Reclaman un plan de emergencia para casos como el del Aquarius

La foto del niño sirio Aylan en una playa de Grecia conmovió a la sociedad occidental. Una ola de solidaridad y preparativos de acogida a refugiados sirios se levantó en todo el país. Burgos no fue ajeno a ello. El Ayuntamiento promovió la constitución de una Mesa por los Refugiados. Una foto de una reunión en septiembre de 2015 en el que se acuerda desarrollar una base de datos sobre recursos disponibles. Poco más se ha hecho desde entonces.

Hasta que el barco Aquarius puso rumbo al puerto de Valencia donde está previsto que llegue hoy.

El alcalde de Burgos, Javier Lacalle ya ofreció a la Federación de Municipios y Provincias, el apoyo de Burgos para acoger personas procedentes de esta nueva emergencia humanitaria hace unos días. Al mismo tiempo las ongs especializadas en la atención a refugiados han establecido, en la medida de sus posibilidades, las estrategias de atención en función de la demanda de organismos nacionales.

Lacalle apuntó a una nueva reunión urgente de la Mesa de Apoyo a los Refugiados que aún no ha llegado a quienes trabajan en este ámbito como Burgos Acoge. Sonia Rodríguez lamenta que «no hayamos podido elaborar en estos años un plan para situaciones de emergencia como esta si lo tuviéramos tendríamos más capacidad de acción».

Apunta que Burgos Acoge ya tiene las plazas de primera acogida todas cubiertas. Es una vivienda para ocho personas. «Contar con un plan que defina los recursos en caso de urgencia y tener todo planificado porque nosotros ahora podemos poner nuestra experiencia, nuestro personal pero no disponemos de más plazas y en un documento de estas características estarían ya estipulados los alojamientos en casos específicos como este», señala Rodríguez. Por ello, desde Burgos Acoge insisten en «definir cuanto antes este plan para que, si se dan circunstancias similares a las del Aquarius, que se van a dar, tengamos una estrategia para poder apoyar a los que llegan».

Mesa del refugiado

El 20 de junio se celebra el Día Mundial de las Personas Refugiadas. Se estima que actualmente hay 66 millones de personas refugiadas en el mundo, obligadas a huir en busca un lugar seguro, escapando de la guerra, la violencia y la persecución.

La Plataforma de Apoyo a las Personas Refugiadas reclaman un mayor dinamismo de la mesa de apoyo a los refugiados desde su primera reunión y han reclamado en varias ocasiones la elaboración de este plan que, consideran, podría permitir ampliar la acogida hasta las 65 personas.

Cruz Roja también ha preparado la logística para desarrollar un plan de apoyo y están a la espera de que desde la dirección regional se deriven a Burgos algunos de los inmigrantes que lleguen el domingo a Valencia. El servicio de atención al refugiado de Cruz Roja cuenta en la provincia de Burgos con tres viviendas, dos en Burgos para la primera acogida de 12 personas y una en Miranda de Ebro con ocho plazas.

Experiencia y medios

Desde Accem también cuenta con «16 años de experiencia en el apoyo en este tipo de situaciones de emergencia y hemos acogido a más de mil personas con lo que estamos preparados para dar cobertura en caso de emergencia», señala su responsable, Olga Aguilar. No valora la falta de un plan de emergencia pero sí aclara que «todo lo que contribuya a crear mecanismos para mejorar la respuesta será bien recibido».

La ONG Accem cuenta con siete pisos de acogida para 45 personas y 15 plazas en el programa de primera acogida, que sería al que se derivarían a quienes huyen de la miseria y la guerra en el Aquarius. Pero todos estos recursos, como sucede con Burgos Acoge, están completos aunque esta organización plantea acciones paralelas en caso de emergencia y que se coordinan a nivel nacional.

La coordinación entre áreas es clave porque la acogida a personas emigrantes o refugiadas es un proceso que se prolonga durante un año y medio aproximadamente. En primera acogida, en el que entrarán quienes pongan pie en el puerto de Valencia, se encuentran seis meses. Se someten a un proceso de preparación para la vida en Burgos, el inicio de procesos burocráticos, y solventar la barrera del idioma en caso de que exista. Posteriormente se realizan acciones de formación destinadas a su inserción laboral. En todo este proceso tratan de cubrir sus necesidades básicas hasta que alcanzan la independencia suficiente para crear su vida en Burgos o en otro lugar de España.