«Una medida simbólica y efectista que parte en dos la ciudad»

La prohibición de circulación en la parte baja y central del Espolón no ha sido bien recibida entre las asociaciones ciclistas de la ciudad. ‘Burgos con Bici, grupo en favor del uso de la bicicleta como transporte urbano, se ha mostrado en contra de una medida «muy particular y localizada». Han criticado que únicamente se actúe en una parte de la ciudad, sin tener en cuenta los problemas del resto de la ciudad. Opinan que se está siguiendo una «concepción de la movilidad anclada en el pasado» y que convierte el asunto en un «enfrentamiento entre peatones y ciclistas». Han calificado la medida de «chupinazo» y critican que se gobierne «a golpe de Espolón».

Desde la asociación proponen un debate más estructural y profundo. Este se debe celebrar dentro de la redacción de la nueva ordenanza de movilidad. El proceso participativo abierto por el Ayuntamiento busca lograr que técnicos, partidos políticos y colectivos de Burgos establezcan un plan global que contente a todas las partes implicadas. En él debe decidirse por qué calles se podrá circular y en qué condiciones. Además, solicitan que, si se declara una calle como exclusivamente peatonal, se debe garantizar la circulación ciclista por otras vías.

Uno de los principales problemas que, desde Burgos con Bici, aseguran que provocará esta medida es la división en dos de la ciudad. Aseguran que existe una gran desconexión entre muchos puntos de la ciudad, con la única excepción de la línea que sigue el río Arlanzón. En cuanto a la peatonalización del centro histórico, recuerdan que en este tipo de calles la circulación de bicicletas está permitida, ya que no son aceras.

Burgos en Bici también ha mostrado su disconformidad con la aceptación que sí que tienen los VMP (Vehículos de Movilidad Personal). Estos patinetes con motor y vehículos similares son también «invasivos, circulan a mucha velocidad y no son respetuosos con la naturaleza por su uso de energía eléctrica». No quieren frenar su uso, ya que lo consideran una evolución muy positiva por la reducción del tráfico que generan, pero sí les sorprende la «suavidad y comprensión con que se les trata», al contrario del que puedan tener las bicicletas.

Desde las asociaciones ciclistas de Burgos se desea mostrar cómo la bicicleta es un transporte sostenible, respetuoso con el medio ambiente, alternativo y que permite el transporte ‘puerta a puerta’. También reconocen que cada vez son más los comerciantes partidarios de este modelo.