El Correo de Burgos

FUNDACIÓN JUAN SOÑADOR

Romper los límites de la adversidad

Sus programas destinados a infancia y adolescencia están vinculados al ocio alternativo, la formación educativa y laboral y la atención integral a niños y sus familias

Parte del equipo de Burgos en compañía del presidente de la Fundación Juan Soñador, Juan Carlos Pérez Godoy.-ECB

Parte del equipo de Burgos en compañía del presidente de la Fundación Juan Soñador, Juan Carlos Pérez Godoy.-ECB

Publicado por
MARTA CASADO
Burgos

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Romper el círculo interminable de la pobreza para quienes nacen o están creciendo en una situación de desventaja social. Lograr que esos niños se conviertan en adultos con un proyecto de vida integrado en la sociedad de hoy. Romper con las barreras de la desigualdad es el proyecto de la Fundación Juan Soñador. La entidad nació vinculada al ocio alternativo de un grupo de jóvenes voluntarios en la Barriada Illera a finales de los 90. Desde 2002 se integró dentro de la labor de la Comunidad Salesiana del noroeste de España. Burgos está integrado en esta labor con las comunidades de León, Palencia, Valladolid, Asturias y Galicia. «La puesta en marcha de la asociación nos permitió aglutinar bajo un mismo paraguas las asociaciones sociales de todos los territorios y unificar proyectos», asegura la coordinadora de la Fundación Juan Soñador en Burgos, Imelda Navarro.

En estos 15 años el crecimiento ha sido exponencial, al mismo tiempo que ha crecido el potencial número de usuarios. «Antes de la crisis la pobreza infantil era lamentable en un país como España pero la crisis ha hecho crecer la población en situación de riesgo, en muchas ocasiones algo difícil de digerir porque son familias normalizadas a las que la situación les llegó de repente por la crisis. Con el agravante, además, que en los niños esas diferencias entre quienes tienen y quienes no tienen es mucho más visible», señala Navarro.

Para lograr superar la barrera de la desigualdad se desarrollan hasta 55 proyectos que se agrupan en las áreas de empleo (orientación laboral, formación, emprendimiento social, inserción, mediación y prospección de empleos con empresas); intervención social y educativa (proyectos socio educativos, centros de día para el cumplimiento de medidas judiciales y de protección, atención social a inmigrantes y formación para la inclusión); recursos residenciales (viviendas de protección a la infancia, emancipación de jóvenes que salen del sistema de protección, emancipación de personas adultas, acogida de personas jóvenes y adultas); intervención psicológica (psicoterapia familiar y de niños, niñas y adolescentes, escuela de familias y acompañamiento a los equipos educativos); y sensibilización, voluntariado y formación.

Estas grandes líneas de trabajo de la fundación se llevan a cabo en las tres comunidades de actuación (Castilla y León, Galicia y Asturias) pero cada delegación cuenta con proyectos concretos. El de Burgos desarrolla atención a partir de los seis años con intervención no sólo en niños, niñas y adolescentes sino en toda la familia. «Creamos un espacio educativo alternativo desde una labor de acompañamiento en el desarrollo personal de estos niños y sus familias garantizando un ambiente educativo de promoción, participación, prevención, protección y desarrollo personal», resume Imelda Navarro.

Entre los proyectos que se llevan a cabo en Burgos está el Programa Crecer y Soñar en el que se trabaja el enfoque de derechos y participación con niños de 6 a 12 años y sus familias. Se realiza un acompañamiento personal y familiar, terapia individual y familiar, apoyo escolar, educación para la salud y establecer valores y habilidades sociales en la gestión del tiempo libre.

Trabajan también el proyecto Conexión-Emancipa en el que se facilita la inclusión personal y social de jóvenes mediante el recurso del alojamiento y el apoyo educativo en el tránsito a la vida adulta. El programa no tiene límite edad e incluye, especialmente, a los jóvenes mayores de edad o emancipados judicialmente que han tenido expediente de protección a la infancia. «Disponemos de una red de 18 viviendas (1 en Burgos, Valladolid, Palencia y Burgos y dos en León) pero siguen haciendo falta más ya que las plazas son muy limitadas y es un apoyo de transición necesario para que lo hecho durante el tiempo en el que han sido menores se mantenga y fructifique en la etapa final», explica Navarro. Entre las labores que se realizan está el acompañamiento personal, aprendizaje, asunción y práctica rutinaria de habilidades en la gestión de un hogar, hábitos de vida saludables, educación para la convivencia en el hogar y en comunidad y formación y orientación laboral para lograr una integración real.

Otro aspectos que llevan a cabo son los proyectos sociolaborales para facilitar la integración social y personal de adolescentes a partir de los 16 años y sus familias. Se llevan a cabo especialmente acciones de orientación laboral, formación para el empleo e intermediación para las empresas. El centro de día también facilita el pleno desarrollo personal y social de niños desde los 12 años y sus familias. Se realiza un acompañamiento personal y familiar, terapia individual y familiar, apoyo escolar, educación para la salud, en el tiempo libre, en valores y habilidades sociales, entre otros itinerarios. Además la Fundación Juan Soñador es coordinador del programa Proinfancia en la ciudad.

La Fundación traba en red con otros proyectos de Juan Soñador en León, Valladolid, Palencia, Villamuriel de Cerrato, Ourense, Vigo, Lugo y Oviedo. EN Burgos cuenta con la sedes social y de coordinación en Parralillos pero también tiene dispersos los programas de trabajo en Gamonal, Padre Aramburu, San Juan de los Lagos y Barriada Illera. Para desarrollar su importante labor en la provincia cuentan con 12 profesionales formados en el ámbito de la educación social, pedagogía, trabajo social, magisterio o psicología además de la importante labor de entre cinco y diez personas voluntarias de forma estable.

Todos ellos trabajan para mantener y sostener los proyectos actuales dentro de la caída de apoyo de las administraciones a las entidades del tercer sector cuando la necesidad más potenciales usuarios genera. «Seguiremos trabajando con la administración para incrementar las inversiones en prevención, apoyo socioeducativo de la transición a la vida adulta en el que se debería hacer más, y el empleo», señala Navarro. Al final se trabaja en que la atención social tenga la misma equiparación y reconocimiento que la discapacidad todo ello dentro de un ámbito transversal en sus acciones de cuestiones vinculadas a la igualdad de género.

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