El Correo de Burgos

4 de cada 10 pacientes de la Unidad de Tabaquismo del HUBU dejan de fumar

Cada año pasan por la consulta especializada 200 personas / Desde que se pusiera en marcha la Ley Antitabaco, el número de fumadores ha caído un 10%, al pasar del 23,9% de la población al 21,6%

Un hombre fuma un ‘purillo’ en una terraza ubicada en la calle La Paloma.-ISRAEL L. MURILLO

Un hombre fuma un ‘purillo’ en una terraza ubicada en la calle La Paloma.-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
V. MARTÍN
Burgos

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Como cada mes de enero, además de los Reyes Magos llegan los buenos propósitos. Ir al gimnasio, leer más o ponerse a dieta son solo un ejemplo, pero si alguno destaca por encima del resto es la promesa de no volver a probar un cigarro. Algunos lo conseguirán, pero los expertos en el campo apuntan que aproximadamente la mitad habrán desistido solo un mes después de que haya empezado el año.Sin embargo, si se analiza el consumo de tabaco con una mayor perspectiva temporal, los resultados son esperanzadores. Tal y como recoge el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud de 2016, el consumo de tabaco en nuestro país sigue protagonizando un descenso progresivo.Gran parte de la ‘culpa’ de este éxito procede de la ley Antitabaco, que entró en vigor el 1 de enero de 2011. Esta norma, que supuso la prohibición de fumar en restaurantes y bares y diversos espacios destinados al ocio, implicó un cambio beneficioso no sólo para los no fumadores que dejaban de inhalar el humo del cigarro ajeno sino para los fumadores.Así las cosas, el estudio muestra un descenso del 9,6% en el consumo de tabaco en 2016 en comparación con el año 2011, año en que entró en vigencia la Ley Antitabaco. Atendiendo al sexo de los fumadores, en el caso de las mujeres, el descenso se sitúa en el 13,3%, mientras que en los hombres, la reducción es del 7,5%.Aún más acentuado es el descenso si se echa la vista atrás dos décadas. En el año 1996, fumaba uno de cada tres españoles- un 33,2% de la población- lo que supone que el número de fumadores se ha reducido un 34,9% en los últimos veinte años. Especialmente importante era la cifra de varones fumadores, el 42,1%. En el caso de las mujeres, fue precisamente ese año cuando se alcanzó el porcentaje más alto de mujeres fumadoras, un 24,8%.En la capital burgalesa , uno de los puntos de referencia en la ‘lucha’ contra el tabaco es la Unidad de Tabaquismo del Hospital Universitario de Burgos (HUBU) se trata, cada año a 200 nuevos pacientes que «quieren dejar de fumar», tal y como explica Lourdes Lázaro, una de las responsables de la unidad, «a ellos se suman aquellos pacientes que se encuentran en un periodo de seguimiento, un proceso que tiene una duración de un año salvo que decidan abandonar».La Ley Antitabaco fue, sin duda, un buen acicate para quienes decidieron dar el paso. «Hemos percibido que desde que se puso en marcha la norma en el año 2005 y luego en el 2010 de una forma más restrictiva- son más las personas que se animan a romper de forma definitiva con el tabaco» y es que «esta situación no solo anima a dejar de fumar sino que también es un facilitador».La unidad está especializada en pacientes con patologías derivadas del consumo del tabaco o que pueden empeorar con su consumo como las neurológicas, neumológicas, de cirugía vascular o psiquiatría, entre otras», explica Lázaro. Y es que, la gran mayoría de los pacientes de la unidad son ‘fumadores difíciles’ ya sea porque «han realizado muchos intentos para dejar el tabaco o porque tienen otras patologías asociadas, que complican conseguir de forma exitosa desligarse del tabaco».

Además de desde diferentes especialistas, los pacientes de la unidad de tabaquismo también pueden llegar desde atención primaria, ya que el HUBU está inscrito en la Red Global de Hospitales Sin Humo.Dentro del seguimiento de un año que tiene por objeto evitar las recaídas, «inicialmente se les cita de una forma más frecuente y según va pasando el tiempo las citas son más espaciadas». Una vez pasados esos 365 días, «alrededor del 40% de los paciente continúa sin fumar».Aunque puede parecer un porcentaje bajo, «no podemos olvidar que el tabaquismo es una adicción y que es difícil dejarlo, más aún para estar personas con patologías añadidas», comenta y añade que «de hecho, solo entre el 5 y el 10% de quienes lo intentan sin ayuda, siguen sin fumar al año de dejarlo». Para tratar de conseguir un porcentaje de éxito más elevado , la unidad está apostando por «iniciar el tratamiento durante el ingreso de los pacientes porque creemos que en ese momento están mucho más sensibilizados y motivados», comenta Lázaro, quien aclara que «queremos informatizar el proceso y ver cómo se desarrolla con la realización de un estudio».El perfil del paciente que acude a la unidad de tabaquismo «es una persona de entre 40 y 60 años y prácticamente el 50% son mujeres y el otro 50%, hombres», comenta Lázaro. En este aspecto aunque el porcentaje de mujeres fumadoras siempre ha sido menor que el de hombres, en los últimos años, a pesar de que el descenso en el consumo sigue siendo progresivo, cada vez son más las mujeres jóvenes que empiezan a fumar. «En el caso de los pacientes con patologías derivadas del consumo de tabaco, este incremento supone la evolución lógica de la epidemia y es que los hombres empiezan a fumar antes que las mujeres, por eso ahora estamos empezando a ver más patologías de este tipo en mujeres, porque su ‘pico’ llega más tarde».El tabaco es la causa principal de una de esas patologías, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), una gran desconocida para la población. Precisamente tanto Lázaro como su compañera de unidad, Ana Pueyo, han sido las encargadas de desarrollar en la región el estudio nacional que sobre esta enfermedad desarrolla el sistema de salud cada diez años. Un documento que ha puesto de manifiesto que «alrededor del 85% de los pacientes con EPOC han fumado o fuman o que de los casos que se detectaron de EPOC, solo una cuarta parte estaba diagnosticada».Para estas personas, no estar diagnosticados de EPOC «supone que no se toman las medidas necesarias- fundamentalmente dejar de fumar- o los tratamientos que existen y que permiten frenar la enfermedad, por lo que irremediablemente avanzará mucho más rápido», comenta Lázaro.Precisamente entre las demandas de los profesionales sanitarios para continuar ganando terreno al tabaco solicitan la «financiación de los medicamentos para dejar de fumar porque el tabaquismo es una enfermedad y han demostrado eficacia».La AECC, un aliado para dejar el tabacoDesde hace varios años, la Asociación Española contra el Cáncer dedica gran parte de sus esfuerzos a ayudar a la población que desea a romper con el tabaco. Para ello, la asociación desarrolla, no solo programas de concienciación con adolescentes, sino terapias tanto individuales como colectivas en sus instalaciones. «Más de doscientas personas se acercan anualmente a la Aeec con el propósito de dejar de fumar», explica el presidente de la junta provincial de la organización, Enrique Plaza.El presidente recuerda que «el tabaquismo no solo está íntimamente relacionados con diversos cánceres de pulmón sino que puede ser causa directa de otros como el de vejiga, aunque muchos no lo crean».Aproximadamente el 80% de quienes acuden a la asociación para someterse a una terapia para dejar de fumar, consigue dejar el hábito, aunque por norma general esa cifra se reduce al 60-70% ya que hay un 10% que suele recaer.

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