El Correo de Burgos

TROTABURGOS / OÑA

Museo al aire libre

El monasterio de San Salvador, la iglesia de San Juan Bautista, la antigua judería, el hospital de beneficencia de Santa Catalina y las varias casas blasonadas dan cuenta de esta villa que muestra con orgullo su historia

Vista aérea de la localidad de Oña con los espectaculares Obarenes al fondo.-ISRAEL L. MURILLO

Vista aérea de la localidad de Oña con los espectaculares Obarenes al fondo.-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
MARTA CASADO
Burgos

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El pasado brota por las piedras milenarias del pueblo de Oña. El lugar donde los condes pasaron a ser reyes. El sitio donde germinó el reino de Castilla. Un esplendor medieval que puede verse paseando por las calles de la villa y en sus muchos y bellos ejemplos de arquitectura medieval con una mención exclusiva al espectacular Monasterio de San Salvador de Oña. Pero también es un rincón particular contando con una de las pocas cuevas prehistóricas que tienen pinturas rupestres asociadas a un registro arqueológico en la Cueva de Penches y las cuevas de La Blanca y El Caballón.Los onienses de hace 25.000 años contaban con un entorno natural privilegiado del que sostenerse. Una riqueza y variedad de la que hoy se puede disfrutar. La localidad está enclavada en el Parque Natural Montes Obarenes-San Zadornil y en la lechería del Monasterio de San Salvador de Oña se ubica la Casa del Parque donde se analizan las características de este entorno natural con maquetas, audiovisuales y esquemas. Una zona conectada a la piscifactoría del monasterio y una senda circular de 2,5 kilómetros por la huerta de los monjes.Y es que el centro neurálgico de atención para cualquier viajero es el impresionante Monasterio de San Salvador de Oña. Será en 1011 cuando el conde de Castilla Sancho García funde esta institución donde, durante 22 años, conviven monjas y monjes siendo la única comunidad mixta del monacato hispano. La institución estará asociada desde entonces a los monjes benedictinos que no se irán del lugar hasta 1835, con la desamortización de Mendizábal. La grandiosidad del edificio da cuenta de su poder en el torno. A él estaban sujetas 50 villas, 70 iglesias y posesiones en más de 80 lugares y siguió creciendo con el paso de los años y las donaciones de la realiza y la nobleza del país. Una iglesia abacial, impresionantes panteones real y condal, una sala capitular románica, un claustro gótico y la riqueza de los sepulcros de la capilla mayor o piezas textiles de los siglos X y XII son algunos de los ejemplos del poderío casi omnipresente del monasterio en la villa. Y eso está asociado a la presencia de grandes de la época como Fray Andrés Gutiérrez de Cerezo, discípulo de Nebrija y autor de la primera gramática española; Fray Pedro Ponce de León, quien ideó la creación del lenguaje de signos; una joven Juana junto a sus padres los Reyes Católicos hicieron parada en el monasterio en su viaje a Flandes para su casamiento. En definitiva una visita obligada a todo aquel que haga parada y fonda en Oña.Pero junto a este tesoro de factura monacal también hay un patrimonio añadido que habla del potencial que en el pasado tuvo la villa y del que hoy puede presumir como un imán perfecto para el turista que busca conocer lugares singulares. Así está la iglesia del pueblo, la de San Juan Bautista que estaba equipada con una torre hoy restaurada y convertida en Museo de la Resina que cuenta con tres salas de paneles y piezas originales que permiten al visitante acercarse a las particularidades del oficio de resinero. Aunque el mirador y la vista panorámica de la Villa son otra excusa perfecta para acceder a su interior.Pero darse un paseo por las calles de la villa milenaria, transformada en una especie de museo al aire libre, se podrá disfrutar de las casas blasonadas, la fachada del antiguo monasterio de San Salvador, la antigua judería medieval, el hospital de beneficencia de Santa Catalina que sigue prestando esa función de atención sociosanitaria al haberse reconvertido en consultorio médico, o el área de lavadero y abrevadero.Un pasado medieval que nos sólo está presente en la arquitectura y los edificios de Oña sino que también está presente en las actividades culturales que se organizan en la localidad. Entre ellas destaca por su cuidada puesta en escena y preparación el Cronicón de Oña. Una cita que se produce en la primera quincena de agosto y que narra la historia del conde Sancho García, la fundación del Monasterio de San Salvador de Oña y el resurgir de Castilla en la reconquista. Una cita imprescindible en el verano cultural de la provincia. Pero vida cultural es la que nutre esta villa de actividades desde exposiciones a ferias y talleres contando con una programación estable que se puede consultar en su Oficina de Turismo (C/ Pestiño 1, junto a escalinata de acceso al monasterio, teléfono 947 300 078.

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