El PSOE rebate a Lacalle y recuerda que la deuda global suma 374 millones

L. BRIONES «Hay que tener mucha cara para engañar de esa manera, para mentir sin ponerse colorado», clamaba ayer Antonio Fernández Santos. Se refería así a las explicaciones del alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, y del edil de Hacienda, Salvador de Foronda, en la presentación de la liquidación del presupuesto de 2018. Y es que a juicio del concejal socialista los datos ofrecidos por el equipo de Gobierno, sin ser falsos, muestran apenas una mínima parte de la realidad financiera del Ayuntamiento.

«Los 37,5 millones pendientes de amortizar que Lacalle vendió como deuda directa son los préstamos que tenemos que devolver a los bancos, lógicamente, pero es que a esta cifra hay que sumar otras para calcular los compromisos reales», detallaba el representante del PSOE, para pasar a enumerarlas de corrido. Recordaba así los tramos no sostenibles de las deudas de los consorcios del Desvío, 41,5 millones, y de Villalonquéjar, 27,6 millones, que el Ayuntamiento ha asumido como su responsabilidad y no pueden pagarse con lo obtenido por venta de parcelas; y los pagos por liquidaciones negativas de ejercicios anteriores, 7,1 millones. La cifra se elevaría así a 114,3 millones.

«Pero no termina ahí el listado», advertía Fernández Santos. Y es que, por el momento, el Consistorio burgalés, al menos frente al Ministerio de Hacienda, también debe afrontar los totales de los débitos de los citados entes ya que «ambos», a fecha de ayer al menos, «están calificados como deudas correspondientes al sector de administraciones públicas, es decir, municipales». La del consorcio de Villalonquéjar ronda los 99 millones y la del Desvío, que podría reclasificarse y dejar de atribuirse al completo al Ayuntamiento, tal y como reconocía el edil, se aproxima a los 160 millones.

Una sencilla suma basta para calcular que más allá de las obligaciones en las que se detenía el pasado jueves Lacalle existen compromisos por un importe total de 374 millones, en el peor de los escenarios.

Fernández Santos se detuvo también en el remanente de tesorería, concepto que a su juicio no debe esgrimirse como motivo para presumir. «Cerrar el ejercicio con remanente es sinónimo de mala gestión y el alcalde presume, además de por pagar lo que tiene que pagar, de tener 32 millones sin gastar mientras la ciudad está estancada», lamentaba. El edil socialista recordó también que en los últimos años se han incrementado los ingresos pero «a costa de sacrificar personal y paralizar los servicios».RONDA

No desaprovechaba tampoco la ocasión Fernández Santos de criticar la visita del alcalde al tramo que, por fin, cierra la ronda interior de la ciudad. Tramo que, subrayó indignado, «podía haber sido una carretera a escasos siete metros de los edificios de Las Rebolledas, que esa era la propuesta del Partido Popular cuando aún tenía mayoría absoluta».

El rechazo vecinal motivó en su momento una segunda propuesta, ‘rubricada’ por el entonces concejal de Fomento, Ángel Ibáñez, que a juicio del socialista «demuestra que la inutilidad en política se premia». Se trataba de «una vía verde» que tampoco salía adelante, dejando paso al diseño que ayer se inauguraba y que «aunque no se reconozca es único mérito del PSOE».