Dimisión por prender con gasolina

Docenas de personas experimentaron en directo el susto, y algunos las quemaduras en la ropa, que produjo la deflagración con la que se prendió fuego a la sardina del carnaval en la plaza de la Flora. Otros muchos burgaleses lo han podido ver en vídeo gracias a las redes sociales en las que corrió como la pólvora, casi tan rápido como la propia sardina pasando de su estado natural a humo y fuego. Fue un susto, pero podría haber ocurrido algún accidente y de hecho, en las imágenes se ve como un grupo de voluntarios de Protección Civil va rápidamente a atender a alguna persona mientras los bomberos empiezan a arrojar agua sobre la pira.

Los grupos de la oposición municipal han llamado la atención sobre el riesgo que supone que se rociase con gasolina la sardina y se prendiese provocando una bola de fuego a muy pocos metros del público que «puso en riesgo su integridad física». En su opinión, se procedió así porque se carecía de un plan de autoprotección para este evento por parte de los organizadores y el Ayuntamiento incumplió su deber de exigirlo. En otros casos similares, como es el de la suelta de farolillos solidarios con África sí se exigió por parte del Ayuntamiento un plan específico de seguridad.

Los grupos socialista, Ciudadanos e Imagina han pedido al concejal de Festejos, José Antonio Antón, que confirme si había o no plan de autoprotección, y, en caso negativo, le reclaman que dimita junto con la presidenta del Instituto Municipal de Cultura, bajo cuya tutela se celebran las actividades de carnaval. Aunque en el caso de la sardina el acto lo organiza un grupo de comerciantes y hosteleros del centro, el deber de tutela municipal se mantiene, de ahí que ahora se pidan dimisiones políticas. Sin embargo, el equipo de Gobierno elude en principio asumir responsabilidades y convoca a una sesión extraordinaria del IMC a los organizadores, la asociación Burgos Centro y Cía, para que sean ellos quienes den explicaciones.