Pequeña ciudad encantada

Ciudad pequeña y encantada, con el título de la ciudad más pequeña del mundo desde hace siglos, Frías consigue atraer al visitante desde el primer momento que pone los pies sobre esta localidad. Un lugar que, además, cuenta con el marchamo de ser uno de los ‘Pueblos más bonitos de España’. Todo un compendio que hacen de este pueblo una visita obligada en la provincia. Su ubicación en la comarca de Las Merindades da a la localidad un aire especial.

La entrada a la localidad es ya toda una declaración de intenciones, un escenario previo que permite disfrutar de la belleza del castillo, uno de los elementos más característicos de Frías. Se puede acceder por el viejo puente romano, sobre el que se levanta uno con trazas góticas y que atraviesa el río Ebro. Sin duda es uno de los puentes más espectaculares de los que hay en la provincia, una buena opción para acceder a la localidad. No obstante, hay una segunda posibilidad para entrar en Frías y muy recomendable, por el barrio de la Tobera. El visitante podrá se topa con el río Molinar, que divide al pueblo en dos barrios. Se trata de un acceso en el que se puede disfrutar del variado entorno natural que rodea a la localidad.

Una vez que se entra en Frías, una de las visitas obligadas es la de las casas colgadas.Se trata de una serie de viviendas, construidas en toba y madera, que han conseguido aprovechar las posibilidades que ofrece la roca en la que se levantan, como el resto de la localidad, para convertirse en un ejemplo singular de este tipo de construcciones. Desde el lado sur de Frías se puede disfrutar de una espectacular vista de estas construcciones.

Otro de los elementos fundamentales de Frías es el castillo, que se ha convertido en uno de los elementos diferenciadores de esta pequeña ciudad. Su ubicación sobre la roca más elevada de la localidad, lo convierte en el referente, en la atalaya sobre la que se divisa una de las mejores vistas de toda la comarca. Sin lugar a dudas es uno de más bellos castillos sobre roca de Castilla y León. Su visita merece la pena, ya que una vez que se accede al interior se puede observar algunos de los restos de la fortaleza, cómo se distribuían los espacios. Su monumental vista desde el exterior se completa en el interior con un recorrido que permite conocer al detalle algunos de los principales vestigios de una fortaleza que se remonta al siglo X.

El paseo por Frías permite seguir descubriendo otros atractivos de la localidad.Es el caso de la iglesia de San Vicente, ubicada al otro extremo de la torre del homenaje del castillo.Destacan sus tres retablos dedicados alCristo de las Tentaciones, la Soledad y el Mayor, de estilos barroco y neoclásico. Para los que quieran conocer el entorno natural de Frías, es recomendable la visita a la cascada del río Molinar.Se puede llegar después de hacer un recorrido a pie de cerca de un kilómetro de longitud por el Paseo del río Molinar.

Frías también cuenta con una de las celebraciones más singulares de la provincia, la Fiesta del Capitán.Se conmemora la época en la que los Condestables de Castilla trataron de tomar la localidad, en el siglo XV. El pueblo se sublevó y eligió un capitán para organizar la defensa de la plaza. Su elección se fundamenta en la destreza con el uso de la bandera.