El Correo de Burgos

FIESTA DEL CURPILLOS / LA JIRA AL PARRAL

Al mal tiempo, caña y pincho

Multitudinaria, como siempre, la romería popular estuvo marcada por los chaparrones

Las carpas resguardaron a los peñistas de las inclemencias meteorológicas.-ISRAEL L. MURILLO

Las carpas resguardaron a los peñistas de las inclemencias meteorológicas.-ISRAEL L. MURILLO

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N. E. / Burgos
Burgos

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Entre chaparrones transcurrió ayer la jira popular al Parral. A ratos los nubarrones dieron tregua y permitían degustar los pinchos de ‘chori’ y de ‘morci’, pero lo cierto es que la lluvia condicionó buena parte de esta fiesta para incondicionales.La mañana fue más tranquila en lo climatológico y desde bien temprano los vecinos de Burgos se fueron acercando a la campa para coger sitio a cubierto, en las pocas casetas de madera que se ubican a lo largo de la campa. Entonces, todavía no había demasiado barro y los más jóvenes ocuparon directamente el suelo con sus bolsas de plástico y su bebida y el resto de personas se dedicó a pasear arriba y abajo del parque por los caminos de terrizo. Antes de que acabase la parte seria del Curpillos en el entorno de Las Huelgas, el Parral ya estaba lleno a rebosar, ante todo había que adelantarse a la lluvia para poder probar las delicias a la brasa y con un poco de suerte un plato de paella en alguno de los 35 puestos de las peñas y agrupaciones de la ciudad.Ajenos a la misa y a la procesión, los peñistas fueron los primeros en aterrizar. Aunque el montaje estaba casi listo en la tarde del jueves, el viernes hay que madrugar para recibir los suministros de carne y bebidas y tener todo organizado antes de que lleguen los ‘clientes’. Así que toca preparar las parrillas, los cañeros y la caja registradora. En cada peña tienen su organización ya dispuesta desde días antes para saber quién se encarga de cada cosa. Casi todas las agrupaciones optaron por poner toldos y carpas de todas formas y colores ya que las previsiones meteorológicas anunciaban lo que anunciaban.Las primeras gotas allá por las 13.30 horas no asustaron al personal. Los incondicionales del Parral están acostumbrados a todo tipo de inclemencias ya que son muchos los años de experiencia e incluso los más calurosos han terminado en chaparrón en algún que otro momento. Con chubasqueros y paraguas o buscando un hueco a cubierto bajo las carpas, la gente siguió a lo suyo. Así, Javier Rodríguez, junto a la peña San Esteban, aseguraba que ‘cuatro gotas’ no iban a asustar a todo el grupo de amigos que llevaban semanas esperando este viernes festivo en el calendario.Tampoco las familias con niños quisieron huir a esa hora tan temprana. Y mira fue solo un remojón, pero eso sí fue el primero de unos cuantos. El máximo peligro a esa hora de la tarde era comerse un pincho de morro frío, que alguno habrá, digo yo. Así que la fiesta siguió como si nada, pero por poco tiempo. Cercanas ya las 15.00 horas esta vez sí que fue un señor chaparrón el que vino a aguar un poco la fiesta. La gente nuevamente a sacar paraguas, a resguardarse bajo los frondosos árboles y a colocarse el plástico que antes tenían extendido en el suelo sobre la cabeza, cualquier fórmula es buena para evitar el remojón. Este año en lugar de los gorros y las gafas de sol, que también, lo que más triunfó fueron los chubasqueros.Bajo la lluvia los DJ de la Disco Móvil no dejaron de animar a los grupos que por allí estaban y a la mayoría de ellos ya ni siquiera les importaba el agua. Parral Fest estuvo situado en la entrada más cercana a las Huelgas, mientras que la segunda Disco Móvil estuvo en la zona próxima al Hospital del Rey.Con el siguiente chaparrón, pasadas las 17.00 horas, parecía que la fiesta ya se iba a dar por concluida con un parque ya completamente embarrado. Pero los burgaleses resisten lo que se les eche cuando se trata de un día de diversión. Salió el sol y hubo tiempo para disfrutar de esos pinchos, que no se pudieron degustar a gusto en los momentos anteriores, en la merienda.

Y algunos trabajando

Fueron muchas las personas que ayer se guardaron las ganas de fiesta para otro día porque les tocaba trabajar. Al margen de los peñistas madrugadores, en el Parral estaban decenas de voluntarios, casi medio centenar entre Protección Civil y Cruz Roja y a ellos se sumó una veintena de personas que formaron el escuadrón del reciclaje del vidrio. También los bomberos se turnaron para estar presentes en el parque durante toda la jornada, así como la Policía Local señalizando las calles cortadas y recorriendo la zona.Junto a la puerta de Huelgas, en el puesto de Protección Civil estuvieron buena parte de la mañana ocupados con las pulseras identificativas de los niños por si se perdían de sus padres. Mientras, en las aulas de la naturaleza, junto a la Casa de la Parralera, estaba el recinto de Cruz Roja, donde 25 voluntarios llegados de toda la provincia, estuvieron atendiendo las incidencias que se fueron presentando a lo largo de la jornada.Distintas campañas solidarias y medioambientales estuvieron presentes en el parque de Patrimonio Nacional. Es el caso de la Asamblea Feminista que estuvo informando en la prevención de las agresiones sexuales.El área de Medio Ambiente del Ayuntamiento organizó a una veintena de voluntarios con la presencia de las Abuelas de Gamonal y de las personas que participan en el programa ‘Andar en Salud’, que colaboraron en la recogida de vidrio. Desde primera hora de la mañana se repartieron bolsas verdes en las que fueron recogiendo este residuo para entregarlo en una caseta, situada en la zona centro del Parral. Con cada bolsa, un sombrero de regalo. Según aseguraban desde el Ayuntamiento, la gente está contenta de participar en este tipo de iniciativas que a la vez contribuyen a hacer la fiesta más segura, eliminando el vidrio del panorama.

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