Las autovías tiran de una inversión sin novedades

Ninguna sorpresa. Ninguna novedad. Proyectos eternos daban forma un año más a la retahíla de inversiones previstas para la provincia de Burgos en unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) que poco o nada reflejan el cambio de signo político del Gobierno central. Y sí, la cuantía total sube un 14%, hasta los 150 millones de euros, pero tal incremento se concentra en un número muy reducido de actuaciones ya esperadas, incluso deseadas, habida cuenta del tiempo que llevan previstas.

Así, el empujón más notable se lo llevan dos tareas pendientes de Fomento: el tramo de la A-12 entre Ibeas de Juarros y Burgos y el de la A-73 entre Pedrosa de Valdelucio y Bascones de Valdivia. El primero veía duplicarse la cuantía adjudicada el año pasado, que crece hasta los 30 millones. El segundo recibirá 24, también el doble que lo reflejado en las cuentas de 2018.

Contrasta con estas subidas el desplome del dinero destinado a la implantación de la Alta Velocidad. Y es que esta partida, gestionada por Adif, luce en mínimos, con poco más de un millón para la línea Valladolid-Burgos-Vitoria a su paso por la provincia. La llegada del AVE a la capital, prevista para 2020, parece haber frenado en seco las inversiones en este ámbito, pese a que aún esté pendiente la conexión con el País Vasco. Esta aparece tan solo como intención futura, ni siquiera inminente, pues las partidas más suculentas quedan postergadas a 2022 tanto en Burgos, con 318 millones previstos para dentro de tres años, como en Vitoria.

Al margen de estas estimaciones, lo cierto es que los PGE confirman en 2019 la tendencia del ejercicio anterior y aparcan la Alta Velocidad para centrarse en las carreteras. Solos los dos tramos ya citados, de hecho, copan más de un tercio del dinero total que el Ejecutivo destinará a la provincia y más de la mitad -hasta 88 millones- si se añaden los 34 millones que cada año cuesta la concesión de la A-1 hasta Santo Tomé del Puerto.

Los 62 millones restantes se reparten en ámbitos y proyectos muy dispares, aunque todos, eso sí, viejos conocidos de los burgaleses.

A-12

El tramo entre Ibeas y la capital, premiado con los ya destacados 30 millones de la Sociedad Estatal de Infraestructuras de Transporte Terrestre (Seittsa), no es el único de la ansiada autovía que la unirá con La Rioja que figura en el listado de los PGE. Pero casi, pues el de Villamayor del Río a Villafranca Montes de Oca apenas ‘luce’ 100.000 euros de partida, que recibirá, eso sí, directamente de Fomento. Menos todavía obtendrá el de Villafranca Montes de Oca a Ibeas pues estos 23,5 kilómetros se caen de las cuentas de 2019.

A-73

Para el recuerdo parece haber quedado el anuncio del último ministro ‘popular’ de Fomento, Íñigo de la Serna, que en mayo anunció su apuesta por culminar cuanto antes la conexión con Cantabria por Aguilar de Campoo. La inyección de capital contemplada por los PGE centra los esfuerzos en el enlace entre Pedrosa de Valdelucio y Bascones de Valdivia, mientras que se prevé gastar 100.000 euros en los tramos de Montorio a Santa Cruz del Tozo y de ahí a Pedrosa de Valdelucio, respectivamente.

A-11

Por partida doble figura la variante de Langa de Duero de la A-11 en las cuentas del Estado para el presente año. Y es que Fomento anuncia una inversión de 603.000 euros al tiempo que Seittsa aportará cerca de un millón para ejecutar este «semienlace», idéntica cuantía que la indicada en el presupuesto de 2018 que, sin embargo, no llegaba a desembolsarse.

OTRAS VÍAS

Fomento pretende también destinar casi 4 millones a mejorar el tramo de la Nacional 1 entre Rubena y Fresno de Rodilla. A tal partida se suman los 3,5 contemplados para renovar el firme de la A-1, la BU-30 y la N232. Crece en este capítulo el capital reservado para la conservación de distintas vías, que pasa de 12,2 a 18,5 millones, siendo esta una de las grandes inversiones previstas. Aparecen además en los PGE 264.000 euros que permitirán culminar la colocación de la nueva pasarela de El Crucero. Seittsa se encargará de reparar un puente en la N-I, en Miranda de Ebro, por importe de 550.000 euros.

ADIF

Cabe señalar, a modo de curiosidad, que en 2019 el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) prevé gastar más -el doble, sin ir más lejos- en su división ‘convencional’ que en la implantación de la Alta Velocidad. En concreto, el primer capítulo percibirá tres millones para distintas actuaciones, 900.000 euros del total se irán a la adecuación de la línea entre Aranda y Burgos. La llegada del AVE se lleva 1,592 millones (lejos de los 17,4 de 2018 que finalmente ascendían a 21,8). La partida contemplada se reparte en 1,184 millones para unir Valladolid con Burgos y Vitoria en territorio burgalés y 408.000 euros para otras líneas en explotación. El coste total de este proyecto, con la futura conexión con el País Vasco incluida, asciende hasta la fecha a 1.522 millones, de los que se prevé gastar 439 entre 2021 y 2022. Por su parte, Renfe desembolsará un total de 2,725 millones en 2019 en distintas actuaciones: reposición de material, reparaciones o mejora de estaciones.