respeta el punto de partida, la barrica».Tras visitar el museo, el artista firmó la tapa de la barrica que ha ‘criado’ sus 300 botellas personalizadas y se emocionó al contemplar los Magnum de Valduero, una cepa con su nombre en la etiqueta. «Mucha suerte, muchas gracias», reza ya en la barrica formada por el artista, quien de esta forma entra a formar parte de la exclusiva membresía de la que ya son socios nombres como Plácido Domingo, Mario Vargas Llosa, Matías Prats, Vicente del Bosque, Ana Rosa Quintana o Martín Berasategui.Posteriormente y subiendo gruta arriba, hacia la Tenada de Valduero, López descubría lo que calificaba como «las vistas más bonitas de la Ribera del Duero», el viñedo de Valduero. Un momento que el pintor, natural de Tomelloso, aprovechaba para confesar que «se crió entre bodegas y viñas» y por eso tiene «un gran respeto al vino y a la tierra».

la sobremesaTras un almuerzo típico castellano con lechazo y vino de la bodega, Antonio López reflexionaba sobre su vista. «El museo es realmente precioso, sin pretensiones de comparación con cualquier otro porque es único; con obras de arte que no se pueden encontrar en otro lugar y con una puesta en escena sensacional».A lo largo de la charla de sobremesa, el pintor aseveraba a sus 81 años que «la palabra viejo no está en mi vocabulario, no me veo viejo, siempre estuve con los que sabían más que yo, que a su vez eran más mayores yo, y tampoco hoy los veo viejos». «Nunca pienso en la muerte, no soy consciente de la vejez porque vivo conectado a un presente muy activo», aseguró con una joven sonrisa que acababa por confirmar que la genialidad y el talento ganan la batalla al tiempo.