Los «errores humanos» facilitan la comisión de delitos virtuales

«Cada delito que se comete en el mundo virtual requiere una intervención, por supuesto involuntaria, de la víctima. Esa es la gran diferencia con respecto al campo delictivo físico», señaló Javier Durán, profesor de la Universidad Isabel I y experto en criminología y seguridad durante las II Jornadas sobre Ciberseguridad Aplicada que la institución on line celebró ayer. Es por ello que, como destacaron la totalidad de los ponentes, resulte fundamental contar con «una educación y formación» al respecto, además de avanzar en el grado de concienciación ciudadana.

Según los expertos es preciso avanzar en la autorregulación. También en el conocimiento de que cualquier acto en las redes nos puede exponer a un ataque, pese a que en los últimos años sí que se ha evidenciado un progreso significativo e importante en este sentido, sobre todo a raíz del ataque masivo con WannaCry en mayo de 2017. «En estos momentos estamos todos muy pendientes de los efectos de la nueva legislación europea sobre protección de datos, pero este cambio responde a una demanda de la sociedad. La gente desea saber que la información que está exponiendo está protegida y puede compartirla sin que un tercero se aproveche de ello», añadió Félix Antonio Barrio, gerente de Talento, Industria y Apoyo a l I+D+i del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE). Un organismo que es la clara muestra de la importancia que la ciberseguridad ha adquirido en España: «En muy pocos años hemos pasado a multiplicar por 5 o 6 el número de incidentes de seguridad gestionados», recuerda. «La sociedad no es consciente, en muchos casos, de que somos uno de los cinco países del mundo con más ciberataques», respaldó Javier Martín Porras, director de la Escuela de Criminalística y del Laboratorio Pericial Forense de Alicante. «Los actos delictivos no se han elevado, sino que han virado hacia internet: cada día se realizan mayor número de operaciones económicas y bancarias on line y por este motivo los delincuentes están centrando ahí su campo de acción», remachó Barrio.

Y es que las nuevas tecnologías han posibilitado ampliar de manera enorme el campo de actuación de los ‘amigos de lo ajeno’, como apuntó Alberto Ruiz Rodas, colaborador de los programas de televisión Mundo Hacker (RTVE) e Infiltrados (Cuatro). «No hace falta que te pidan 500 euros por desbloquear tu teléfono móvil: pidiendo 3 euros por cabeza se pueden lograr decenas de miles de euros en muy poco tiempo tras un hackeo masivo aunque el porcentaje de personas que caen en la trampa sea mínimo porcentualmente», señaló.

Y los errores no solo afectan al usuario común, también a la empresa o las instituciones públicas. Y es ahí donde la educación y la labor educativa obtienen su importancia. «Desde las instituciones se está trabajando bien en formar y en incrementar la concienciación: hay que tener en cuenta que la inmersión ezn las nuevas tecnologías se ha adelantado a los 9 años», dijo Barrio, «y que ya contamos con millenials que son mayores de edad», recordó. «En cualquier caso, por seguridad tanto personal como profesional, es mejor pecar de temeroso, de desconfiado, y hacerse preguntas: por ejemplo ¿cómo puede ser que, si mi empresa funciona por facturación electrónica me llegue un recibo en pdf?», finalizó Ruiz.