El Correo de Burgos

LA ESPUELA / CHELO UNAMUNO

"La gente viene buscando de todo, solo falta que me pidan un orinal"

Estampas, santos, vírgenes y rosarios acompañan su día a día en el local más castizo del Espolón, A la Villa de Madrid

Chelo Unamuno-ISRAEL L. MURILLO

Chelo Unamuno-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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Pregunta- ¿A la villa de Madrid qué piropo la echa?

Respuesta- Entrañable.

P.- ¿Es dueña de una tienda centralista?

R.- ¿A qué te refieres?

P.- Ese guiño a la capital del reino...

R.- El significado, según me contó Luis Ángel de la Viuda, se refiere a que de aquí salían las postas para Madrid y también porque la gente encontraba aquí de todo, era como ir a la villa de Madrid a comprar.

P.- ¿De A la villa de Madrid al cielo?

R.- O al infierno.

P.- ¿Quién encontró un paraíso en su local?

R.- Lo encuentran los niños. Vienen a ver las figuritas pequeñas, les encantan los nacimientos, las estampas de los santos... ¡Entran todo el año!

P.- ¿La ciudad de monjas, curas y militares ha pasado a la historia?

R.- Sí.

P.- ¿Ya no se ven por aquí sotanas y hábitos?

R.- Muy de tarde en tarde, vienen más los feligreses encargados de las compras que los propios sacerdotes.

P.- Después de tantos años rodeada de nacimientos. ¿Ha descubierto el misterio de la Navidad?

R.- Para mí siempre ha sido un gran misterio y, entre comillas, lo he descubierto. Es la alegría de las reuniones familiares y a la vez las disputas, que aquí se ven muchas por una sola figura.

P.- ¿Por qué pone esas comillas?

R.- Porque las navidades para mí siempre son tristes, a la vez que alegres. Tengo a toda mi familia conmigo, pero me falta una parte, como a todo el mundo.

P.- ¿A qué huele la Navidad?

R.- A calefacción, aunque ahora son más industriales y huelen menos, el olor a leña y carbón es el de la Navidad. También huele a amistad, a reencuentro con mucha gente a la que incluso hace años que no ves.

P.- ¿Cuál es la figura más solicitada?

R.- Una que no tengo: el cagón. Me niego a venderla. Alguna vez me la ha colado un proveedor y la retiro. Es fea.

P.- ¿Cuál es la que no piden?

R.- Piden todas, cada uno tiene su favorita.

P.- ¿Cuándo se armó el Belén y no era Navidad?

R.- En mi vida más de una vez.Por ejemplo, me he metido sin pensar en follones que se han montado en la calle, al lado de la tienda.

P.- ¿Qué santo ocupa el top ten?

R.- Hay rivalidad desde hace años entre San Pancracio, San Judas Tadeo, la Virgen del Carmen y San Antonio de Padua. Esos se reparten el top manta.

P.- En esto también dominan ellos...

R.- (Ríe). Mayoritariamente.

P.- ¿Y cuál es el farolillo rojo?

R.- Me han pedido tantos tan raros... El nunca encontrado es San Alejo. No hay manera. Lo sigo buscando.

P.- ¿Cuál es el primero de sus mandamientos?

R.- Respeto.

P.- ¿Y el segundo?

R.- Más respeto.

P.- ¿Cuántas velas negras ha despachado?

R.- Bastantes, pero no en el sentido que la gente piensa, sino para decoración. Decía aquella señora en televisión que ponía velas negras para hacer mal y, en realidad, debe ser al revés, que limpian. Pero yo las vendía porque es el color que mejor va con los candelabros de plata y también de oro.Luego con ese cuento las ventas cayeron, estaban como prohibidas.

P.- ¿Si hiciera caso a aquella bruja, a quién y por qué se las pondría?

R.- A nadie. Soy de las personas que defiende el ‘vive y deja vivir’.

P.- ¿Qué le pidieron que le dejó con los ojos como platos?

R.- La gente viene buscando de todo, porrones, cepillos de dientes..., solo falta que me pidan un orinal. Es la tienda del último recurso. La ven antigua y entran buscando absolutamente de todo. Cuando me preguntan por antigüedades les digo que las únicas antiguas aquí somos la tienda y yo.

P.- Su cliente más tierno fue...

R.- Tengo alguna señora mayor muy amable y también muchos niños que se conocen la tienda mejor que yo, sobre todo la sección de Navidad. Se la enseñan a amigos y familiares, diciéndoles cuál tienen y cuál no para ver si cae alguna.

P.- ¿El árbol de Navidad no ha podido con el Nacimiento?

R.- Sigue estando ahí, aunque sí ha perdido piezas y tamaño por el camino. Ya no son tan espectaculares. Las casas son más pequeñas y no hay espacio. Yo aquí tengo desde de dos centímetros a más de 45 centímetros y de todos los precios, desde dos euros hasta lo que te quieras gastar.

P.- ¿Creyó que era un milagro qué?

R.- Seguir aquí.

P.- ¿Por qué?

R.- Porque la cosa está dura.

P.- ¿Qué le cuentan las cuentas del rosario?

R.- Paciencia, paciencia.

P.- ¿La conservación del patrimonio castellano es una película de terror o una comedia romántica?

R.- Ambas cosas, de terror, por las cosas que se hacen o se dejan de hacer, y romántica, porque cuando se realizan bien mantienen el encanto de tiempos pasados.

P.- ¿Qué ha pasado cuando con la Iglesia ha topado, amiga Chelo?

R.- Que nadie es profeta en su tierra.

P.- ¿Qué restauración tiene entre ceja y ceja?

R.- Todas las que puedan venir después de mi jubilación, que es a lo que quiero volverme a dedicar plenamente sin mostrador de por medio. Ir a mi agujerito.

P.- ¿Cuál es su dorado personal?

R.- Tres hijas, Virginia, Bea y Elo, y una nieta, Vera, maravillosas. También un hermano. Mi dorado es una familia que me quiere.

P.- ¿Qué cruz lleva encima?

R.- Ninguna, creo que lo tengo todo.

P.- ¿Qué clase de policromía urge la sociedad española?

R.- Vuelvo a la tolerancia, somos muy intolerantes.

P.- Pero eso es solo un color...

R.- ¡Es que esta agujereadita! Falta respeto y pasamos unos de otros.

P.- ¿Y la burgalesa?

R.- Sigue siendo áspera.

P.- ¿Cuántas risas se ha echado con María Dolores Pradera los domingos por la mañana?

R.- ¡Muchas! He reído, he cantado, he bailado, he llorado... Y sigo poniendo sus canciones y bailando con mi nieta.

P.- Me han dicho que a sus hijas no le hacía tanta gracia cuando eran adolescentes...

R.- Se han enganchado un poco.

P.- ¿Será esta la mejor entrevista del mundo mundial?

R.- Espero que sí y que tengas muchas más.

P.- ¿Y no me corrige nada?

R.- (Risas). El mundo mundial me parece una expresión horrible. No la soporto. El mundo es mundo. No necesita más. A las únicas que me permito echárselo en cara es a mis hijas.

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