Salinero recurrirá las ayudas del Consistorio a las fiestas de barrios

El edil no adscrito, Raúl Salinero, presentará alegaciones a la convocatoria de subvenciones para entidades organizadoras de las fiestas de los barrios de la capital burgalesa. Tratará así de frenar «el retroceso» que a su juicio plantea este documento al cargar toda responsabilidad jurídica en los vecinos. Pretende, de hecho, ganar tiempo para «suscitar un debate» al respecto y convencer a los grupos municipales de Ciudadanos e Imagina de lo nocivo de la propuesta ideada por el equipo de Gobierno.«Estamos de acuerdo en que las fiestas deben mejorar, sí, y nosotros siempre hemos manifestado la necesidad de incluir determinados criterios de calidad, pero lo que no se puede hacer es perjudicar a quienes dedican su tiempo a promover estos eventos solo por amor a su barrio y sin ánimo de lucro.Así solo conseguiremos quedarnos sin fiestas porque ya muchas agrupaciones han anunciado que con estas condiciones, al no poder acceder a las ayudas, no lo van a hacer», relataba el concejal.

Tras redactar el anunciado recurso, para lo que tiene de plazo hasta la primera semana de marzo, Raúl Salinero contactará con representantes de distintas asociaciones y peñas para instarles a que hagan lo propio.Por otra parte, el líder de Podemos advertía ayer de las «malas prácticas» del alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, en materia de publicidad institucional. Arremetía de hecho contra el regidor y «la propaganda política que realiza pagada con recursos públicos». «Ya en 2011 gastaba 500.000 euros más de lo previsto que hubo que abonar con reconocimientos extraordinarios de créditos y también en 2015», lamentaba para indicar que «lo ha vuelto a hacer», incumpliendo además la ley, «que deja muy claro qué es publicidad institucional y cómo debe repartirse».Se refería en concreto a anuncios de planes municipales y a la gestión de las redes sociales del Ayuntamiento, así como a convocatorias a medios «absurdas» como la reciente visita a los baños en construcción del Coliseum, que, según Salinero, costó más de 600 euros al Consistorio: «Y todo para salir en las fotos señalando en un habitáculo vacío».Uso del cocheEn vista de esta situación, agravada por el silencio sobre el uso que el regidor municipal hace del coche oficial, «con el que todos los lunes se va a Valladolid a reunirse con Mañueco a costa de todos los burgaleses», añadía Salinero, el concejal consideraba urgente que todos los partidos de la oposición se reúnan para mostrar su «tajante» rechazo a estas prácticas «porque no queremos una campaña con una formación hormonada».«Hay jurisprudencia suficiente para acudir a los tribunales y que Lacalle se lleve un susto, pero no queremos hacerlo solos», apostilló.