El Correo de Burgos

MUNICIPAL

El apoyo municipal a familias llega a menos casos pero más graves

Tras el cambio normativo que obliga al Ayuntamiento a asumir todos los casos de desprotección de menores atendió a 668 en 2018

El cambio normativo obliga al Ayuntamiento a asumir todos los casos de desprotección.-RAÚL G. OCHOA

El cambio normativo obliga al Ayuntamiento a asumir todos los casos de desprotección.-RAÚL G. OCHOA

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L. B. / Burgos
Burgos

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El área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Burgos, a través del programa municipal de apoyo a la familia recibía el año pasado 443 casos en los que estaban involucrados 668 menores. Así lo explicaba ayer la edil del ramo, Gema Conde, al dar cuenta de los datos de actividad vinculados con infancia. Indicaba que, en relación con esta iniciativa en concreto (la que más inversión requiere, tras las escuelas, con más de 500.000 euros de presupuesto), si bien se ha reducido ligeramente el número de atenciones respecto a 2017, cuando se registraban 448, ha aumentado la complejidad y la gravedad de las situaciones que las precisaban.

Este cambio responde a que «con la normativa actual las corporaciones locales asumen todos los casos de desprotección que se detectan y, por lo tanto, se priorizan aquellos más problemáticos», señaló la edil, tras recordar que el programa de apoyo a la familia lo lleva a cabo un equipo integrado por doce profesionales.

Sobre los principales indicadores de riesgo detectados, Conde destacó la frecuencia de negligencias físicas y emocionales en el entorno familiar, casos en los que se encontraban un 25% de los menores, respectivamente, seguidos por un 24% de víctimas de maltrato psíquico. Menos frecuente es el físico, un 4%, siendo más numerosas aquellas hogares que ofrecen un «modelo de vida inadecuado», en los que se han encontrado hasta un 12% de los infantes atendidos en 2018.

PERFIL

El perfil tipo se mantiene prácticamente idéntico al de ejercicios anteriores, con una «mayoría de familias monoparentales de madre separada o divorciada, con baja cualificación profesional, precariedad económica y una media de dos hijos a su cargo».

Al hilo, la concejal de Servicios Sociales destacaba la «dificultad para detectar casos de menores desprotegidos entre los 0 y los 4 años». «Se debe sobre todo a las características propias de este tramo de edad, con menor visibilidad social o posible enmascaramiento de la sintomatología». También consideraba «necesario» reforzar el diagnóstico temprano de riesgos prenatales.

Celebraba, no obstante, los resultados de las intervenciones efectuadas en 2018, pues «en el 78% de las situaciones graves se han alcanzado los objetivos para garantizar el bienestar de los menores», aseveró.

La labor del área de Infancia incluye otros programas como el denominado Educar en Familia, que el año pasado incluyeron tres talleres de conocimientos y habilidades para afrontar la crianza de bebés, niños de entre 5 y 12 años y adolescentes, respectivamente, con 37 participantes en total y 69 menores beneficiados. En estas actividades se constataba una especial preocupación por aspectos como las rabietas y conflictos familiares, educación emocional o negación de autoridad, normas o formación sexual.

Servicios Sociales también ofrecía apoyo específico a 18 personas en proceso de separación y alternativas de ocio a 63 adolescentes en riesgo de exclusión.

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