LA ESPUELA / Ángel Hernando Palacios
«La felicidad es un estado de ánimo»
Hizo un módulo deImagen y antes de terminarlo ya estaba trabajando, los últimos años como cámara en la Cámara, donde ya se manifestó el peleón que es. Además, es educador de Acompañamiento en el Proyecto Arrropa.

Ángel Hernando Palacios, técnico de Empleo de Cáritas.-L. V.
Con 37 primaveras y aficionado al triatlón, cambió su sueño de ser futbolista por un reto mucho más ambicioso: ayudar a las personas a las que la suerte hace tiempo que dejó de acompañar. Volcado en los programas de Cáritas y en su ojito derecho, el proyecto Arrropa, se conforma con que todo el mundo tenga un sueño y fuerzas para trabajar por él.Pregunta.- ¿Qué quería ser de mayor cuando era pequeño?
Respuesta.- Lo mismo que todos los niños de clase, futbolista.
P.- ¿Cómo decidió dar el paso y unirse a Cáritas?
R.- Estudié Trabajo Social porque me parecía una forma de transformar el mundo. Después de trabajar en varias asociaciones surgió la posibilidad de entrar a formar parte de Cáritas, una entidad que siempre me ha gustado porque trabaja con la gente de una manera muy cercana.
P.- Si tuviese una varita mágica, ¿qué cambiaría?
R.- El reparto de la riqueza. Hay recursos para todos pero mientras haya gente que sólo piense en acaparar, habrá otros que queden desprotegidos y a los que no les llegue nada.
P.- ¿La felicidad se vive a momentos o depende más de un estado de ánimo?
R.- Yo creo que es un estado de ánimo. Diferentes personas tienen diferentes reacciones ante un mismo problema y mientras a algunos les hunde, otros lo superan y no solo siguen siendo felices, sino que además se hacen más fuertes.
P.- En una sociedad en la que parece que nada es demasiado, ¿debe haber un tope de regalos por niño?
R.- Debería, el sentido común es un buen tope. Estas fechas que ya terminan son estupendas para enseñar a los niños a compartir y a disfrutar con la compañía de amigos y familiares. Debemos educar desde pequeños para construir un mundo más justo e igualitario; no podemos pretender que el mundo sea un lugar mejor, si no damos primero el paso de convertirnos nosotros en mejores personas.
P.- ¿Cuál es el mejor regalo que le han hecho?
R.- Las manualidades que hacen mis hijas para el Día del Padre.
P.- Elija un rey (mago).
R.- Melchor, somos tres hermanos y era el que me tocaba por ser el mayor.
P.- Hay muchas familias que hacen también magia…
R.- Más de las que queremos ver. Esperemos que 2018 nos traiga prosperidad y que se alivien muchas de las situaciones de necesidad con las que convivimos.
P.- Con la crisis, muchas familias que estaban en una situación acomodada se han visto obligadas a acudir a Cáritas. ¿Cómo se anima a que den el paso en un municipio donde todos se conocen?
R.- Todos podemos pasar por un momento complicado. Yo animaría a cualquiera que esté pasando por una situación de necesidad, a que no se resigne a soportarla y sobrellevarla como algo inevitable. Existen recursos tanto en las administraciones públicas como en entidades privadas como Cáritas, en las que acompañamos a las personas para superar problemas y a través de la Formación y Empleo, conseguir un futuro mejor.
P.- Si pudiera enviar un tuit a su ‘yo’ de cuando tenía 15 años, ¿qué le diría?
R.- «Ten paciencia», siempre he sido un poco impulsivo y lo he querido todo y ya. Poco a poco voy aprendiendo que las cosas importantes necesitan de mucho tiempo y trabajo.
P.- ¿Vino o caña?
R.- Vino, es un placer que he descubierto recientemente.
P.- ¿Qué hace un hombre que hace de todo cuando no tiene que hacer nada?
R.- Siempre hay algo que hacer, algo en lo que entretenerse. Al que hace de todo al final no le queda tiempo para nada.
P.- Cáritas llega donde no llegan las administraciones. ¿Cómo sería el mundo sin las asociaciones?
R.- Menos cercano. Está claro que las administraciones son las primeras responsables de atender las necesidades de su población, pero por suerte las asociaciones colaboramos para desarrollar esta atención y muchas veces nos corresponsabilizamos de ella e intentamos además hacerla llegar de un modo cercano y humano.
P.- ¿Qué ha sido lo peor de la crisis?
R.- El aumento de la desigualdad. Es preocupante que el precio más grande lo paguen siempre los que menos tienen.
P.- ¿Cree en las segundas oportunidades?
R.- Yo personalmente viví la crisis y sufrí los recortes perdiendo mi anterior empleo. Aprendí que con paciencia, trabajando y formándote llegan las segundas oportunidades.
P.- De todos los programas que desarrollan, ¿cuál es su niño bonito?
R.- Infancia, dependiendo de cómo eduquemos a los niños de hoy así será el mundo de mañana.
P.- La recogida de ropa no solo contribuye al Medio Ambiente. Los contenedores rojos de Cáritas abrigan y alimentan…
R.- A través del Proyecto Arrropa y gracias a la solidaridad de la gente que nos dona su ropa usada, podemos atender las necesidades de muchas familias. Además, con la ropa que nos queda, creamos empleo para gente con alguna dificultad para acceder al mercado laboral ordinario.
P.- ¿Qué le diría a la gente para que elijan el rojo de Cáritas?
R.- Lo primero, les pediría que se asegurasen que el contenedor rojo es de Cáritas porque la empresa que se encarga de la recogida de residuo textil en Aranda, eligió también el color rojo para los contenedores que ha instalado en nuestras calles. También les diría que nuestro proyecto es un proyecto local, solidario y ecológico, y que cualquiera que quiera conocer los beneficios que aporta a la comunidad puede verlos en nuestras instalaciones de tratamiento del residuo textil en el Polígono Industrial Allendeduero o en nuestra tienda Arrropa en la calle Hospicio. Nosotros estamos encantados de explicar nuestra forma de trabajar y no nos cansamos de decir que, en nuestra opinión, nuestros contenedores son los únicos en Aranda que realmente dan un fin solidario a la ropa que la gente dona, sin ningún afán de lucro ni de beneficio económico. Evidentemente, si recogiésemos en exclusiva la ropa en Aranda todo sería más fácil.
P.- Un sueño…
R.- Que todo el mundo tenga un sueño, que les de fuerzas para luchar y trabajar por él.