Padre Manjón da los primeros pasos para contar con comedor

Los dos únicos colegios públicos que no disponen en la ciudad de servicio de comedor son instalaciones confeccionados con otras necesidades, con décadas de experiencia lectiva que han ido amoldándose a los nuevos tiempos pero «la falta de espacio» imposibilitaba un servicio de conciliación laboral y familiar como es un comedor.

Ahora la liberación de zonas parece abrir las puertas de un servicio demandando por gran parte de los padres y que supone, en centros en competencia directa con instalaciones más modernas, un handicap de atracción de alumnos. En el colegio Padre Manjón la solicitud de iniciar el proceso para lograr esta instalación se presentó el pasado 25 de enero ante la Dirección Provincial de Educación. «Ahora disponemos de dos aulas libres al eliminarse dos líneas en los últimos dos cursos y lo que hemos hecho es solicitar el servicio o al menos que técnicos de la Junta analicen si con lo que contamos se cumplen los criterios que se exigen para poder tenerlo», explican desde la dirección del centro educativo de San Pedro y San Felices.

«Hemos empezado a gestionarlo con la dirección general competente en materia de programación e inversiones», explica el director provincial de Educación, Juan Carloa Rodríguez Santillana. De forma previa, el centro ha testado la posible demanda de este servicio entre sus usuarios.

Acuerdo

La situación del Solar del Cid es más farragosa puesto que implica un acuerdo previo con el Ayuntamiento de Burgos. En el centro ha quedado libre un espacio destinado a vivienda por jubilación de uno de los conserjes. Este espacio «habría que ver si podría cumplir con las directrices que se exige para un comedor pero se plantea como posibilidad para cumplir ese servicio», señalan desde la dirección del centro de San Pedro de la Fuente. Pero antes de realizar esta petición de forma oficial a la Dirección Provincial de Educación el centro tiene que ser propietario del espacio que es de propiedad municipal. «En nuestro caso tenemos algo más de retraso porque primero tenemos que lograr que revierta la instalación como propiedad del centro», explican. Tampoco cierran la posibilidad de lograr una intervención de las canchas deportivas cubiertas (de las que también carecen) y reservar en esa intervención un espacio para comedor.

Otros intentos

En lo que coincide la dirección de ambos centros es el esfuerzo y las propuestas que se han llevado a cabo para poder contar con este servicio. Responden que «falta a la verdad» Santillana cuando dice que se ha ofrecido a la dirección del Solar del Cid en varias ocasiones (al asumir la administración regional las competencias en educación en el año 2000 y años después) pero que «se negó sistemáticamente a ello». Un mismo argumento que la dirección expuso a la Asociación de Padres del colegio Padre Manjón. Apunta Santillana que «dada la autonomía de funcionamiento y gestión de los centros docentes y salvo casos de absoluta necesidad, fue respetada por esta Administración educativa».

Desde ambos centros responden a estas apreciaciones que «sin espacio para poder habilitarlo no se debía cursar la petición» explican desde el Padre Manjón. Recuerdan desde ambos centros que «hemos trabajado mucho este equipo y el anterior en buscar una solución a esta carencia».

En la instalación educativa de la calle Salas recuerdan que se han presentado escritos en los últimos cuatros y hubo movimientos con el anterior equipo directivo aunque no ha sido hasta ahora que «es una opción más real al contar con espacios». En el caso del centro de la plaza Enrique III se han planteado diversas posibilidades para cubrir esta carencia. Entre las posibilidades que se ofrecieron a Educación fue establecer un segundo turno de uso del comedor de Fuentecillas una vez abierto el nuevo colegio de la zona, que se negó por una cuestión vinculada a ser un servicio específico a los alumnos de ese centro.

Desde la institución educativa también se planteó eliminar líneas por curso algo que «vimos inviable puesto que no tenemos más que dos líneas por curso y supondría perder más de un centenar de alumnos». También ha habido otros esfuerzos por parte de la Asociación de Padres como un acuerdo con el comedor de Aransbur que tampoco llegó a buen puerto.