El Correo de Burgos

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La bebé intoxicada por cocaína y su hermana, bajo la tutela de la Junta

Sus padres, adictos, acudieron el sábado al HUBU al despertarse la niña, de 17 meses, con un «llanto desconsolado y máxima irritabilidad»

Los padres llevaron a la niña a urgencias el sábado y ya ha sido dada de alta.-ISRAEL L. MURILLO

Los padres llevaron a la niña a urgencias el sábado y ya ha sido dada de alta.-ISRAEL L. MURILLO

Burgos

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La Gerencia de Servicios Sociales ha asumido la tutela de dos menores de tres años y diecisiete meses después de que la de más corta edad precisara atención médica por una intoxicación por cocaína. El área territorial de Protección a la Infancia iniciaba este expediente y tomaba las oportunas medidas en pro de la integridad de las niñas tras ser notificado el caso por el Hospital Universitario de Burgos, donde el pasado sábado acudieron el padre y la madre con sus hijas, al haberse despertado la bebé llorando «de forma desconsolada y en estado de máxima irritabilidad», según detallaba ayer la Policía Nacional.Si bien en un momento inicial el especialista que atendió a la menor en Urgencias pediátricas tanteó la posibilidad de que esta sufriera un cuadro de dermatitis, la falta de reacción al tratamiento indicado para esta dolencia hizo necesarias otras pruebas que desvelaron el verdadero motivo de su malestar. La analítica de orina arrojaba un resultado positivo en tóxicos, «concretamente en cocaína».

Al momento la sospecha se alargaba a la hermana mayor, aunque no presentaba síntoma alguno. No obstante, para descartar que estuviera también intoxicada se realizó el mismo análisis de orina.

La bebé era ingresada en el complejo asistencial mientras los agentes recabaron los hechos que daban lugar al incidente. En concreto pudieron saber que «desde hace años los padres de estas pequeñas tienen problemas de adicción a sustancias estupefacientes». En este tiempo ambos se han sometido a diversos tratamientos sin éxito.De hecho, según su propio testimonio, la noche anterior a la visita al hospital los progenitores de las menores habían organizado una fiesta en su domicilio con unos amigos. En este encuentro «hubo un consumo relevante de cocaína por parte de todos los adultos», subraya la Policía Nacional. Si bien los padres han negado haber ingerido esta droga delante de sus hijas los investigadores sostienen que «de alguna forma, ellas accedieron a la sustancia y el bebé resultó intoxicado».

Confirmadas las causas del suceso, los policías instaban al Juzgado a habilitar las medidas oportunas de protección provisional de ambas menores, asumiendo a instancias de este la tutela la Gerencia Territorial de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León. Bajo su supervisión permanecerán hasta que se determine «la responsabilidad de los padres en estos hechos».Por su parte y sin querer ofrecer detalles por el bien de las pequeñas involucradas, la responsable del área en Burgos, Marián Paniego, confirmaba que actúan «siempre que existen indicadores de desprotección del tipo que sea». El caso en cuestión da muestra del trabajo en red que se lleva a cabo en este ámbito: «Nosotros no tenemos ojos en todos los rincones. Siempre comenzamos a trabajar porque alguien nos traslada una situación en la que se precisa nuestra intervención. Y la llamada puede llegar desde un particular, Educación o un centro sanitario, bien de Atención Primaria, bien el propio HUBU», como en este incidente en concreto.La gravedad de los hechos y el riesgo al que se enfrenta el o los menores afectados por la realidad comunicada determina la dimensión de la intervención, que en casos leves se realiza a través de los CEAS. El caso de estas niñas, al peligrar su salud, hace necesaria la tutela de la Administración.

Por su parte, desde la Comisaría de Burgos se indica que «los episodios de intoxicación de menores con la sustancias estupefacientes de consumo de sus padres, sin ser habituales, tampoco son extraños». Fuentes hospitalarias confirman que los hay aunque «afortunadamente» de carácter leve y muy poco frecuentes en bebés.SÍNTOMAS

Respecto a las consecuencias de esta ingesta accidental, los expertos consultados remiten a un estudio detallado sobre este tipo de incidentes publicado en los Anales de Pediatría de la asociación profesional española. En esta investigación se explica que un consumo de cocaína provoca síntomas de distinta índole, desde cardiorrespiratorios (hipertensión y taquicardias) a nerviosos, tales como temblor, confusión, euforia o ansiedad y en menor medida alucinaciones, convulsiones y coma. También se contempla una bajada de la temperatura corporal, vómitos y sudoración.

La cantidad de la droga consumida y si se trata de un hecho puntual o continuado determina la gravedad de los efectos. Como en este caso la voz de alarma la da un llanto incontrolado y un estado de irritabilidad notable.

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