El Correo de Burgos

LA ESPUELA / RUBÉN HERAS

"Cuento más cuentos a los políticos que a mis niños"

Llenó su pueblo de libros y lo colocó en el foco de la actualidad nacional. Lamenta la pleitesía rendida a Revilla del Campo, pero la independencia no entra en su cabeza. Lo suyo es conciliar

Rubén Heras.-SANTI OTERO

Rubén Heras.-SANTI OTERO

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A.S.R. / Burgos
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Pregunta- Colémonos en Bienvenido, Mr. Marshall. Como alcalde de Quintanalara que es, ¿qué explicación debe y va a dar?

Respuesta- Que Quintanalara es un pueblo pequeño, donde se trata de hacer lo más apetecible posible la convivencia y el aspecto social, sin olvidar otros importantes como el cultural y, poco a poco, el económico. Pero lo más importante es la convivencia, que en sitios pequeños es muy difícil.

P.- ¿El mejor mandoble que ha dado con la vara de mando?

R.- ¡Pero qué pregunta! (Piensa) Me dejas mandoblado... (Ríe). No soy yo de dar palos.

P.- ¿Cuándo la echa de menos?

R.- No es cuestión de mandos, sino de conciliar intereses.

P.- ¿Cuáles?

R.- Los de la ciudadanía del pueblo y de todos en general.

P.- ¿Cuándo bailó como un auténtico pendón?

R.- Hace ya algunos años... Sí he bailado bastante. Quizás el Día del Alfoz en Quintanalara fue el último que bailé como un pendón.

P.- ¿Qué piedra en el camino le enseñó que su destino era mandar y mandar?

R.- Yo no quiero mandar y mandar, yo quiero intervenir en esta democracia participativa. Hoy me toca a mí, en otra legislatura, a otro.

P.- ¿Está anunciando que no se volverá a presentar a la Alcaldía?

R.- Me gustaría no volver a presentarme, pero si no hay relevo y no queda otra...

P.- ¿Qué pleitesía rinden a Revilla del Campo?

R.- Demasiada.

P.- ¿Iniciarán un procès?

R.- No. No me gustan las rupturas, sino tratar de conciliar y limar discrepancias entre Ayuntamiento y pedanía.

P.- ¿Es Rubén El Conciliador?

R.- Sí, aunque alguno que lo lea dirá ‘este es un autoritario’.

P.- ¿Alguien puede tacharle de eso?

R.- No.

P.- Tiene dos niños (David y Fernán) y uno en camino. Se ha tomado muy en serio el problema de la despoblación rural...

R.- Ni mucho menos, lo que nos hemos tomado en serio es querer vivir en el pueblo y mientras podamos seguiremos resistiendo aquí. Es una opción de vida, ni mejor ni peor.

P.- Don Quijote o Sancho Panza. ¿A quién ve cuando se pone frente al espejo?

R.- Depende, unos días a don Quijote y otros a Sancho Panza.

P.- ¿De qué depende?

R.- Del estado de ánimo, de cómo me levante ese día y con cuántas ganas de hacer cosas y de querer cambiarlas. Todos tenemos donquijotes y sanchopanzas dentro.

P.- ¿A qué molinos se enfrenta cada día por tierras de Lara?

R.- Lo más complicado es hacer cosas para que todo el mundo las integre y las entienda como positivas. Lo más difícil es conciliar intereses, otra vez conciliando intereses. Es así. No siempre llueve a gusto de todos y es difícil poner de acuerdo a unos y otros.

P.- Si el conde Fernán González levantara la cabeza...

R.- Vería una tierra bastante desolada pero con esperanza de querer hacer algo por nuestros pueblos, tanto por parte de la gente de la asociación como por la de muchos de los alcaldes de la comarca.

P.- ¿Qué le diría Gil Velasco?

R.- (Ríe). Le diría que hay que continuar trabajando para seguir adelante en esta nave que tripulamos en Tierra de Lara.

P.- ¿Rubén Heras tiene más de noble o más de castellano?

R.- Más de castellano, soy bastante rudo y recio (ríe).

P.- ¿Qué analfabetismo acecha al pueblo más ilustrado?

R.- La falta de generosidad por parte de la ciudadanía.

P.- ¿Qué libros tiene ahora en la mesilla?

R.- La pequeña edad del hielo, que no acabaré porque no me está convenciendo, y voy a empezar otro de Julio Llamazares, uno de relatos de distintas partes de España.

P.- Si fuera uno de los volúmenes del movimiento bookcrossing, ¿en qué manos le gustaría estar ahora?

R.- En muchas, al final el bookcrossing hace que los libros pasen de unas manos a otras. A mí también me gustaría estar cambiando.

P.- ¿Dónde se esconde el hippie que fue?

R.- Lo tengo muy enterrado ya.

P.- ¿Resucita alguna vez?

R.- Quizás se proyecta en mi vida en general.

P.- ¿Cuándo se convierte en Antoñita la Fantástica?

R.- Pocas veces.

P.- ¿Siempre tiene los pies en la tierra?

R.- Creo que sí.

P.- ¿Le gustaría que no fuera así?

R.- No, me gusta tenerlos ahí.

P.- ¿Cuenta más cuentos a sus niños al dormir o en los despachos a los políticos?

R.- (Ríe). ¡Cago en la leche! Cuento más cuentos a los políticos que a mis niños (ríe).

P.- ¿Qué cuentos son esos?

R.- Cuentos sobre la realidad de los pueblos pequeños, de la carencia de servicios, de voluntad política por mejorar nuestro bienestar e iniciativas que se pueden desarrollar.

P.- ¿Y a sus niños?

R.- A ellos sobre todo de animales y dinosaurios, que es lo que le chifla al mayor.

P.- Si le llaman pueblerino, ¿usted qué?

R.- Depende de la situación. Unas veces me podría enfadar, cuando menosprecian la visión de la persona que vive en el medio rural, y otras, tomármelo como algo digno, cuando me reivindico como hombre de pueblo, tenga las connotaciones peyorativas que tenga.

P.- ¿Después de interpretar a Margarito en el cine le han llegado más papeles de galán o de pagafantas?

R.- Margarito era un tipo de pueblo, desenfadado, un pichabrava, era la hostia. Yo doy más de serio.

P.- ¿Le han llegado más ofertas a raíz de su actuación?

R.- No (ríe).

P.- ¿Y han vuelto a reclamar los servicios de Margarito?

R.- Sí, mi mujer sí (ríe).

P.- ¿Qué dorado quiere alcanzar siguiendo el rastro de la trufa?

R.- Sería interesante que la provincia de Burgos trabajara como Teruel y Soria para que la truficultura sea una realidad socio económica y que la gente pueda vivir de ese cultivo y genere mayor economía en los municipios donde se implanta. Burgos tiene gran potencialidad y las instituciones deben apoyarla. Me gustaría que se generara una economía interesante en la provincia.

P.- ¿Utopía o realidad?

R.- No es ninguna utopía, ya hay muchas hectáreas truferas, muchas se están profesionalizando y será una realidad en seis años. Entonces hablaremos de Burgos como una provincia altamente preparada para la truficultura.

P.- ¡Menudo mitin! ¡Tiene alma de político!

R.- (Ríe). Con las preguntas sencillas me defiendo bien.

P.- Con cuerpo de jota se levanta cada vez que...

R.- Me levanto contento muchos días. Canto mucho, aunque mal, pero cuando estoy solo, es una forma de desahogarme.

P.- Y si pudiera hablar y cantar a la vez ahora se escucharía...

R.- Una jota o una ranchera. Yo canto y lo que no sé me lo invento... (Ríe) Cantaría la de Juan Charrasqueado, que dice ‘voy a cantarles un corrido muy mentado, lo que pasaba allí en la hacienda de la flor...’.

P.- ¿Qué sueño se ahogó en el pozo de los deseos?

R.- Ninguno de mis deseos se ahoga, tiro para adelante, los voy transformando. No me frustro por que no se cumplan algunos sueños.

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