El Correo de Burgos

ASOCIACIÓN FAMILIARES DE ENFERMOS DE ALZHEIMER BURGOS

Manos tendidas para frenar la evolución del Alzheimer

Afabur recomienda terapias desde el primer diagnóstico para que el avance inexorable de la enfermedad sea lo más lento posible / Cuentan con tres centros de atención: dos en Burgos y uno en Briviesca

Parte del equipo profesional de la asociación posa frente al centro de día.-ISRAEL L. MURILLO

Parte del equipo profesional de la asociación posa frente al centro de día.-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
MARTA CASADO
Burgos

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Año 1994. Un encuentro del Club Rotary de Burgos y un grupo de profesionales ven la necesidad de mostrar qué es y qué sucede cuando una persona padece Alzheimer. Los síntomas se reconocen en muchos casos y en varias familias. Y se funda la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Burgos (Afabur) con el trabajo de ocho voluntarios que constituyeron la Junta directiva un psicólogo y una trabajadora social. «Entonces teníamos que explicar qué era la enfermedad, utilizábamos personajes conocidos que lo tenían como Rita Hayworth o Ronald Reagan porque venían personas a pedir información para saber qué era esa enfermedad», recuerda la presidenta de Afabur, Eloísa Bellostas, que ha estado en la junta directiva de la asociación desde sus inicios.La atención se ofrecía en diferente sedes que no eran suficiente. «Antes se venía con el afectado en una fase muy avanzada de la enfermedad, con familiares agotados que ya no podían más y teníamos una lista de espera de un año, era descorazonador», recuerda. Por ello trabajaron lo posible para contar con un espacio que pudiera dar el servicio demandado. El Ayuntamiento cedió un local en la calle Loudum que abrió sus puertas en 1997.Tiempo después abrieron otra instalación similar en San Julián. «Conseguimos eliminar la lista de espera y con la labor de concienciación vemos que los afectados vienen mucho antes y eso es clave para evitar el avance rápido de la enfermedad», señala la psicóloga, Raquel Moreno.El objetivo de los servicios que se ofrecen a los 120 pacientes que acuden a los centros de día (dos en Burgos capital con 100 usuarios y uno en Briviesca con 20) es evitar el avance del proceso en el que mueren los recuerdos, la memoria, las habilidades de quien la sufre. «Antes teníamos la idea de que no se puede hacer nada contra la enfermedad ahora sabemos que no se puede curar pero podemos trabajar los estímulos necesarios para lograr que nuestro familias esté bien por más tiempo», señala Bellostas.Así las cosas Afabur dispone de una plantilla de 44 personas en los tres espacios de atención más los servicios a domicilio. En el centro de día se trabajan funciones básicas como el aseo, movilización, paseos pero también estimulación cognitiva, trabajo de memoria, psicomotricidad... Todas ellas adaptadas al nivel de deterioro del enfermo. Por otro lado está la atención a las familias. «Tratamos de ayudar a los cuidadores son los grandes sufridores de un proceso que es largo y pesado porque esta enfermedad una vez que entra no se separa de ti nunca y avanza», destacan.En estos grupos de apoyo se forjan amistades pero también se ponen en común problemáticas en las que «intentamos hacer ver, especialmente a los cónyuges que tratan de no molestar a los hijos, que es algo que implica a toda la familia, no se pueden cargar», destaca Moreno. «Los grupos de apoyo son de mucha ayuda porque te confiesas un poco y encuentras consuelo en otros que saben y entienden por lo que estás pasando», destaca la presidenta de Afabur.En este momento, la organización que cuenta con 700 socios, está inmersa en un proceso de certificación de calidad de sus servicios y enfocados en la mejora de servicios de atención temprana. Se realizan talleres de estimulación para personas que se acercaban a la asociación en una fase inicial de la enfermedad. Son dos horas de estimulación que permite estar activo y en contacto con otros. A ello hay que sumar la atención domiciliaria tanto de prevención como de estimulación cognitiva y la idea, a futuro, de abrir el centro de día el fin de semana. «Intentamos crear recursos en función de las necesidades que nos van trasladando las familias», señala Eloisa Bellostas.

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