El Correo de Burgos

LA ESPUELA / JOSÉ AGUSTÍN ESCUDERO

"Sin las asociaciones el mundo sería más vulnerable"

Es uno de esos hombres que hace de todo. Bombero de profesión, presidente de Cruz Roja por aclamación y trompetista por afición.

José Agustín Escudero-L. VELÁZQUEZ

José Agustín Escudero-L. VELÁZQUEZ

Publicado por
L. V.
Burgos

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Pregunta-. No me deja otra opción. ¿Qué quería ser de mayor cuando era pequeño?

Respuesta-. No lo tenía claro, solo sabía que quería ser mayor.

P-. ¿El fuego más importante que ha apagado tenía llamas?

R-. Pues no necesariamente…

P-. ¿Los bomberos ponen velas a la Virgen de la Cueva?

R-. ¡Que llueva, que llueva! Que hace falta. Yo más bien las pongo a la Virgen de las Viñas.

P-. No deja de ser paradójico que apague fuegos y luego le de por tocar un instrumento de viento…

R-. Pues sí, (ríe) pero este es otro tipo de viento.

P-. ¿A quién le tocaría la trompeta?

R-. A los vecinos de la casa de mis padres que cuando comencé tenían que soportar sonidos bastante desagradables y que hoy, por desgracia, ya no están entre nosotros.

P-. ¿Y un trompetazo?

R-. ¿Uno solo? No son pocos los que en la actualidad se lo merecen.

P-. ¿Qué hace un hombre que hace de todo cuando no tiene que hacer nada?

R-. No hacer nada es algo complicado para mí, pero bueno, descansar y pensar en lo que queda por hacer.

P-. Si tuviera una varita mágica, ¿qué cambiaría?

R-. Algunas mentalidades. Creo que todo iría mucho mejor.

P-. Si pudiera enviar un tuit a su “yo” de cuando tenía 15 años, ¿qué le diría?

R-. Espabila y ponte las pilas que te va hacer falta.

P-. ¿Vino o caña?

R-. Depende del momento, pero por lo general caña.

P-. Como bombero apaga los fuegos y como presidente de Cruz Roja apaga otro, el de la desesperanza…

R-. Intento todos los días mejorar la vida de las personas más necesitadas, tarea nada fácil, pero con el esfuerzo de todos es más sencillo.

P-. ¿En qué momento entendió que debía dar un paso más en su compromiso social?

R-. Bueno, casi digamos que fue el momento el que vino a mí. Tomar una decisión así no fue fácil por todo lo que implica.

P-. Durante años le guió un buen experto, Pedro de Benito.

R-. Desde luego, Pedro es un espejo en el que mirarse; he aprendido y aprendo todos los días de él. Es una persona que ha hecho mucho por Cruz Roja y por los demás.

P-. Cruz Roja llega donde no llegan las administraciones. ¿Cómo sería el mundo sin las asociaciones?

R-. Sin duda ninguna creo que el mundo sería aún más desigual, un mundo en el que las personas más vulnerables estarían totalmente desprotegidas.

P-. Aranda de Duero es uno de esos ejemplos en el que las asociaciones son responsables de la vida de un pueblo. Ahí están los colectivos sociales, culturales, deportivos… Eso depende mucho de la voluntad de las personas y de su compromiso con la sociedad. ¿Uno nace o se hace?

R-. Yo creo que se nace pero no es menos cierto que también te haces.

P-. En una tierra de vinos como la Ribera del Duero, el apoyo de Cruz Roja a los vendimiadores resulta vital para garantizar la dignidad de muchos trabajadores.

R-. A día de hoy sí. Espero que no tardando mucho todo se regule y se hagan las cosas como hay que hacerlas.

P-. Hace dos años el Ayuntamiento de Aranda de Duero decidió suspender el programa de acogida a temporeros. La oposición defendía que era una caridad malentendida y que al final el precio de la manutención se quedaba por el camino, en manos de las empresas intermediarias… ¿Cree que fue un acierto o considera que sería importante retomar este programa hasta que el sector decida incluir estos términos en el convenio?

R-. Como he dicho anteriormente, lo ideal es que todo se regule, pero hasta que se solucione, algo tenemos que hacer.

P-. ¿Qué ha sido lo peor de la crisis?

R-. El desmoronamiento de muchas personas y sus familias al verse privadas de su trabajo, con lo que conlleva esa situación. La pérdida de autoestima y la suma de problemas que son muy difíciles de resolver.

P-. ¿Y lo “mejor”? Porque de todo se aprende. ¿Qué ha aprendido usted en este tiempo?

R-. Principalmente la recuperación de algunos valores que teníamos casi olvidados, como la familia y los amigos, que al final son los que nos apoyan y ayudan en los momentos más complicados.

P-. El perfil sin duda ha cambiado y muchas familias que estaban en una situación buena antes de la crisis, se han visto obligadas a acudir a Cruz Roja para cubrir sus necesidades más básicas. En un pueblo como Aranda de Duero en el que todos se conocen, ¿cómo se anima a que den el paso?

R-. Pues de una forma natural. Si cuando todo nos va bien colaboramos y somos solidarios con los demás, cuando precisamos de ayuda la pedimos sin más. Sé muy bien que no es una experiencia agradable el ir a solicitar una ayuda del tipo que sea, pero hay que hacerlo.

P-. De todos los programas que desarrolla Cruz Roja, ¿cuál es su preferido?

R-. Pregunta nada fácil de contestar. Todos los programas que desarrollamos en Cruz Roja son muy interesantes y necesarios; decantarme por uno o por otro es complicado. Quizá el de infancia y el de personas mayores son para mí los más gratificantes.

P-. Un sueño…

R-. Aunque parezca utópico, un mundo un poco mejor para todos. Ojalá llegue el día en que nadie necesite de Cruz Roja.

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