El Correo de Burgos

La niñez prolongada, un paso que nos define

José María y Elena Bermúdez de Castro desgranan en el libro ‘Pequeños pasos’ cómo se ha forjado la niñez y la adolescencia del Homo sapiens desde un punto de vista paleoantropológico y pediátrico

Portada de ‘Primeros pasos. Creciendo desde la prehistoria’.-

Portada de ‘Primeros pasos. Creciendo desde la prehistoria’.-

Publicado por
MARTA CASADO
Burgos

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Ambos estudian el ser humano. José María Bermúdez de Castro desde el punto de vista paleoantropológico. Es decir rebusca entre los fósiles de las diferentes especies que han derivado en la existencia de una sola, los Homo sapiens. Elena Bermúdez de Castro es médico especializada en pediatría y estudia el ser humano actual y, en concreto, la niñez y el crecimiento. Ambos, padre e hija, tenían mucho en común y «hemos hablado mucho sobre el crecimiento en el pasado, la visión actual qué hemos perdido, qué mantenemos, y un día nos animaron a plasmarlo en un libro». El fruto de esas conversaciones familiares es el origen de ‘Primeros pasos. Creciendo desde la prehistoria’.La publicación conjunta analiza desde lo que se sabe, en función de los fósiles inmaduros que se han podido encontrar y los estudios inferidos en la comparación entre humanos actuales y chimpancés y lo que se conoce de Homo antecessor y neandertales, sobre la crianza y los procesos de niñez y adolescencia en la evolución y cómo está a día de hoy la cuestión y las dudas que todo pediatra recibe en la consulta. Un análisis que se aplica al proceso del parto, la alimentación, la lactancia, el proceso de crecimiento y desarrollo tanto a nivel fisiológico como mental. «Es un libro del que estoy muy orgulloso porque lo he escrito con mi hija y porque ambos estamos metidos de lleno en el proceso de crianza que es lo que tratamos de desgranar», explica Bermúdez de Castro.Y ambos mundos el actual y el pasado tienen ciertas similitudes aunque el largo camino de la evolución ha forjado las particularidades de los sapiens pero la especie se ha perdido cosas por el camino.De esta manera para Bermúdez de Castro la razón que nos hace particulares frente a otras especies es el largo proceso de crecimiento y el mayor tiempo en el que se forma el cerebro y alcanza el máximo de conexiones neuronales. Dos cosas que la realidad de hoy no sabe aprovechar según el codirector de las excavaciones de Atapuerca. «El periodo prolongado de desarrollo de nuestra especie ha permitido por un lado un apego más largo que en otras especies pero sobretodo más tiempo para asimilar conocimientos y transmitir información», señala. Un aspecto que ha ayudado al desarrollo de la especie. Pero la evolución del cerebro y su largo proceso de crecimiento también han ayudado. «El cerebro es tan flexible que no está completo hasta los 7 años y hasta los 17 no termina su desarrollo somático pero no alcanza su máximo rendimiento hasta los 30 años que es cuando las personas tienen su máximo potencial», destaca el paleontólogo.Pero la sociedad actual no tiene un ritmo acompasado a estos procesos que nos hacen únicos frente a otras especies. «Es curioso que en el momento en el que las personas alcanzan su máximo potencial la ciencia ya llega tarde porque los investigadores no alcanzan la estabilidad hasta pasados los 35». Por otro lado, reivindica que ese potencial juvenil no se aproveche a tiempo y la sociedad deje de lado a los más mayores que «han alcanzado un máximo conocimiento a través de la experiencia». Para Bermúdez de Castro la mejor sociedad sería la que pudiera conjugar ambos estadios para alcanzar mayores niveles de desarrollo.Por el camino del desarrollo, en la crianza se mantenido roles como el cuidado de la tribu, que Bermúdez de Castro compara con el colegio pero hemos perdido algo muy importante: tiempo de estar con nuestros hijos. «Las poblaciones del pasado podían confiar en el grupo muchos aspectos de la crianza pero siempre estaban juntos ahora no, el problema es que el día a día nos deja tiempo que perdemos de vivir la crianza con nuestros hijos».

LACTANCIAUno de los apartados que reivindica el libre es la defensa de la lactancia materna pero huyendo de extremos. Las poblaciones del pasado mantenían una lactancia materna hasta los cuatro años pero sí como las poblaciones de cazadores recolectores que mantienen las tomas del pecho hasta los dos años. «Hemos ido disminuyendo la lactancia exclusiva y, huyendo de posturas extremas, creemos que debería mantenerse unos dos años y dar tiempo a este proceso huyendo de miedos comentarios que son las dudas que más aportan las madres en la consulta», explica. De ahí que defiendan acudir a la leche de fórmula «cuando no queda más remedio”» Pero sobretodo acompañar a las madres «al final es un proceso muy estresante para las madres, no es fácil arrancar y muchas se rinden y tiran la toalla. Hay que acompañarlas porque la leche e fórmula nunca será igual que la leche materna».Ambos explican que «hay células que estimulan la inmunidad que no se pueden recrear en la leche artificial y que son importantes para la salud de los niños en el futuro». Tanto paleoantropólogo como pediatra vinculan esa carencia a problemas futuros de obesidad, diabetes que «no sólo están vinculadas a una mala alimentación sino que también están vinculadas a que los niños no han sido lactantes durante el tiempo suficiente».Estos y otros asuntos vinculados a la crianza de los más pequeños se abordan en el libro Primeros pasos que padre e hija presentarán el próximo sábado a las 12 en el MEH.

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