Renovar el pavimento de la Plaza Mayor requerirá ocho meses de obra

Más de una década después del debate suscitado por el modelo de Plaza Mayor propuesto por el arquitecto Albert Viaplana a punto está de desaparecer el último de los detalles que evocan aquel controvertido proyecto. El famoso clínker rojo que tantos quebraderos de cabeza ha provocado desaparecerá el próximo año.

Con su eliminación se espera acabar también con el continuo parcheado -y consiguiente gasto- del pavimento del ágora principal de la ciudad. La fragilidad del actual material y el trasiego de vehículos de reparto han obligado a levantar y reponer adoquines con demasiada frecuencia. Solventar esta situación, para nada reciente, ha pasado a ser una prioridad para el PP. De ahí que ayer, en Junta de Gobierno Local, se diera luz verde al proyecto de reforma integral de la Plaza Mayor, que se centrará fundamentalmente en la renovación del suelo y la iluminación, amén de la ampliación de redes de servicios, saneamiento y telecomunicaciones. El presupuesto de licitación ronda los 2,8 millones.

El concejal Jorge Berzosa explicaba los detalles de los trabajos que, prevén, se adjudicarán a finales de año para comenzar a ejecutarse en 2018. En total el pliego contempla 15 meses para su desarrollo, periodo que incluye la fase previa de suministro y acopio de materiales y elaboración de las losas de granito rojo y caliza negra. Así, serán «ocho meses de obras» los necesarios para mudar la piel del corazón urbano al estilo de la que ya lucen el enclave vecino de Santo Domingo y Entremercados.

El proyecto incluye también cambios de pavimento en la calle Sombrerería y en el paseo del Espolón, frente a la Diputación Provincial. Las fechas exactas de inicio y fin de la actuación dependerán, según indicó el propio alcalde, Javier Lacalle, del plan de trabajo que proponga la empresa adjudicataria. Eso sí, el pliego establece la obligación de llevar a cabo esta remodelación por fases, de tal manera que ningún comercio del entorno afectado tenga frente a su acceso obra durante más de tres meses.

Tanto Lacalle como Berzosa señalaron el comportamiento «positivo» que la piedra elegida ha demostrado en otras ubicaciones y afirmaron rotundamente que no se precisará reforzar la estructura del aparcamiento subterráneo ubicado bajo el foro. «Si se corregirá la pendiente que el suelo tiene en algunas zonas para evitar las balsas de agua que ahora se forman», añadía el primer edil.

El concejal de Obras señaló que se aprovechará la intervención para instalar luminarias LED. La apuesta «por la eficiencia energética» respetará el diseño actual de las farolas, eso sí. Además, cambiará la iluminación de la estatua de Carlos III y la de la fachada del Ayuntamiento, que permitirá proyectar colores para sumarse a eventos o mensajes que así lo requieran.

EL PSOE CUESTIONA LA URGENCIA DEL PROYECTO

Denuncia que el equipo de Gobierno «no ha contado con nadie ni lo ha llevado a ninguna comisión» para aprobarlo y recuerda que hay actuaciones prioritarias que llevan meses esperando

Nada bien ha sentado al principal partido de la oposición el impulso otorgado a la reforma de la Plaza Mayor. El concejal socialista Antonio Fernández Santos lamentaba que superado el parón veraniego «todo sigue igual». Se refería así a la manera de dar luz verde a los citados trabajos, con su aprobación en Junta de Gobierno Local: «No han contado con nadie, ni hemos visto el proyecto, ni hemos participado en el pliego, ni la comisión de Hacienda y Contratación ha dictaminado nada. Este es el estilo Lacalle”. Además, se preguntó «de dónde van a salir» los 2,8 millones que costará el proyecto.

El edil cuestionó la urgencia de esta obra y recordó que hay otras «realmente prioritarias» (como el puente de Las Rebolledas, la escuela infantil Río Vena o la intervención en las huertas de la Concepción) cuya ejecución se pactó con el PSOE y, sin embargo, «llevan meses esperando». Reprochó así la actitud del regidor, que «está demostrando que pactar con él es hacerlo con un trilero».

Preguntado por si descartan ya un nuevo acuerdo para favorecer que haya presupuesto en 2018, el concejal indicó que «antes el PP debe cumplir todo lo pactado en enero».

Fernández Santos afeó además a Lacalle que utilice la Junta de Gobierno para pagar facturas que carecen de contrato, vía reconocimiento extrajudicial de crédito. «En la de hoy -por ayer- se han abonado de esta forma un total de 260.000 euros. Esta es una ilegalidad manifiesta», lamentó.