El Correo de Burgos

LA ESPUELA / MÓNICA MARIJUÁN, florista

"La gardenia, pese a Machín, no es la mejor flor para decir te quiero"

Lleva 30 años entregada al mundo de las flores y acaba de llegar de Sevilla con el título de Mejor Artesana Florista 2018, concurso orquestado por Interflora en el que el año pasado quedó tercera.

Mónica Marijuán.-ISRAEL L. MURILLO

Mónica Marijuán.-ISRAEL L. MURILLO

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A.S.R.
Burgos

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Pregunta- ¿Cuántas flores le han echado desde que se colocó la corona de laureles?

Respuesta- Muchas, muchas. ¡Un jardín entero! (Ríe). Tengo la suerte de contar con muchos amigos, conocidos, clientes... Estoy contentísima, entusiasmada y feliz. No me esperaba este huracán después del campeonato.

P.- El mejor piropo ha sido...

R.- El de un compañero florista de Gijón, que me dijo que ya era hora de que me lo empezara a creer.

P.- ¿Y ya se lo empieza a creer?

R.- Sigo siendo una humilde florista. Soy la que reparte, recoge, limpia, hace los pedidos... Mi tienda soy yo y nada más. Es mi esencia y me encanta que sea así.

P.- ¿Es la Juan Palomo del gremio?

R.- Soy, por decirlo de algún modo, la menos comercial del mundo. Mi objetivo no es tanto vender y producir como que mis trabajos sigan siendo distintos y lleven mi yo personal. Tengo clientes de hace muchos años que antes me decían ‘quiero algo con orquídeas’ y ahora me sueltan ‘haz lo que te dé la gana, porque total...’. (Ríe).

P.- ¿El concurso es como un Masterchef en armonía o de cuchillos afilados?

R.- Para mí, la esencia del MAF (Mejor Artesano Florista) es, precisamente, la convivencia y la buena relación con los compañeros. He conocido a gente maravillosa, he disfrutado con todos, hemos convivido día a día, desayunando, comiendo, cenando juntos y también trabajando porque muchas pruebas son en equipo y debe haber un consenso. La armonía puntúa.

P.- ¿A qué saben las mieles del éxito?

R.- A reconocimiento de un trabajo de 30 años, a ilusión cumplida, a confirmar que nunca es tarde, que si te lo propones puedes ser campeona de España.

P.- Hija y hermana de floristas. ¿Las raíces marcaron su destino?

R.- Sí, mi madre cogió la floristería porque le encantaba. Yo empecé a ayudarla después del instituto y las flores me engancharon. Vi en ellas no solo un trabajo, sino una manera de expresar mi creatividad, de innovar, de traer cosas distintas... Marcó mi destino totalmente. Cuando era pequeña y me preguntaban qué quieres ser de mayor nunca decía florista.

P.- ¿Qué decía?

R.- Veterinaria, porque siempre me han gustado todos los bichos. La flor engancha. El otro día conocí a un chico de Burgos con su carrera de Empresariales que ha decidido romper con todo, irse a Madrid y ser florista.

P.- ¿El olor de cuál tuvo su juventud?

R.- La rosa inglesa, que tenía mi abuela, y las peonías, de mi otra abuela, Narcisa e Isabel.

P.- ¿Son dos gardenias las mejores para decir te quiero?

R.- La gardenia, aunque lo cante Machín, no es la mejor flor para decir te quiero. Aunque suene tradicional, un te quiero es una rosa.

P.- ¿Y con cuál está garantizado un perdón?

R.- (Ríe). Para pedir perdón es importante la humildad y yo pondría una flor sencilla como la margarita o la gerbera.

P.- ¿Cuándo deshojó la margarita y no le sacó de dudas?

R.- (Ríe). Deshojar una margarita no saca de ninguna duda porque el número de pétalos depende de la variedad. Las dudas hay que consultarlas con la almohada, no con las flores, que son para disfrutarlas.

P.- ¿Qué duele más que pincharse con un cactus?

R.- Una desilusión, un desencanto.

P.- ¿Quiénes son sus musas cuando está en faena?

R.- Mi hijo, Nicolás, es mi musa fundamental porque es lo mejor que me ha pasado en la vida.

P.- ¿Hay ‘musaflor’ en su casa?

R.- Sí, sí, hay inspiración en todos los sentidos, cuando uno es creativo lo es también en su casa. A mí me encantan los cactus, soy una apasionada, y todas las ventanas están llenas.

P.- ¿Dónde nunca falta una?

R.- En todas las habitaciones hay alguna flor, y plantas, seguro.

P.- ¿Cuánto le costó hablar la lengua de las flores?

R.- (Ríe). Ya dice mi hijo que soy la loca de las plantas, que hablo con ellas.

P.- ¿Qué las dice?

R.- No es tanto hablar con ellas como escucharlas para saber lo que te están pidiendo. Estudiar la forma de una flor para saber cómo tiene que ir en un ramo o saber si le falta agua o luz a una planta.

P.- ¿Su flor talismán?

R.- Me encantan las peonías, me viene de atrás, de mi abuela, por su perfume, porque es coloquial y a la vez, al ser grande, tiene carácter de flor importante. Pero peonías no hay todo el año y si yo tengo que regalar, elijo orquídeas. Tiene caché, gusta a la gente joven y a la mayor, es para un nacimiento y para un funeral... Es mi talismán.

P.- ¿Ha condenado a alguna al destierro?

R.- No, para todo hay modas y en este mundo, también. Y ha habido temporadas en las que el clavel ha estado en desuso, se dejaba solo para funerales y poco más, pero yo ahora la he encontrado encanto, es una flor apasionante, muy nacional, con colores preciosos, que contrasta muy bien en los ramos. Se puede usar para todo tipo de composiciones. Es una de las desterradas, pero creo que va a volver.

P.- Un jardín sin flores es como...

R.- Un día sin sol.

P.- ¿Dónde mandó al último capullo que se cruzó en su camino?

R.- (Ríe). A cavar el huerto.

P.- ¿El olor de qué flor resucitaría hasta a un muerto?

R.- En los funerales, procuramos no poner flores con olor precisamente para que a los vivos no les venga el recuerdo. Pero por fuertes e intensas, los nardos o los lilium resucitarían hasta un muerto.

P.- ¿Y cuál lo remataría?

R.- A mí no me gusta nada el olor de la paniculata ni el de la hoja de roble, que huele a caca de vaca.

P.- Quien entra en su tienda se topa con No decir te quiero lo suficiente eso sí que da miedo en Halloween. ¿Qué más le da miedo a Mónica Marijuán?

R.- No sé, soy una intrépida... Supongo que el rechazo de la gente y separarte de aquellos a los que quieres. Nada más.

P.- También le dice a sus clientes Hay ramos que duran más que muchos amores de verano. ¿Y que de invierno?

R.- También (ríe).

P.- ¿Al partir prefiere el rugido de una moto o un beso y una flor?

R.- Siempre un beso y una flor, que te quede un buen recuerdo. La moto es para disfrutar con ella.

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