San Pedro vuelve al medievo

Durante el fin de semana el barrio de San Pedro de la Fuente regresa al medievo. Lo hace gracias a las cintas medievales que rodean las calles de Serramagna, Villalón, Malatos y Emperador. Los alrededor de la plaza de la Cecina donde el olor a bizcocho, morcilla y chorizo y la música de las peñas se entremezcla con los olores de especias y los juegos tradicionales. Una amalgama que cuenta con una segura respuesta de las miles de familias que del barrio que llenan la plaza ya incluso, con disfraces, de damas y caballeros del medievo.

El barrio por el que discurre el Camino de Santiago relega esta actividad al mes de junio aunque está asociada a las tradicionales fiestas de San Pedro de Antioquía que se conmemora a principios de año. «Es un mercado que funciona muy bien, hay una buena respuesta de la gente», señala el organizador y gerente de Repostería El Valle, José Manuel Tejedor. Desde hace cuatro años organiza estas ferias medievales que atraen a artesanos procedentes de diferentes puntos de España (Cantabria, Valladolid, Zaragoza, Zamora, Madrid, La Rioja). La propuesta trata de ser «lo más variada posible» en cuanto a producto y con algunas atracciones de juegos.

Las que más llaman la atención, especialmente de los más pequeños, son una pequeña noria de madera y un tiovivo de animales. «Ellos se acercan con curiosidad porque es un tiovivo diferente y les llama la atención», destaca Arturo. El y su tiovivo llegan de Zaragoza desde hace varios años es «una feria que está bien, se participa mucho y hay muchos niños». Junto a el una pareja regenta una noria particular donde las cosquillas vienen de la mano de las plumas con las que sorprenden a los más pequeños. Y para aderezar la espera a que toque subirse a las atracciones medievales se han dispuesto varias mesas de juego en la plaza. Sergio, uno de los puestos dedicados a juguetes de madera y brick toy se encarga de acercar los juegos medievales como el ajedrez, un gental (ajedrez vikingo), una oca napolitana, un puzzle, el juego del molino (tres en raya) o un juego de damas. Al ser gratuitos siempre tienen gente alrededor pero «lo mejor es que es una ocasión perfecta para jugar en familia, para que los padres enseñen a sus hijos los juegos de siempre», destaca Sergio. Al ser un espacio tan concurrido al final «aunque el respeto es lo que más abunda siempre se hecha en falta alguna pieza o tenemos que ir atornillando alguna de las mesas de juego». Son una de las atracciones que se suman a la música medieval, los cuentacuentos o malabares que se dan cita hasta mañana en el barrio de San Pedro de la Fuente y Fuentecillas.

En torno a los más de 30 puestos hay objetos de todo tipo desde orfebrería artesanal a jabones y perfumes cuyas fragancias inundan la feria. No pueden faltar las tartas de santiago, de queso, de chocolate... los bollos preñaos y panes pero también quesos o embutidos que se pueden adquirir en la feria. «Aunque la cosa está cada vez más complicada en lo que a las ventas se refiere, siempre venimos a esta cita y a otras de Burgos», apunta otra de las vendedoras. Entre ellos ya se conocen. Muchos repite año tras año y acuden a otras citas feriales como la de Gamonal para cerrar las Candelas o en el Fin de Semana Cidiano a finales de septiembre. Muchos de los mercaderes que se citan este fin de semana en Burgos y son de otras provincias lamentan la gran profusión de este tipo de citas que acaban con el factor sorpresa de los clientes. Creen que «en Burgos al menos está muy bien organizado, muy estipuladas las citas y separadas entre sí en otros sitios hay mucho caos, demasiadas ferias y eso, aunque pueda parecer lo contrario, no es lo mejor». En los puestos ratifican que «cada vez cuesta más vender». A pesar de todo el sol sonríe en San Pedro, más de uno el año pasado entre el vendaval y la lluvia se le estropeó el producto.

Todos ellos están contentos con la acogida que tienen en el barrio y por el «complemento perfecto» que suponen las dos barras de las peñas del barrio: la sociedad recreativa San Pedro de la Fuente y la Peña de la Alegría. Los blusas de rojo y azul sirven pinchos y bebida y no se olvidan de la tele, especialmente este año que el fin de semana ha coincidido con el Mundial de Fútbol. Aquí tratan de recabar fondos para que las peñas puedan seguir disfrutando de las fiestas mayores que están por llegar.