El Correo de Burgos

Las rentas del edificio ‘Teresiano’ se destinarán a la «labor educativa»

El arzobispo decreta que de forma «permanente» sirvan al propósito de la donación del inmueble

El edificio ‘Teresiano’, también conocido como colegio San Juan de la Cruz, está en la calle Valladolid, 3.-R. OCHOA

El edificio ‘Teresiano’, también conocido como colegio San Juan de la Cruz, está en la calle Valladolid, 3.-R. OCHOA

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El rendimiento económico que el Arzobispado de Burgos va a obtener del arrendamiento del llamado edificio ‘Teresiano’ en la calle Valladolid irán destinado íntegra y permanentemente a financiar la «labor educativa» de la Diócesis, que recibirá así un importante refuerzo financiero.

Así lo ha decretado el arzobispo, Fidel Herráez, con la intención de dar cumplimiento a la voluntad de la benefactora que legó la propiedad del inmueble al Arzobispado con la obligación de que «por los medios que estime convenientes haga continuar la labor educativa». El legado de Amalia Santos González volverá a redundar en la enseñanza después de que en el año 2000 quedará desvinculado de la actividad educativa que durante décadas se prestó en el inmueble como centro de formación profesional bajo el nombre de Colegio San Juan de la Cruz.

El edificio ‘Teresiano’, ya con las aulas vacías, pasó después por una época en la que se utilizó como sede accidental para Correos, en primer lugar, y después ejerció como biblioteca pública en tanto se completaba la remodelación de la casa de cultura de la plaza de San Juan. Desde 2012 ha permanecido completamente vacío y en desuso, sin que desde la Diócesis se haya podido emplear sus cientos de metros cuadrados para otra ocupación más que la de acumular polvo, mucho menos los fines educativos que la benefactora, Amalia Santos, hubiera querido para el inmueble.

El propio arzobispo, reseña en el decreto que firmó el 3 de mayo y entró en vigor esta semana pasada, que el «edificio ‘Teresiano’, tal y como está en la actualidad, no puede cumplir de ninguna forma con las disposiciones establecidas para los centros educativos, por encontrarse absolutamente obsoleto».

El paso del tiempo, además, agravó su estado de conservación lo que obliga al Arzobispado a asumir diferentes gastos para evitar su ruina, pese a los miles de euros que recibió para acondicionarlo como biblioteca provisional.

Desembolsos que se ya se está ahorando desde que ha llegado a un acuerdo para arrendar el edificio completo a la empresa Clece para que instale en él una residencia de ancianos. De momento, la empresa arrendataria ya ha comenzado con las obras más urgentes de conservación, empezando por la cubierta, para posteriormente adaptar sus instalaciones a la nueva normativa autonómica sobre residencias de mayores.

Herráez considera, además, que la finalidad a la que se dedicará el inmueble una vez rehabilidado «con un nuevo contenido asistencial», bien puede entenderse que «coadyuva a cumplir la voluntad testamentaria» de Amalia Santos.

La rehabilitación del inmueble corre por cuenta de la empresa arrendataria, que podría descontarla del coste mensual del alquiler. El proyecto de obra que ha tramitado ante el Ayuntamiento plantea una intervención cercana a los dos millones de euros, incluyendo la rehabilitación y el equipamiento.

Clece está implantada en Burgos en el sector de la limpieza, pero su contrato más llamativo lo obtuvo del Ayuntamiento de Burgos, ya que resultó adjudicataria hace un año del concurso para la gestión de las escuelas infantiles municipales al que concurrió como una Unión Temporal de Empresas (UTE) junto a Selectia.

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