Las vallas boicotean el decreto del alcalde para cerrar el Espolón al paso de bicicletas

Muchos de los ciclistas que ayer pasaron por el Espolón se vieron sorprendidos en algún momento del día por la Policía Local. Varios agentes dedicaron parte de su jornada laboral a informar, solo a informar aunque en el futuro podría haber sanciones, a los ciclistas de que había entrado en vigor el decreto del alcalde, Javier Lacalle, por el que desde ayer se limita el uso de las bicicletas por el emblemático paseo burgalés.Ahí no acabó su sorpresa ya que cuando los policías les informaban de que a partir de ahora deberán transitar por la zona del Paseo Marceliano Santa María más cercana al río Arlanzón, se encontraban con que la zona ‘habilitada’ para ciclistas estaba cortada por un amplio vallado, el colocado con motivo de los fuegos artificiales de San Pedro. La primera sesión tuvo lugar ayer y, por tanto, la zona para ciclistas estaba intransitable a pesar de que los agentes les enviaban hacia ese tramo de calle. Más de un ciclista se encontró con la incongruencia de esta medida, que se repetirá durante todas las fiestas, mientras haya fuegos artificiales.Al margen de esta anécdota y del escaso conocimiento del decreto del alcalde que tenían ayer los ciclistas, desde el colectivo Burgos con Bici manifestaban que no se puede regular la movilidad en la ciudad a «golpe de decreto». Según explicaba Pedro Mediavilla, portavoz de la asociación, «nuestro colectivo es favorable a regular el uso de la bicicleta en zonas peatonales, pero debe hacerse de forma meditada y consensuada. Tomar una medida de forma unilateral por parte del alcalde no parece la mejor manera y sobre todo cuando se está redactando una ordenanza de movilidad en la que estamos implicados numerosos colectivos».Desde Burgos con Bici subrayan la «improvisación» de este decreto dado que el equipo que está con esa ordenanza lo sabía. «A nosotros nos consta ese desconocimiento», apunta Mediavilla.La asociación es partidaria de la coexistencia de peatones y ciclistas en las zonas peatonalizadas siempre desde la educación y el sentido común. «Entendemos que cuando el flujo peatonal es muy elevado como puede ocurrir durante la época de fiestas es evidente que no es compatible con el paso de ciclistas, pero es algo que hay que abordar de manera conjunta en toda la ciudad y no solo en un paseo», opina Mediavilla, que entiende que cuando hay pocos peatones a determinadas horas del día debe permitirse la coexistencia.