El Correo de Burgos

MIGUEL ÁNGEL EXTREMO / JEFE DEL PARQUE DE BOMBEROS

«El futuro de las emergencias pasa por formar en prevención»

Regresa al parque de su ciudad, después de haber sido jefe en Huesca, adonde llegó con 30 años como el más joven de España, y en Palencia. Quiere aplicar esa experiencia en Burgos, donde su objetivo es reforzar el servicio de prevención y darle más protagonismo

Miguel Ángel Extremo.-ISRAEL L. MURILLO

Miguel Ángel Extremo.-ISRAEL L. MURILLO

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M. R.
Burgos

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Tras su experiencia en parques como Huesca y Palencia, regresó a Burgos, donde ha estado de bombero de base, ocupando la plaza que obtuvo en su día, para optar a la jefatura. Un puesto que asume con una mezcla de ilusión y responsabilidad.Pregunta.– ¿Cómo afronta este cargo?

Respuesta.–Con muchísima, muchísima ilusión. Y mucha responsabilidad. Es volver a mi ciudad, además, he estado de jefe de servicio en otras dos capitales de provincia, en Huesca y en Palencia. El objetivo que tienes, siendo de Burgos, con toda tu familia en Burgos, y además habiendo sido de la casa como bomberos de base, está claro que el objetivo, con tantos años la plaza vacante, era al final llegar a la jefatura. Ahora, muchísima responsabilidad porque, claro, es tu ciudad y quieres hacerlo bien. Hay un abanico de posibilidades muy amplio porque es un servicio con muchísimo futuro.

P.–¿Qué puede aportar su paso por las jefaturas de Palencia y Huesca?

R.–Es una experiencia importante porque al final aunque todos los parques de bomberos parece que funcionan de forma similar, cada ciudad es diferente, sus riesgos son diferentes y se necesita una perspectiva bomberil, como decimos nosotros, para ver otros puntos de vista, otras formas de trabajar. Y esas cosas positivas que ves en otros parques pues intentar llevar a Burgos lo que pueda encajar. Salir y ver cómo funcionan otros servicios te da una experiencia. A Huesca me fui con 30 años, entonces era el jefe de bomberos más joven de España. Me fui a una ciudad que no conocía nada. El reto fue importante. Y he podido volver a casa. Todo lo aprendido en Huesca y en Palencia es lo que intentas traer y aplicar.

P.–¿Son muy diferentes los riesgos según la ciudad?

R.–Sí. Si tiene más o menos industria, el número de efectivos que tienes a diario, que haya servicio profesional en la provincia o no. Realmente no hay dos provincias casi idénticas. En Castilla y León, quitando Valladolid y Zamora, el resto de las diputaciones tienen bomberos voluntarios.

P.–El próximo mes se pone en marcha un proceso de selección. ¿Se ha pasado la época de las restricciones y se va a una renovación?

R.–Por suerte esa época ha pasado. Con el decreto de jubilación aprobado hace diez años justo ha coincidido que ha habido muchas jubilaciones y la cobertura de plazas ha sido muy baja. Desde el 2008 hasta el 2017 no ha entrado un solo bombero. Nueve años sin que entre un solo bombero, cuando antes la media era tres, cuatro años, en los que entraban siete, diez,… la cobertura era continua. Se juntaron todas las jubilaciones que tuvimos con la falta de cobertura de plazas y hemos llegado a una situación que ha sido complicada. Ahora empezamos con la cobertura de plazas y vamos a hacerlo de la mejor manera para que en abril estén en Salamanca, en la escuela de formación de Castilla y León, y que para julio estén con nosotros para empezar a formarse. Hay que ir convocando porque tenemos plazas vacantes de sargentos, de cabos. De conductores acabamos de cubrir ahora mismo porque acaban de entrar cinco nuevos. Tenemos el departamento de prevención, que hay que dotar. Ahora mismo es la parte menos dotada. La prevención es tan importante como el de intervención.

P.–Es una labor que quiere potenciar.

R.–Para nosotros es básico. Desde impartir formación en los colegios, dar charlas, instalar detectores de incendios en las casas de personas mayores, contribuir a los planes de emergencia en las empresas, fomentar la formación del personal de prevención de fábricas,… es un campo amplísimo.

P.–Más en una ciudad con unos polígonos industriales potentes.

R.–Es una ciudad industrial, por suerte, y esto hay que cuidarlo. Somos una pata muy importante de cara a la seguridad de esas industrias. Cuanto mejor trabajemos nosotros, mejor va a redundar en la seguridad de ellos. Las industrias, en general están bien preparadas, porque tienen sus equipos de intervención propios. Pero cuando un incendio se escapa de los medios propios, ahí tenemos que estar nosotros. Por eso tenemos que apostar más por el trabajo de prevención. Que sepa reaccionar ante una situación, donde se puede llegar. Hasta aquí he llegado ahora están los medios externos.

P.–¿Qué se haría en prevención?

R.–Queremos dotar de personal al departamento y hay una estructura prevista para cubrir todo. Desde la prevención de las industrias, en la ciudad, en los centros públicos,… es básico. El futuro de las emergencias pasa por formar a la gente.

P.–¿Con cuantas personas se dotaría?

R.–Cinco o seis personas, por lo menos.

P.–Cada vez intervienen más en casos de personas mayores que viven solas, ¿qué se puede hacer más allá de las intervenciones?

R.–Se puede traer la campaña que hicimos en Palencia. Compramos cerca de 1.000 detectores de incendios. Servicios Sociales hizo una campaña informando a todas las personas mayores que estuvieran solas que lo demandaran, fuimos nosotros y se colocábamos. Y son siete euros que pueden salvar una vida. Les dejábamos unas instrucciones de funcionamiento para dentro de un año cambiar la pila. Es un precio bajo. De hecho, en Palencia un detector de incendios salvó una vida.

P.–Se va a recuperar personal, ¿cómo están de medios materiales?

R.–Teníamos la problemática de los camiones que, por suerte, ahora estamos solventando también. Tenemos planificado que de aquí a un mes nos llegue una autobomba ligera nueva. Está en licitación ahora mismo la contratación de otros dos camiones, una nodriza y un taller. También estamos licitando la compra de dos vehículos ligeros. Los vehículos se van renovando. No es el final, los vehículos llegan a una edad muy avanzada y ya tocaba renovarlos.

P.–¿Hay más necesidades?

R.–El día a día nos va marcando. Va surgiendo material nuevo que nos va a ir ayudando a nosotros de cara a mejorar las intervenciones. Tenemos que estar continuamente renovando.

P.–La sala de comunicaciones recibe todos los avisos de la provincia, ¿es un trabajo asumible?

R.– Son bastantes llamadas. Son parques de voluntarios, bastante hacen ya con las pocas llamadas que reciben tener esa respuesta, es de agradecer. Pero es la problemática de los parques de voluntarios. No están físicamente allí. Y gestionar unas llamadas lleva su tiempo, es estar pendiente, es un continuo., porque nosotros ya tenemos muchas.

P.–¿Se debe ir hacia parques profesionales?

R.–Ya está la Junta de Castilla y León en ello. Ha presentado un mapa sectorial, donde se va a dividir la Comunidad en nueve áreas de emergencia, cada área de emergencia o provincia se distribuirá en diferentes partes que serán zonas de actuación inmediata. Y cada zona de actuación tendrá un parque

de determinado tipo. El tipo 1, como el nuestro, Aranda y Miranda. Otros parques como Lerma, Briviesca y Medina, pueden ser tipo 2. El resto con parques de voluntarios.

P.–¿Es más eficaz ese modelo?

R.–Sí porque centras un poco más con un parque más potente cierta zona donde suele estar, con una

respuesta más inmediata y con número de efectivos mínimo.

P.–Este año ha habido más casos de salidas por abejas y avispas

R.–Está creciendo mucho, y el otro día ya llegó el primer avispón asiático, en Antonio Machado. Sabemos que está en el norte de España, Cantabria, País Vasco y el norte de Burgos. Entran llamadas a diario. La complejidad que lleva es que son más peligrosos y requieren otra dinámica de retirada específica.

P.–¿Qué tiene de diferente?

R.–El tamaño y la picadura. Requiere unos trajes específicos. Es prácticamente el doble de tamaño y es más peligroso. En el norte están probando de todo y no han conseguido nada.

P.–Este año ha sido tranquilo en cuanto a incendios.

R.–Ha habido incendios pero no ha habido ninguno ‘mediático’. Pero hay todos los días.

P.–Sigue habiendo muchos avisos de incendios en cocinas, ¿a qué se debe?

R.–Sí. El típico despiste del que se va a ver la televisión y se ha dejado la sartén puesta sigue estando a la

orden del día. Eso con formación e el manejo de extintores y con un detector de incendios.

P.–Se han vuelto a proyectos de edificios altos, de más de 10 alturas. ¿Qué supone eso para el trabajo de los bomberos?

R.–Es un problema añadido para las intervenciones. Un camión nuestro de bomberos, a partir de la décima planta ya tenemos problemas. El código técnico de edificaciones es muy exigente con estos edificios.

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