El Correo de Burgos

AUTOMOCIÓN

El auge en las ventas de coches, pendiente de una nueva fiscalidad

Las ventas en Burgos se incrementan un 12% y, después de tres años, lo hacen al mismo ritmo que la media nacional del sector

Un usuario comprueba las características de un vehículo.-RAÚL G. OCHOA

Un usuario comprueba las características de un vehículo.-RAÚL G. OCHOA

Burgos

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Alrededor de 350 coches de Kilómetro 0 y vehículos de ocasión, con menos de siete años ocupan la zona peatonal frente al Museo de la Evolución y el aparcamiento de Santa Teresa. Vehículos de todas las marcas, hasta 40, de los siete grupos de concesionarios que operan en Burgos estarán expuestos hasta mañana (desde las 10 hasta las 21 horas) en la zona. Se trata de la octava edición de la Feria del Automóvil de Burgos y en la misma mañana de la inauguración ya se colgaba el cartel de vendido en más de un turismo. «En la feria hay descuentos en los que se pueden ahorrar mil y pico euros que en los vehículos seminuevos pueden alcanzar el 50% del valor de un coche nuevo. Esta es una buena ocasión para comprar antes de que entre en vigor el cambio de normativa que incrementará los precios de todos los vehículos en un 4,5%», explica el tesorero de la Asociación de Concesionarios de Burgos, Aconauto, Julián Alfonso Alonso.

En la Feria participan las marcas de Grupo Julián, Grupo Ureta, Grupo De Santiago Automoción, Autobafer, Motorbafer, Rugauto, Burgocar y Fausto Motor. Esperan lograr ventas in situ, como las que ya se habían realizado en la mañana de ayer. «Aquí como son coches únicos piensan que si no lo compran se lo quitan, es un proceso de aceleración de compra que en el concesionario no tienes», explicaba Alonso en la inauguración de la feria en la que contaron con la participación del alcalde de Burgos, Javier Lacalle. El objetivo de este año será superar las 250 operaciones que se suelen iniciar en la propia feria pero que terminan cerrándose a la semana siguiente en el concesionario. «El año pasado se comercializaron 200 vehículos y este año, por el incremento del tramo impositivo de emisiones, se venderá más porque hay necesidad del cambio de vehículo». España es el segundo país de la Unión Europea con el parque de coches más envejecido. Tienen una media de 14 años, algo que se ve en las ventas de segunda mano. «Sólo ponemos a la venta el 20% de los vehículos que nos llegan porque el resto están para enviar al desguace», explican. La gente aguanta hasta que el coche falla.

Entre los vehículos que más curiosidad generaban en la feria estaban los SUV. El segmento C es la estrella en la provincia de Burgos, donde «estamos acostumbrados a medias distancias de la capital al pueblo, llevando a toda la familia y se necesitan coches amplios y que aguanten kilómetros. No sucede como en Madrid que es el segmento B, de coches más pequeños, el que triunfa por el uso en trayecto urbano», aseguraban desde Aconauto.

El cambio impositivo por la homologación de emisiones impuesto por la Unión Europea, tras los escándalos de consumos diésel, se aplicará a partir del 1 de septiembre con lo que la mejora de ventas de turismos, que en Burgos alcanza el 12%, se podría truncar en el último semestre del año. «Estamos a la par que en España, algo que no pasaba desde hace tres años en los que crecíamos la mitad menos que la media nacional, pero con estos cambios que encarecerán los vehículos entre 1.000 y 4.000 euros, Faconauto espera una bajada fuerte del mercado», señala Alonso.

La esperanza del sector de la comercialización de vehículos, que en Burgos capital emplea a 300 personas y alcanzan hasta las 2.000 en toda la provincia, estaba a punto de lograr un cambio de fiscalidad que «estaba prácticamente consensuado con el anterior gobierno». La patronal nacional del sector había pactado que el impuesto de matriculación desapareciese en favor de las comunidades autónomas pero «ha cambiado nuestro interlocutor» a quien buscan explicar que las ventas de coches son el último eslabón de un sector, el de la automoción, que supone más del 10% del PIB nacional. Julián Alonso defiende que el impuesto de matriculación, «heredero del denominado impuesto de lujo», no tiene razón de ser para un producto que usa todo el mundo para trasladarse por trabajo u ocio. «El coche ya no es un producto de lujo y España es uno de los pocos países europeos que tienen un impuesto que graba el automóvil», señaló.

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