El Correo de Burgos

Limpieza que deja huella

Decenas de trabajadores de Cajaviva Caja Rural se vuelcan con las jornadas de voluntariado ambiental que ‘miran’ a los ríos

Incluso en una zona tan apartada como el humedal se encuentran multitud de resíduos.-RAÚL G. OCHOA

Incluso en una zona tan apartada como el humedal se encuentran multitud de resíduos.-RAÚL G. OCHOA

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L. B. / BURGOS
Burgos

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Armados de curiosidad y bolsas de basura, una veintena de trabajadores de Cajaviva Caja Rural quedaban ayer fuera de su horario de trabajo en el puente de La Ventilla dispuestos a dejar huella en la zona borrando la de otros burgaleses incívicos cuyos residuos salpicaban este entorno periurbano próximo al humedal de Fuente Blancas.

Fundación Oxígeno capitaneaba esta labor enmarcada en las jornadas de voluntariado ambiental promovidas por vez primera por la entidad local, que también han hecho parada en la barriada Yagüe y en Cortes, siempre a la vera de un río, claro, pues precisamente la iniciativa busca recuperarla y conocerla. Al tiempo, eso sí, que brinda a los participantes una razón para compartir tiempo y espacio despojados ya del ‘uniforme’ y una oportunidad de desarrollar una labor social en favor de la comunidad.

La limpieza, tarea que desarrollan «con ímpetu», según señalaba Roberto Lozano, responsable de Fundación Oxígeno, es también el cometido que más sorprende. «Creemos que vivimos en una ciudad muy limpia pero si nos detenemos a mirar descubrimos que aún hay mucha basura que se acumula en espacios urbanos. En muy poco tiempo los participantes recogen una cantidad importante», relataba Lozano, para subrayar que esa es quizá la mayor lección de la cita, capaz de sensibilizar sobre el terreno de la importancia de cuidar el medio ambiente. «Es una buena forma de tomar conciencia de que mantener la ciudad limpia es labor de todos. Tendemos a pensar que en este entorno deben encargarse otros porque pagamos nuestros impuestos, pero no es así y debemos asumir nuestra responsabilidad», señalaba el presidente de la Fundación Oxígeno.

Recuperar el esplendor de los puntos a los que se extiende la actividad es solo una de las misiones de estas ‘patrullas’ de empleados de Cajaviva Caja Rural y sus familias, que por cierto agotan las veinte plazas disponibles en cada jornada, lo que apunta a una nueva edición próximamente. La iniciativa también busca y logra descubrir rincones desconocidos del patrimonio natural vecino. Ayer fue el humedal flanqueado por los ríos Pico y Arlanzón, espacio recuperado en 2009 y venerado por los amantes de la observación de aves. De ahí que los participantes aprovecharan la tarde para construir y colocar cajas nido «que favorezcan un incremento de la biodiversidad de la zona».

La semana anterior el escenario elegido era el lavadero de Cortes, otrora frecuentado por los vecinos del barrio cuando había que frotar a mano. La tecnología lo desplazó a un olvido del que lo adecentaba Fundación Oxígeno allá por 2003. Aun así «sigue siendo un lugar por descubrir» para buena parte de los burgaleses.

La próxima parada será el río Vena, a las puertas de Villímar, con los mismos retos: ejercer la responsabilidad social y recuperar la belleza y la vida del entorno local. Y todo en una tarde, con merienda incluida. Un planazo.

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