El cambio del viaducto del AVE en Frandovínez llega a la parte central

El mismo día que se confirmaba que José Luis Ábalos será el sustituto de Íñigo de laSerna al frente del Ministerio de Fomento en el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, el trabajo a pie de obra en las obras del AVE a Burgos sigue su curso mientras se cierra el traspaso de poderes. El desmantelamiento del viaducto del AVE a su paso por Frandovínez continúa a buen ritmo y sus avances eran visibles ayer.

Los trabajos ya han llegado a la parte central del puente, la parte más complicada de la estructura, donde una grúa de gran tamaño, que se colocó desde el primer día que se iniciaron las obras a comienzos de mayo, trabajaba ayer en la zona central del viaducto, que ya está completamente retirada. Los primeros trabajos se centraron en la retirada de los aleros del puente, después de que se quitaran las rejillas metálicas que separaban el borde del viaducto a modo de barandilla. Precisamente, la grúa de tamaño es la que se ha centrado en estas semanas de trabajo en ir retirando los grandes bloques que conforman el tablero, de 30 centímetros de grosor, para que después fuera más sencillo ir quitando las partes más ligeras.

Esta parte central del viaducto, que discurre sobre el río Arlanzón, tiene una longitud aproximada de 50 metros.Es en este punto en el que se han colocado dos estructuras para soportar el peso del arco y compensar la retirada del tablero. El viaducto del AVE es una estructura de hormigón pretensado de 180 metros de longitud que se apoya en dos pilas y dos estribos, creando tres espacios entre pilas que van de los 50 a los 80 metros.

Fallos en el hormigón

Hay que recordar que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) decidió demoler el puente delAVE al detectar deficiencias en el hormigón empleado por la adjudicataria. Adif señalaba, a principios de enero, que ya había comunicado la decisión a la empresa contratista, a la que había dado un plazo de cerca de seis meses para terminar el nuevo tablero, con 45 días para la redacción del proyecto, 60 días para demolición del actual y 90 días para la ejecución del nuevo tablero.

La decisión que adoptó Adif fundamentó en el hecho de que se habían detectado deficiencias en la calidad de los materiales que, según señalaba entonces el administrador de infraestructuras, no afectaban a las pilas del viaducto, pero «ponen en evidencia incumplimientos de las prescripciones técnicas que Adif exige a estructuras de estas características», así como la normativa vigente.

En las pruebas realizadas durante los últimos meses del pasado año habían detectado «fallos visibles» que habían arrojado«dudas razonables» sobre «la seguridad, la funcionalidad durabilidad» de esta instalación.

Eso motivó que Adif encargara una campaña de extracción de testigos del tablero del viaducto. Los resultados dejaron en evidencia, entre otras deficiencias, que «las resistencias del hormigón de la estructura construida eran inferiores a las exigidas en el proyecto». Las consecuencias de esta nueva obra suponen un sobrecoste de 2,9 millones de euros, que deberán pagar las empresa encargadas de los trabajos, que ya han planteado su obtención de recurrir cuando finalicen los trabajos.