El Correo de Burgos

Condenado a 10 años de cárcel y 10 de destierro un agresor sexual reincidente

Asaltó a una joven en San Pedro y San Felices y la vejó realizando tocamientos hasta que una vecina le puso en fuga / De origen rumano, fue condenado por cuatro delitos similares

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Una sentencia judicial permitirá alejar de las calles burgalesas a un peligroso delincuente condenado ya en cinco ocasiones por diferentes delitos de agresiones sexuales, consumadas o en grado de tentativa, y lo pondrá fuera del territorio nacional al menos por diez años.

Un juez burgalés acaba de condenar a Costin Ivanciu, de nacionalidad rumana y sin vínculos ni familiares ni laborales en Burgos, a diez años de cárcel por la comisión de un delito de agresión sexual en la persona de una joven burgalesa y además decreta que una vez que haya cumplido dos tercios de su condena se le aplique una pena de destierro con prohibición de regresar al territorio español durante diez años.

El magistrado aplica las penas previstas para este tipo de delitos prácticamente en su grado más severo ya que Ivanciu es un agresor sexual reincidente, un depredador de mujeres que fue condenado por una racha de asaltos cometidos en el año 2012 que comenzó el 15 de febrero y siguió dos días después, el 17, y posteriormente el 3 de marzo de 2.012. En éste último la agresión sexual vino acompañada de delito de robo con violencia y en el día 17 fue capaz de sumar dos agresiones sexuales, una consumada y otra en grado de tentativa.Llama la atención, además, que este sujeto, que hoy apenas supera los 25 años y que permanece en prisión preventiva desde hace un año, comenzase a asaltar mujeres para someterlas sexualmente cuando contaba alrededor de 19 años. Nacido en 1993, había llegado a España en 2011 y es en febrero de 2012 cuando es detenido y, posteriormente condenado, por los cuatro delitos, cometidos en circunstancias similares al caso por el que ahora el juez le aplica diez años de cárcel y destierro.Asalto de madrugada

Su última fechoría la cometió con abuso de fuerza en la madrugada del 11 de diciembre de en las inmediaciones de la calle San Pedro y San Felices. Sobre las cinco de la mañana una joven regresaba a su casa caminando en la zona de las calles San Pedro y San Felices y Diego Polo cuando, según reza la sentencia a la que ha tenido acceso este periódico, de repente fue abordada por Costin Ivanciu quien le dijo «cómo te dejan salir sola de casa» y «dame dos besos», ‘tocándole el culo’ en varias ocasiones. La víctima, que mide 1,55 metros, le conminó a que la «dejase en paz y que no se pasara con ella», mientras que el agresor, apenas un poco más alto pero de complexión fuerte, hizo caso omiso y le cogió de la cara «y le lamió el rostro, agarrándola fuertemente para intentar llevarla a un descampado próximo, resistiéndose la mujer lo que provocó que Costin la tirara al suelo, tumbándose encima», según el relato de los hechos que el juez considera probado.Ya en el suelo, el agresor «procedió a romperle los pantys y las bragas» que la víctima vestía, «manoseándole las nalgas y la zona genital de la mujer, llegando a introducirle los dedos en su ano». La mujer gritó pidiendo auxilio mientras Costin «le tapaba la boca para impedirlo, diciéndole ‘cállate’, a la vez que seguía manoseando» a la víctima «por todo su cuerpo» durante «varios minutos». La resistencia y los gritos de la joven pidiendo auxilio alertaron a una vecina, que se asomó a la ventana de su vivienda y gritó al asaltante que dejara en paz a la mujer. Ante ello, «Costin soltó a su víctima y se dio a la fuga hacia el descampado del motocross», según se explica en el relato de los hechos.Posteriormente la vecina bajó a atender a la víctima y se dio aviso a la policía. En un primero momento, la joven en su nerviosismo identificó a otro hombre como su agresor, un varón con una apariencia física y de vestimenta similar al sujeto que buscaba la policía, pero que la investigación demostró que no tuvo nada que ver ya que fue localizado por diferentes cámaras de seguridad cercanas a la zona de copas de Las Bernardas mientras ocurría el asalto. Posteriormente, la víctima sí pudo identificar al asaltante real, al que reconoció por la ficha policial, y una investigación forense de los restos de ADN que dejó el delincuente rumano en las bragas y pantys de la joven determinó su participación en los hechos.Si bien la defensa del delincuente rumano planteó dudas sobre la cadena de custodia de los pantys y braga, el juez aceptó los argumentos forenses y da verosimilitud al testimonio de la víctima, los vecinos y los policías para señalar como culpable al agresor y remarcó que «ninguna duda tiene este Tribunal que el perfil genético encontrado en los pantys y la braga fue puesto en esas prendas por Cosmin Ivanciu en el momento de producirse los hechos [...] y no en un momento posterior a la consumación del delito y dentro de la cadena de custodia».Finalmente condena a diez años de prisión, prohibición de comunicación y de aproximarse a la víctima o su domicilio a una distancia no inferior a quinientos metros durante un periodo de once años y sumisión a libertad vigilada por el tiempo de ocho años. Además, una vez cumplidos los 2/3 de la condena impuesta, o cuando haya accedido al tercer grado penitenciario o haya obtenido la libertad condicional, «procederá la sustitución del resto de la condena por la expulsión de Costin Ivanciu del territorio nacional español con la prohibición de regresar a España por un periodo de diez años».

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