El edificio anexo a Castilfalé tendrá que ser «bonito», según Lacalle

El edificio que ocupará el solar contiguo al Palacio de Castilfalé, ahora en proceso de expropiación, cobrará forma en 2019. Ese es el cálculo aproximado que esbozaba el alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, tras anunciar la inminente convocatoria del concurso de ideas del que saldrá el proyecto de un inmueble que deberá proponer una «solución meditada», «bonita» y que tenga en cuenta su ubicación en una zona «especialmente sensible».Y es que el futuro espacio que permitirá ampliar el archivo municipal se asentará junto a dos elementos Patrimonio de la Humanidad, la Catedral y el Camino de Santiago, recordó el primer edil, para señalar que las propuestas habrán de cuidar las fachadas, tanto la principal con vistas a la calle Fernán González, como la trasera, más pequeña por la superior cota del suelo, en la calle Pozo Seco.No obstante, reconocía que las bases del concurso no establecen limitación alguna en el diseño, que podrá ser «más conservador o innovador», más allá de la «adecuada» integración física en el entorno y, eso sí, aquellas derivadas de las necesidades funcionales concretas aportadas por los profesionales del archivo en un extenso documento.Junto al aumento de capacidad de almacenaje, que es el principal objetivo de este proyecto, se busca además mejorar el edificio histórico al que apoyará, cuyos espacios «se reordenarán» y con el que «estará conectado» de forma que «exista una comunicación fluida entre ambos», subrayó el alcalde, que consideró la actuación «una necesidad clave para la ciudad».De vuelta a los plazos, siempre aproximados, el concurso de ideas establece un periodo de tres meses para presentar propuestas que se acompañarán de un «obligado estudio histórico y urbanístico». Se harán llegar de forma totalmente anónima.El jurado responsable de la selección estará presidido por el propio Lacalle, o un edil en el que delegue tal labor, e integrado por representantes de todos los grupos municipales, de la Junta de Castilla y León, del Cabildo Catedralicio, de los colegios oficiales de Arquitectos y Aparejadores y de áreas técnicas municipales implicadas, tales como el propio archivo, Urbanismo o Licencias.En noviembre se desvelará el nombre de la propuesta elegida que, no obstante, solo se materializará si cuenta con el visto bueno de la Comisión de Patrimonio Cultural de Castilla y León. Tras este primer paso y culminado el proceso de expropiación del total del suelo a ocupar -cuyo uso dotacional hubo que modificar en el nuevo PGOU- llegará la adjudicación de la redacción del proyecto básico, trámite que se prolongará «de tres a cuatro meses» y después, la de los trabajos, que añadirá al menos «cuatro o cinco meses más», por lo que no será antes de finales de 2018, comienzos de 2019 cuando se zanje la fase administrativa.La idea ganadora se llevará 140.000 euros pues sus autores redactarán el proyecto básico y se harán cargo además de las catas arqueológicas preceptivas dado el emplazamiento «privilegiado». «Además el equipo responsable, que deberá contar con profesionales de Arquitectura, Arquitectura Técnica, Historia del Arte y Archivística, entre otros, asumirá la dirección de obra que aunque parece obvio no es así siempre», indicó Lacalle.El límite presupuestario para la construcción del edificio es de dos millones de euros «para que todas las presentadas sean, de entrada, viables», precisó el primer edil