La adquisición de vivienda usada crece un 77% en los últimos 5 años

Durante el mes de junio se realizaron en la provincia 278 operaciones de compraventa de viviendas, 97 menos que en el mes de mayo y 23 menos que en el mismo mes del año anterior, pero el mercado inmobiliario acumula en esta mitad de año buenas cifras y una buena perspectiva de cara al resto del año. En la primera mitad de 2018 se han formalizado 1.744 compraventas de viviendas, un 37% más que hace cinco años, cuando se registraron 1.272 operaciones de este tipo. Una situación que, lejos de producirse con el objetivo de aprovechar los últimos chollos bancarios, responde a una tendencia en inversión, gracias en parte al repunte de precios en el alquiler.

Sin embargo, los mejores resultados se encuentran poniendo el foco en el mercado de la vivienda usada, que sigue cosechando buenos resultados desde hace diez años, pero especialmente reseñables desde hace cinco. Así lo desvela la estadística de Transmisión de Derechos de la Propiedad del Instituto Nacional de Estadística. De enero a junio de 2018, se cerraron en la provincia burgalesa 1.374 adquisiciones de vivienda usada, un 7,2% más que en el mismo periodo del año anterior y un 77% más que cinco años antes, en 2014, cuando la provincia registró los peores datos en adquisición de vivienda usada.

De hecho, echando la vista atrás una década, hasta el año 2008, en Burgos se produjeron 960 adquisiciones de vivienda usada, una tendencia que, con leves altibajos se mantendría hasta el año 2012, cuando se realizaron 754 operaciones. Los años posteriores, 2103 y 2014, las cifras sería muy similares, con 777 y 774 operaciones respectivamente.

La vivienda de segunda mano protagoniza de esta forma ocho de cada diez operaciones inmobiliarias que se realizan en la provincia burgalesa, aunque cabe recordar que los pisos sin estrenar se consideran de segunda mano cuando pasan cinco años de su construcción, con lo que al ir dando salida al stock del mercado se contabiliza por esta vía.

El caso de la vivienda nueva es todo lo contrario y muy diferente a la realidad de hace una década. La vivienda de nueva construcción ha estado paralizada y eso ha supuesto un descenso en el número de operaciones tal y como demuestran los datos. La ausencia de nuevas promociones situó bajo mínimos las ventas de inmuebles a estrenar algo que parece haber alcanzado mínimos el pasado 2017. Por semestres, de enero a junio de 2018 se produjeron en la provincia burgalesa 370 adquisiciones de vivienda nueva, un 5% más que en el mismo periodo del año anterior. Cifras, sin duda muy alejadas de las registradas hace una década, antes del inicio de la crisis económica, cuando en Burgos se producían 1.002 operaciones con vivienda nueva.

En lo que respecta al mercado, la vivienda libre sigue manteniendo su potencial frente a la vivienda protegida. En el mes de junio, de los 281 inmuebles adquiridos, 45 de ellos fueron de vivienda protegida mientras que el restante, 236, fueron vivienda libre. Atendiendo al primer semestre del año, de las 1.744 operaciones inmobiliarias realizadas, 1.482 correspondieron a vivienda libre, mientras que 262 correspondieron al mercado de vivienda protegida. Así las cosas, las operaciones reguladas por la oferta y la demanda, sin ningún tipo de intervención pública, supone algo más de 8 operaciones de cada diez que se han registrado en el último año.

En número generales, el pasado mes de junio se realizó la transmisión de derechos de 2.444 propiedades. Del total, 1.322 correspondieron a fincas de carácter rústico y 1.120 a fincas urbanas. En el caso de las fincas urbanas, 574 operaciones correspondieron a viviendas, 71 a solares y 475 a otro tipo de espacios como locales, garajes, oficinas, trasteros o naves industriales. La mitad de las operaciones sobre fincas urbanas fueron a través de un proceso de compraventa y en un 25% de los casos fue una herencia.