Una segunda oportunidad para los farolillos y para África

Todo estaba listo frente al complejo de la Evolución Humana. Sin embargo, el intenso viento con rachas de hasta 36 kilómetros por hora según indicó el anemómetro que manejó el equipo de bomberos, dio al traste con la tercera suelta de farolillos que tenían previsto surcar el cielo de Burgos en favor de los refugiados.

Muchas familias, especialmente los más pequeños, se mostraron entristecidos por el hecho de acudir a la cita correspondiente y volver a casa sin haber lanzado al aire algún que otro farolillo. In situ, desde la organización confirmaron que la actividad volverá a celebrarse hoy en el Paseo de Atapuerca a partir de las 18.00 horas, puesto que las previsiones «dan calma», detalló el portavoz de Proyecto Rubare, Tomás Martínez.

Aun así, ayer los burgaleses observaron ya una gran pantalla de doce metros que reproducía imágenes del continente africano y de las actividades que la asociación lleva a cabo en el territorio con las escuelas, lo que era tan sólo el aperitivo para los que esperaban resguardados del frío.

Ya se han vendido más de 500 farolillos pero la organización espera soltar hasta 3.000. Para los que esperan siempre hasta el último momento, los farolillos pueden comprarse en las tiendas Frutopía repartidas por la ciudad y a partir de las 18.00 horas de la tarde también habrá actuaciones teatrales y música.

Este evento, organizado por la Asociación Proyecto Rubare, tiene como objetivo recaudar fondos para ayudar a financiar los estudios de niños de la etnia Batwa, refugiados de la República de El Congo, que se encuentran asentados en Uganda.