La banda sonora original

Cantando unidos transcurrió una de las citas multitudinarias de la segunda jornada de las fiestas de San Pedro y San Pablo. Es el momento del Himno a Burgos, un ejercicio de burgalesismo con música de la Banda Ciudad de Burgos y la voz de la Federación de Corales junto al público congregado frente al Arco de Santa María.Hace ya 91 años que se canta esta pieza que resulta un orgullo para los burgaleses y, por ello, es uno de los actos imprescindibles. Buena parte de los corporativos del Ayuntamiento con el alcalde, Javier Lacalle, a la cabeza, y también el presidente de la Diputación, César Rico, participaron de este cántico que se nutre de las voces de los cientos de vecinos anónimos que no dudan en entornar el «salve tierra sagrada de mis amores».El canto del himno cuenta con la participación, ya imprescindible, de la Asociación de Personas Sordas, Aransbur, que nuevamente interpretó en lengua de signos el himno. Si cantado resulta bonito, visto en lengua de signos e interpretado por este grupo de niños resulta, si cabe, más entrañable.También el grupo de clarinetistas ayuda a incrementar la belleza de la composición, cuya música proviene del maestro Rafael Calleja y cuya letra procede de Marciano Zurita.Este acto que apenas dura diez minutos comenzó puntual a las 14.00 horas. La comitiva institucional llegó instantes antes precedida por Los Gigantillos y ya esperaban cientos de burgaleses tanto al sol como a la sombra deseosos de unir sus voces. El canto del himno se repite en otros momentos de las fiestas, por ejemplo, el viernes tras la proclamación de las reinas en la Plaza Mayor. En todo momento se canta desde el respeto y la adoración por el «tesoro bendito» que es Burgos.