El Correo de Burgos

Salinero acusa de desidia al PP por no impulsar la planta de escombros

Asegura que la única beneficiada de que lleve seis años sin funcionar es una empresa en manos de una persona con cargo público en el Partido Popular, Felicidad Cartón

Los adoquines de la Plaza Mayor fueron demolidos para instalar las nuevas baldosas.-ISRAEL L. MURILLO

Los adoquines de la Plaza Mayor fueron demolidos para instalar las nuevas baldosas.-ISRAEL L. MURILLO

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N. E.
Burgos

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El concejal no adscrito Raúl Salinero denunció ayer la negligencia del equipo de Gobierno con la planta de machaqueo de residuos de la construcción, ubicada en el Ecoparque de Cortes, que lleva seis años sin funcionar, mientras el Ayuntamiento debe dejar en manos de terceras empresas la gestión de los residuos que proceden de las obras municipales.De haber estado en marcha esta planta, entre las condiciones de la concesión, según explicó el edil, estaba incluido el coste cero para el tratamiento de los residuos de obras impulsadas por el Ayuntamiento y por sus sociedades participadas (Aguas de Burgos). Salinero considera que todo el tiempo que lleva sin funcionar supone una pérdida económica para el Ayuntamiento que debe incluir en cada concurso de obras que impulsa una partida económica para la gestión de los residuos de demolición. Puso como ejemplo que solo en las obras de la Plaza Mayor, el Plantío y la segunda fase de las obras del Centro Cívico Río Vena el Consistorio ha tenido que destinar 82.000 euros a esta cuestión. «Si sumamos todas las obras que ha hecho el Ayuntamiento en estos seis años estamos hablando de cientos de miles de euros», añade.Para el concejal no adscrito la mala gestión se resume en el hecho de que desde que en 2012 se cierra la planta no es hasta 2014 cuando se decide contratar a una nueva adjudicación y en diciembre de 2015 el área de Contratación del Ayuntamiento desestima el procedimiento ya que el pliego está mal redactado. Más tarde, en enero de 2016, se publica un nuevo pliego que suscitó el interés de ocho empresas que estaban dispuestas a invertir unos 116.000 euros en la puesta a punto de la planta, dado que tras su abandono requería de ciertas mejoras. La adjudicación se demora ocho meses y, finalmente, todas las empresas que se presentaron acaban renunciando.Raúl Salinero responsabiliza de la «desidia» en todos estos trámites administrativos a la concejal de Medio Ambiente, Carolina Blasco, ya que, en su opinión, se habría perdido un millón de euros.El concejal no adscrito considera que al no funcionar la planta municipal, al final la beneficiaria habría sido la única empresa que ofrece este servicio de machaqueo de residuos de la construcción en las proximidades de la capital burgalesa, Iglecar, ubicada en Cardeñajimeno. Salinero desveló que uno de los dos administradores es una actual concejal del Partido Popular en ese municipio, pero anteriormente había sido alcaldesa y diputada provincial durante varios mandatos, Felicidad Cartón. «Me pregunto si el Partido Popular está beneficiando a una empresa que está en manos de una persona con carné del PP y con un cargo público», añadió, a la vez, que pide respuestas a la concejal de Medio Ambiente. Según añadió, esta empresa acaba tratando «casi todos los residuos del Ayuntamiento y el 90% de todos los residuos de construcción».Por su parte, la concejal de Medio Ambiente, Carolina Blasco, quiso recordar a Raúl Salinero que hace varios años que se decidió desafectar la planta de escombros, es decir quedó desvinculado de uso público dado que es un servicio que el Ayuntamiento no está obligado a prestar. Asegura que cuando se toma esa decisión la gestión de la planta pasa a corresponder al área de Patrimonio y, por tanto, Medio Ambiente deja de tener responsabilidad en las siguientes decisiones que se tomaron. «Su ataque es cuando menos desafortunado y pone de manifiesto que no se entera», opina.Blasco señaló también que de cara a la puesta en marcha de esta planta se necesita de una inversión para su puesta a punto y el Ayuntamiento tendrá que decidir si se realiza para gestionar los escombros propios.

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