El Correo de Burgos

LABORAL

El incremento de la actividad económica minimiza los ERE

En lo que va de año se presentaban 23, la mayoría de suspensión, que afectaban a 411 trabajadores

Imagen de una manfifestación del Primero de Mayo de este año.-ICAL

Imagen de una manfifestación del Primero de Mayo de este año.-ICAL

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L. B.
Burgos

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Los ERE se suben a la ola de la recuperación. En su caso, el incremento de la actividad económica y por ende productiva se traduce en un descenso que si bien no es novedoso, pues la tendencia a la baja hoy más que constatada se iniciaba tras el apogeo inaudito que tocó techo en 2012, sí alcanza en la actualidad mínimos reseñables.

En concreto, en la primera mitad del año en curso se registraban en la provincia 23 expedientes de distinta naturaleza, en su mayoría de suspensión, que afectaban a 411 empleados.

La comparativa con las cifras acumuladas en el semestre inicial de 2016 evidencia el desplome, pues ya entonces se consideraba que los ERE tocaban fondo con 43 expedientes que implicaban a 488 trabajadores. Además, tales datos permiten constatar que es entre enero y junio cuando se concentra el mayor número de procedimientos ya que el dato total del año pasado ascendía a 716 afectados en 73 ERE.

De repetirse el ‘reparto’ 2017 cerrará con un mínimo histórico, en el extremo opuesto de los 528 expedientes y 8.950 empleados ‘regulados’ hace un lustro, en pleno azote de la crisis económica.

Desde aquel momento la estadística comenzaba una curva descendente en principio de leve inclinación, al pasar en 2013 a 412 procedimientos y 4.539 implicados, y después en caída libre, al reducirse apenas un año después, en 2014, a 204 ERE y 2.367, lo que supuso un recorte de más del 60% en el número de expedientes y de más del 70% en la cifra anual de asalariados afectados.

A partir de ahí la tendencia se mantuvo aunque sin descensos absolutos tan llamativos. 2015 cerró con 119 ERE que incluían a 1.219 trabajadores y 2016 registró los 73 y 716 ya mencionados. Si no median ‘sustos’ hasta diciembre, 2017 rebajará estas cifras.

De momento ya lo hace en todos los supuestos respecto al año pasado. Solo mantiene en tres casos el número de expedientes de extinción, que de hecho afectan en esta ocasión a menos empleados, con 14 frente a los 20 de 2016.

Así, el descenso se centra especialmente en los procedimientos de suspensión temporal -ERE mayoritario por tradición, que anula el contrato en vigor por un tiempo limitado- al pasar de los 30 de la primera mitad del año pasado a los 13 al cierre de junio. Ya los 439 empleados alcanzados por estas medidas en 2016 suponían el 31% menos que en 2015 por lo que los 385 implican un descenso del 40% en dos años.

Menos cambios se perciben en los expedientes de reducción de jornada. Pasaron de 28 en 2015 con 64 trabajadores implicados a 10 y 28 empleados afectados en 2016 para caer a 7 en 2017 que repercutían en una docena de asalariados.

La valoración positiva de estos datos es unánime. Sindicatos y patronal coinciden de hecho en hilar el descenso vertiginosos de los ERE a la revitalización de la economía. Hasta ahí los puntos de encuentro, no obstante, en su interpretación de la utilidad de esta herramienta ‘administrativa’, cuestionada por los representantes de los trabajadores y defendida por los empresarios.

En concreto, el secretario provincial de UGT, Pablo Dionisio Fraile, confía en que la cifra siga bajando «porque ya se han hecho todos los expedientes de regulación que se tenían que hacer, y alguno más», precisa para recordar que estos procedimientos «deben estar absolutamente justificados aunque la última reforma laboral permita lo contrario». Fraile llama a las empresas a evitarlo: «No son simplemente recursos para abaratar costes de personal y, sin embargo, se han usado así. Es evidente que durante los peores años de la crisis los ERE se han aprovechado para rejuvenecer las plantillas y bajar la masa salarial hasta límites insospechados». De ahí, considera, que los de suspensión sean mayoritarios: «Parece que se buscan trabajadores a la carta, hoy sí, mañana no. Al principio de la crisis buena parte eran de extinción y por razones de producción, y ahora la mayoría se basan en motivos económicos».

Este uso indebido, a juicio del portavoz de UGT, de estas medidas constata el «gran daño que ha hecho la reforma laboral al conjunto de los trabajadores».

Totalmente opuesto es el discurso de la secretaria general de la Confederación de Asociaciones de Empresarios (FAE), Emiliana Molero, para la que los datos de ERE «responden al momento económico en el que nos encontramos». «El mal momento por el que pasaron nuestras empresas ha pasado, aunque aún queden algunas que desgraciadamente tienen aún que optar por estas medidas», añade para señalar que los expedientes de regulación han sido en muchos casos una tabla de salvación. «Se trata de una herramienta eficaz, lo hemos comprobado, y hay para quien ha sido la única manera de dar viabilidad a su empresa en una época dura. Muchísimo mejor incluso para los trabajadores pues es una forma de evitar el despido», relata Molero.

Para la representante de FAE «un ERE de suspensión es una segunda oportunidad para la empresa que lo presenta y es una buena noticia que sean muchos más que los extintivos». Preguntada sobre el empleo inadecuado de esta figura que denuncian los sindicatos, Molero es tajante: «No se presentan por capricho».

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