El Correo de Burgos

Alaska vuelve a Atapuerca como embajadora

Saludó a investigadores con los que compartió excavación en Dolina

La conocida artista participó en la excavación en el año 98 y ayer volvió a pisar el yacimiento.-RAÚL OCHOA

La conocida artista participó en la excavación en el año 98 y ayer volvió a pisar el yacimiento.-RAÚL OCHOA

Burgos

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«Me pido el momento neandertal». Así cerró Alaska su discurso tras ser distinguida como Embajadora de Atapuerca. Mostró así el conocimiento que tiene sobre estos yacimientos que ya conocía, ya que estuvo excavando en el nivel TD-10 de Gran Dolina en el año 1998. Casi cuando arrancaban los trabajos en el yacimiento. Y no pudo evitar saludar a algunos de los que le acompañaron como Jimmy, ya jubilado, que ha sido uno de los asistentes de la excavación hasta su jubilación y de su perro. «Es un regalo estar aquí y pienso cumplir con lo que me digan desde la fundación», prometió.

Visiblemente emocionada porque reconoce la excavación y la prehistoria «es mi afición oculta». No en vano ha participado en excavaciones en los yacimientos prehistóricos más relevantes del norte del país. Además de su experiencia en Atapuerca, también ha participado en la cueva de El Sidrón, Asturias, cuna de neandertales. Aunque reconoce que la excavación más profesional en la que ha participado es en la Cueva del Castillo, la cueva con las pinturas más antiguas de Cantabria, donde «trabajé con un equipo, bajo la dirección de la profesora Victoria Cabrera».

Un conocimiento que fue evidente en su valoración de Atapuerca destacando que lo más importante de los yacimientos es que «tienen una secuencia que va desde el millón y pico de años a tiempos históricos y eso es muy satisfactorio porque te permite ver bien la evolución, ver la trascendencia de los útiles».

La llegada a Atapuerca de Olvido Gara y su pareja, Mario Vaquerizo, revolucionó el trabajo en la trinchera del Ferrocarril. Los participantes en los trabajos alargaron el descanso para inmortalizar el momento y hacerse fotos con ambos. Tanto es así, que finalmente se hicieron una foto de grupo en la roca cercana a Galería. Los codirectores, José María Bermúdez de Castro, Eudald Carbonell y Juan Luis Arsuaga le hicieron entrega de una insignia y un diploma de embajadora así como de una acreditación de entrada como las que portan los integrantes del Equipo de Investigación de Atapuerca.

Es el cuarto embajador que nombran desde la Fundación Atapuerca y Alaska tiene muy clara su función. «Por el papel que tienes en la sociedad, las entrevistas que haces, tus seguidores puedes dar voz a la gente que trabaja aquí para darle visibilidad». Señaló que estará a lo que mande la fundación pero para empezar «divulgar que aquí hay un lugar para visitar, informarte y disfrutar y que hay un museo que conocer», señaló.

Olvido Gara -Alaska- es la cuarta embajadora de la Fundación Atapuerca tras el cardiólogo y relevante jugador de baloncesto en los 70 y 80, Juan Antonio Corbalán, al director del Museo de Arnedo, Santiago Jiménez, y a uno de los directivos de Mahou San Miguel, Alberto Velasco.

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