Ribera del Duero muestra su potencial tras una gran vendimia

Ribera del Duero mostró ayer en Burgos, gracias a un evento organizado por la Cámara de Comercio, los vinos de 2018. Era una presentación a la sociedad especial, tras un año intenso en el que se ha tenido que estar muy pendiente de todo el proceso de elaboración, desde el campo hasta la bodega. Y es que, la helada que acortó la cosecha de 2017 en un 60% (junto a la sequía) dejó su huella con una irregularidad que se ha apreciado hasta la última vendimia de este otoño.Hoy, Ribera del Duero respira por fin aliviada con una campaña de calidad que también ha llegado acompañada de cantidad. «Llegamos con muchas esperanzas y con ganas de recuperar todas las plazas que se han podido perder este año», explica el presidente del Consejo Regulador, Enrique Pascual.

En total, se han recolectado 125 millones de kilos de uva, lo que la sitúa como la segunda mayor de la historia de la denominación de Origen, tras la cosecha de 2016, cuando se batieron todos los récords con 133 millones de kilos de uva.En números, este año han participado 8.300 viticultores y 315 bodegas sobre un total de 23.200 hectáreas de las que el 80% fue vendimiado a mano. Según explica el director técnico del Consejo Regulador, Agustín Alonso, el 2018 ha dejado vinos más frescos y más atlánticos que otras campañas, en los que destaca una buena acidez, ideal para equilibrar alcohol, glicerol y un tanino de uva, «dulce y delicado». «Los vinos de la vendimia de 2018, no sólo harán las delicias de los amantes de los vinos frescos más ligeros, sino que también entre los amantes de los vinos de guarda de Ribera del Duero, recordando en cierta manera las longevas cosechas del siglo pasado», subraya Alonso.Tal y como recordaba el Consejo Regulador, ha sido una vendimia marcada por la producción de vinos más frescos, que cuentan con un mayor componente atlántico que en otras campañas más cálidas, así como con una buena acidez encargada de equilibrar el conjunto dulce que forman alcohol, glicerol y un tanino de uva dulce y delicado. Todo ese conjunto ha comportado una cosecha con vinos que, en boca, dan la sensación de equilibrio, frescor y notas frutales; siempre con un final duradero en la degustación. Como cada año, todo el proceso ha estado completamente informatizado, de manera que los datos se actualizaban continuamente y ha sido posible saber en qué momento exacto se encontraba la vendimia, cuántos kilos se habían recogido en cada momento y cuántas bodegas permanecían abiertas.