El Correo de Burgos

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Árboles especiales y con mucha historia

El Ayuntamiento publica un catálogo con una selección de 29 especies de las más de 200 que hay en la ciudad

Acacia del Japón, en el paseo del Espolón.-RAÚL G. OCHOA

Acacia del Japón, en el paseo del Espolón.-RAÚL G. OCHOA

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M. R. / Burgos
Burgos

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El Ayuntamiento de Burgos ha editado un catálogo de árboles singulares de la ciudad, aprovechando la celebración, ayer, del Día Mundial del Medio Ambiente. Una publicación, elaborada por Albera Medio Ambiente a partir del Inventario de Árboles y Arboledas Singulares realizado por Fundación Oxígeno, que recoge una selección de 29 de las 240 especies singulares que hay en la ciudad.

La concejal de Medio Ambiente, Carolina Blasco, señaló que se trata de un proyecto en el que «se viene trabajando desde hace muchos años, pero ahora se les está dando una consistencia diferente».Recordó que fue en el año 2003, y «este es el motivo por el que está aquí», cuando Fundación Oxígeno hizo el primer inventario de la ciudad, y a a partir de ahí en el año 2014, con motivo de la aprobación del PGOU.Es en el año 2016 cuando se actualizó, de la mano de la comisión sectorial de Medio Ambiente, y «entendimos que teníamos que estar muy pendientes de todos estos árboles singulares, que algunos son monumentales y otros en el plan general se califican de emblemáticos».

Se trata de un recorrido por ejemplos de singularidad en toda las zonas de la ciudad, ubicados en suelo público y en suelo privado, de «los que queremos hacer un seguimiento muy especial de todos estos árboles con un mantenimiento y una conservación muy detallada». Para tratar de preservar esas más de 200 especies, Blasco señaló que se está realizando un estudio sobre cuál es el estado de conservación de estos árboles, que «se viene atendiendo desde el contrato de parques y jardines», y en el caso de los ubicados en suelo privado se ha hablado los dueños para establecer actuaciones de coordinación. Blasco añadió que el objetivo es continuar con más publicaciones de este tipo para que la ciudadanía conozca este patrimonio natural porque «será la forma de que nos reivindiquen su cuidado».

El responsable de Fundación Oxígeno, Roberto Lozano, recordó que en el año 2003 se realizó el primer inventario de la ciudad, que sirvió para dar cuenta de las especies, pero también para «sensibilizar sobre un patrimonio que, cuando es una ermita o una iglesia que tiene 400 o 500 años todos entendemos que hay que preservar, pero cuando es un árbol no se suele hacer». Incidió en que se tardaron 12 años en conseguir que el Ayuntamiento «incluyera proteger los árboles a través del Plan General Urbano y ahora podemos hacer uso de esa protección» y así evitar casos como la tala del roble del paseo de la Isla.

Son muchos, pero si tuviera que elegir un árbol singular, Lozano se queda con un roble en Casa la Vega, «uno de los pocos que quedan pegados a los edificios». Un árbol de caso 20 metros ubicado en un entorno donde «según los historiadores durmiendo el Cid y Colón, después de su segundo viaje».

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