El Correo de Burgos

TROTABURGOS / ESPINOSA DE LOS MONTEROS

Hogar de la Guardia Real en plena naturaleza

La arquitectura civil y eclesiástica de este pueblo no dejará indiferente a ninguno de sus visitantes

Vista general del imprensionante entorno natural de Espinosa.-ECB

Vista general del imprensionante entorno natural de Espinosa.-ECB

Publicado por
PABLO ROJO
Burgos

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Espinosa de los Monteros está situada al norte de la provincia de Burgos. Enclavada en la parte más alta del mapa de las Merindades, ha visto cómo el ser humano ha dejado huella en sus tierras a través de diferentes civilizaciones hasta hoy en día. Sus comienzos se remontan a las tribus cántabras, que habitaron la zona desde el 800 a. C. y recibiendo el nombre de Velliga. Siglos más tarde, ofreció una fuerte resistencia, al igual que el resto de asentamientos cántabros al dominio romano el cual, sin embargo, no se pudo evitar. Así los romanos destruyeron Velliga y sobre sus ruinas levantaron Barrutha. El nuevo emplazamiento permaneció hasta la llegada de los visigodos, cuando volvió a ser destruida y por la zona los nuevos pobladores fueron construyendo nuevas aldeas a las que, conjuntamente, llamaron Val de Espina, cambiándolo más adelante a Val de Espinosa por la cantidad de espinos que había en la zona.

Más adelante, en tiempos de la Reconquista, se formó el cuerpo al que el pueblo debe su apellido, Monteros. El conde Sancho García, como obsequio a su escudero Sancho de Espinosa, procedente del mismo pueblo creó el Cuerpo de Monteros, la ya conocida como Guardia Real, por haberle salvado la vida al prevenirle de una traición primero y protegerlo bravamente en batalla más tarde y situó a este al frente de dicha unidad, prevaleciendo el título otorgado en aquellos de su misma sangre. El título de Montero prevaleció en la Casa Real hasta 1931.

Sin embargo, la historia de los Monteros no acabó ahí, puesto que hoy en día siguen siendo un cuerpo de la Guardia Real. Además, cada año se celebra el Día del Montero, siendo los años impares enMadrid y los pares en el propio pueblo de Espinosa de los Monteros.

Dejando a un lado la historia, Espinosa de los Monteros es un pueblo en el que, la convergencia de culturas, ha permitido el mantenimiento de numerosos monumentos, como sus iglesias, torres o palacios. Entre las torres, la más importantes es la de los Velasco, torre medieval con fines defensivos; no obstante, también cabe mencionar las otras torres: la de los Azulejos, Berrueza, Cantimplor, Pumarejo, de las Herradoras y la Torre de los Monteros, que tiene fines defensivos y cuenta con un patio amurallado por delante en el que hay una gran puerta.

En cuanto a palacios encontramos el de los Velasco, construido bajo el mandato de Felipe IV; el de los Fernández Villa, que fue declarado Bien de Interés Cultural en el 2000; y por último, el Palacio del Marqués de Chiloeches, barroco, construido en el siglo XVII y que cuenta con un impresionante escudo heráldico en su fachada frontal, encima del portón.

Las iglesias tampoco desmerecen nada de la arquitectura municipal. En el pueblo hay dos: la Iglesia de Nuestra Señora de Berrueza, construida en mampostería, salvo la cabecera del ábside, realizada totalmente en sillares y la Iglesia de San Nicolás, situada en el barrio de Quintanilla y realizada en el siglo XII, aunque fue reconstruida en el XVII.

Sin embargo, no todo en el pueblo y en sus propias pedanías va a ser construcciones. Siendo una de las zonas más verdes de las Merindades, el término municipal tiene hasta un total de 20 senderos, entre los que está la Ruta de los Monteros, antiguo camino que el cuerpo realizaba. Del pueblo también sale un camino que lleva hasta Oña con un recorrido de más de 80 km. y que conecta al caminante con la naturaleza.

Y finalmente, las fiestas patronales se encuentran en este momento a la vuelta de la esquina. A partir del próximo día 7 y hasta el 10 de septiembre por el pueblo se sucederán los pasacalles, los desfiles, las carrozas, los concursos, las dianas por la mañana y las verbenas por la noche. Aunque la fiesta no acaba ahí. El viernes siguiente comenzará el fin de semana de peñas, en el que muchas de las cosas anteriormente mencionadas volverán al pueblo.

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