El Correo de Burgos

CASTROVIDO

La sequía favorece la obra de la presa, que se empezará a llenar en septiembre de 2018

Las obras de hormigonado han superado el 95% y concluirán a principios de 2018

El cuerpo de la presa está muy adelantado y desde Castrovido se aprecia la altura de sus 73 metros desde el cauce de Arlanza.-ISRAEL L. MURILLO

El cuerpo de la presa está muy adelantado y desde Castrovido se aprecia la altura de sus 73 metros desde el cauce de Arlanza.-ISRAEL L. MURILLO

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MERCHE MARTÍNEZ
Burgos

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Las aguas han bajado revueltas por Castrovido durante la última década y hoy apenas discurren. La faraónica instalación está «prácticamente terminada», tal y como estimaban las últimas previsiones del Gobierno central y como se aprecia en las fotografías que acompañan a esta información, tomadas este fin de semana.

La Confederación Hidrográfica del Duero tiene constancia de que la ejecución del hormigonado de la presa supera ya el 95% y seguirá completándose con los trabajos que continuarán durante los próximos meses de este año y los siguientes del 2018. «De ahí que nuestra previsión sea comenzar a llenar la presa, como pronto y si todo va bien, en otoño del próximo año».

Contrariamente a lo que teme la Comisión de Seguimiento de la Presa, desde la Confederación se aclara que la fuerte sequía que se está sufriendo este año en toda la Comunidad, lejos de suponer un problema para los trabajos, «ha permitido que éstos se desarrollaran con mayor libertad», al no haberse producido los frenos o ralentización derivados de las heladas, lluvias o nevadas habituales en el otoño e invierno de la fría comarca donde se están desarrollando las obras, en estos meses en terreno seco gracias a la falta de precipitaciones.

El regulador de la cuenca insiste, no obstante, en que la intención de comenzar este llenado en otoño de 2018 dependerá en gran parte de las condiciones climatológicas. Y es que, como explican, de continuar sin lluvias «habrá que soltar entonces el caudal ecológico, con lo que poco se podría llenar en ese caso».

Recuerdan que a pesar de que el Arlanza aporta a la infraestructura su caudal, «hay que soltar parte de éste porque siempre va a tener que correr aguas abajo, dando lugar a que varíe en gran medida el tiempo invertido en el llenado» porque no se actuará de la misma manera «al contar o no con lluvias».

Lógica incertidumbre que lleva a los responsables de la CHD a no poder detallar el tiempo que se empleará en esta labor de llenado.

En cuanto a la conclusión del hormigonado de la presa desde la CHD ratifican que «podría estar concluido a inicios de 2018 al quedar algunos remates por concluir». Entre ellos toca volver a hormigonar la zona por la que transcurre hoy el canal de derivación, «ya que debe demolerse el actual para desviar el agua hacia otro lado y proceder entonces al hormigonado de esa parte por donde ya ha pasado el agua, aunque todo ello son actuaciones en el interior de la propia presa», puntualizan. Remates finales a los que de forma paralela se suman también las pruebas de los portones de retención ya en realización.

Pasos previstos que de desarrollarse con normalidad permitirán cumplir la previsión inicial de que «en la primavera de 2019 podría entrar en uso la infraestructura al contar ya con agua para regular el caudal y poder así dar abastecimiento a las zonas del Arlanza», cuyas pautas -informan- «vendrán marcadas por los informes previos que a lo largo de estos años se han ido realizando y que siguen concretando».

Recuerdan que la prioridad de la presa de Castrovido será la regulación del río, «ya que el Arlanza es el quinto río más caudaloso de la comunidad, y curiosamente no contaba con ninguna presa en su recorrido para regularlo, provocando así numerosas inundaciones sobre todo en la parte del bajo Arlanza en el entorno de Lerma, y que daba lugar incluso a desbordamientos en el Pisuerga -motivados por las salidas del Arlanza-, ya en Palencia y Valladolid».

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