La limitación a 90 solo afectará a 400 kilómetros de vías convencionales

La reducción de la velocidad máxima a 90 kilómetros por hora en las carreteras convencionales tendrá unos efectos relativos en la red viaria que depende del Estado, después de que el Consejo de Ministros aprobara el pasado 28 de diciembre la modificación del Reglamento General de Circulación. Según las previsiones que maneja la Dirección Provincial de Tráfico, esta limitación afectará a 400 de los cerca de 5.500 kilómetros que compone red estatal, lo que apenas representa un 10% del total.

El responsable provincial de Tráfico, Raúl Galán, estuvo revisando el catálogo de carreteras con los técnicos del Ministerio de Fomento para determinar con exactitud cuáles eran los tramos que se verían afectados por esta medida, ya que como señala, «si hay un tramo de curvas o una intersección o una travesía, ese tramo ya tiene una velocidad específica».

Eso es lo que ocurre en buena parte de las carreteras nacionales convencionales que gestiona el Ministerio de Fomento. En este sentido, lo que hace la medida aprobada es reducir la velocidad máxima en las vías con un arcén de metro y medio. De la red provincial, la que cuenta con más tramos de velocidad máxima es la N-I, según constata el director provincial de Tráfico, aunque es una carretera que en los últimos años, debido a elevada accidentalidad, ha ido reduciendo el número de tramos con limitación a 100. Una modificación que llega cuando la autopista ha cumplido un mes libre de peajes y la nacional ha reducido ostensiblemente el tráfico de vehículos, especialmente los pesados.

La limitación también se aplicará en otra carretera que aún tiene bastantes tramos con velocidad máxima a 100, la N-234 (Burgos-Soria). Una vía en la que se ha registrado accidentes mortales, el más grave en agosto de 2016, con tres fallecidos. Otras carreteras que aún mantienen algunos tramos con la limitación a 100 son la N-122, la N-627, en la que hasta Montorio tiene algunos tramos con el límite a 100, pero desde esa localidad hasta la provincia de Palencia la limitación es a 90. En el caso de la N-623 (Burgos-Santander), no hay tramos con límite máximo a 100, mientras que la N-120 cuenta con algún tramo hasta el puerto de la Pedraja. En el caso de resto de carreteras, que dependen de la Junta y de la Diputación, la velocidad máxima es 90. Galán destaca que «lo importante, más que la limitación en sí, que no nos va a afectar en prácticamente nada, lo fundamental es poner en valor que la velocidad está detrás de muchos accidentes, aunque no es la causa principal muchas veces es el factor potenciador».

11 de 18

Según los datos aportados por la Dirección Provincial de Tráfico, el pasado año se produjeron 18 accidentes mortales, con el resultado de 21 fallecidos, dos menos que el año anterior. De los 18 accidentes mortales, 11 se registraron en carreteras convencionales, mientras que siete en vías de gran capacidad. Es cierto que es un dato que está por debajo de la media nacional, ya que el pasado año de los 1.180 fallecidos en las carreteras españolas, 1.076 fueron en carreteras convencionales, lo que representa prácticamente el 90%. «Quizá no estemos en la media nacional, pero es una provincia con una red de carreteras estratégicas, muchos kilómetros de vías de gran capacidad», señala Galán.

Más allá de la reducción de la velocidad en este tipo de vías, la medida aplicada por el Gobierno permite«dar certidumbre a la hora de saber a qué velocidad tenemos que circular», asegura el director provincial de Tráfico. «A todo el mundo le ha pasado alguna vez de ir por una carretera convencional y tener la duda de si ir a 90 o a 100», añade. Del mismo modo, Galán rechaza el argumento de que con este tipo de medidas hacen que se circule más despacio. «Tenemos estudios hechos que indican que, teniendo en cuenta las velocidades medias y las distancias, en un recorrido de 300 kilómetros por vías convencionales, igual puede suponer cinco minutos más».