El Correo de Burgos

El precio de la ayuda humanitaria

Proyecto Rubare tuvo que comprar 120 lonas aislantes de Acnur para chabolas del campo de refugiados de Kiguanja (Congo) con un coste de 2.990 dólares / Denuncian que este material «de la ayuda humanitaria que debía entregarse en el campo solo llega a las tiendas para venderse» / Presentación Lopez: «Durante tres días entregamos directamente el material porque no nos fiábamos de nadie»

La hermana Presentación organiza el reparto de lonas de plástico.-ECB

La hermana Presentación organiza el reparto de lonas de plástico.-ECB

Publicado por
MARTA CASADO
Burgos

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BURGOS

«La autoridad de Kiguanja me lo dijo varias veces, gracias a España, gracias a Burgos por los plásticos». Y así lo hace llegar la hermana Presentación López Vivar que, tras diez años de la explosión en Rutshuru que la dejó herida de gravedad y la obligó a abandonar la vida misionera y su proyecto en Rubare, volvió al lugar de su misión. Comprobó los adelantos de las escuelas para los niños de la zona, la fábrica de jabón, pan y la granja que dan empleo en Rubare a 30 personas y permiten mantener la escuela que escolariza a niños pobres. Y, como están cerca, de vez en cuando realizan labores humanitarias en el campo de desplazados de Kiguanja.La situación en esta zona de desplazados (procedentes de Beni y Butembo) es muy dura tras la temporada de lluvias. El agua se cuela en las tiendas, provoca enfermedades y se han agudizado las muertes. Como campamento deberían llegar los materiales de auxilio que Acnur reparte a partir de su labor de ayuda humanitaria. Al Congo no llega. Al menos es lo que denuncian desde Proyecto Rubare. La ONG burgalesa, con ayuda de la Junta de Castilla y León, pudo cubrir el alimento en la zona por más de un año con una inversión de 25.000 euros. Pero han dolido mucho los 2.990 dólares que el pasado 22 de septiembre se vieron obligados a gastar para obtener 120 lonas de Acnur, con sello bien visible, que permiten aislar las chabolas del agua y la humedad. «Las hermanas recorrieron todos los comercios de Gona no había un plástico igual, tuvimos que taparnos la nariz, porque no hay nada más denigrante que robar a un pobre, y comprarlos al vernos en la disyuntiva de esto o que los refugiados de la zona mueran», señala el presidente de la ONG Proyecto Rubare, Tomás Martínez.Quien durante 14 años estuvo al frente de la misión en Rubare (Congo), Presentación López, no entiende «porqué si es ayuda humanitaria no los entregan de forma directa, se aseguran que llega donde tiene que llegar». Exculpa, porque es consciente de las carencias que hay en la zona, a los vendedores. «Ellos no tienen culpa, sacan el dinero de donde pueden y venden lo que les llega pero el que los trae tendría que haber ido él mismo a distribuirlo como hicimos nosotras».

En cuanto las hermanas de San José de Gerona tuvieron los plásticos fue la propia Presentación quien se encargó de distribuirlos a las familias más perjudicadas del campo. «Yo no me fiaba de nadie, fui yo misma y lo entregué, eso es lo que tiene que hacer el que lo trae», señala. Lamenta también que «llegó a pocas casas en comparación con las que había». Se necesitan más.Desde Proyecto Rubare se remitió una carta para dar a conocer la situación a los responsables de Acnur en Congo. Aún no han recibido respuesta desde septiembre que se remitió la misiva. Consideran, como la hermana Presentación, que «nadie baja hasta los pueblos, a las zonas rurales a comprobar que todo se hace correctamente». Es más, critican que aún estando en Gona «ni siquiera visitan las tiendas de la capital ahí podrán ver que se venden estos plásticos con su logotipo». Están convencidos que las lonas estaban destinadas a refugiados de Congo y Uganda pero acabaron en las tiendas de la capital congoleña.Esta es una más, «la más miserable», de las tropelías que los voluntarios de esta ong burgalesa se han encontrado en un país «terriblemente rico y ese es el origen de su pesadilla», afirma Martínez. La zona tiene una tierra tan fértil que da dos cosechas al año y en el interior de su tierra manan minerales como coltán, oro, diamante o tantalio. Así que son numerosas las guerrillas que tratan de hacerse con el poder de cada zona acabando todo en un enfrentamiento fratricida donde la vida a penas importa. Los niños, además, son codiciados para poder extraer estos materiales en condiciones insalubres. De ahí que el objetivo de Rubare sea mantener y ampliar sus escuelas porque «ellos son la única posibilidad de tener un futuro mejor en un país que parece olvidado por todos».Más información en la edición impresa

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