El Correo de Burgos

Día Mundial del Agua

Cada burgalés consume 124 litros de agua al día

La cifra se eleva a 325 por habitante si se incluye el suministro industrial / El Ayuntamiento planea renovar las tuberías en cinco zonas de la ciudad en los próximos meses

El depósito del cerro de San Miguel es una de las instalaciones básicas de la red de aguas de la capital burgalesa.-SUSANA SANTAMARÍA

El depósito del cerro de San Miguel es una de las instalaciones básicas de la red de aguas de la capital burgalesa.-SUSANA SANTAMARÍA

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Cada burgalés consume en su hogar 124 litros de agua al día. La cifra se aproxima a la media nacional y equivale, por ejemplo, a tirar una decena de veces de la cadena del retrete. El reparto por cabeza se dispara hasta los 325 litros al añadir el suministro industrial. O, lo que es lo mismo, 700 litros por segundo en suma, 61.175 metros cúbicos en una jornada que en 2018 sobrepasaron los 22 millones.

La comparativa con los números registrados en 2014 -que pueden consultarse en la web de la sociedad municipal Aguas de Burgos- arroja un leve descenso del consumo por residente, que hace cinco años superaba los 128 litros diarios.

Los datos dan la medida de un servicio esencial que en otras latitudes se convierte en lujo, detalle que busca visibilizar cada 22 de marzo el Día Mundial del Agua. Y aquí en Burgos, la cita sirve para dar a conocer a los ciudadanos el desconocido ciclo responsable de la ‘magia’ cotidiana que brota de cada grifo y desaparece por los sumideros.El propio alcalde, Javier Lacalle, presumía ayer de cantidad y calidad de agua: «La mejor de España según los expertos». Lo hacía a pie de depósito, en el que se ubica en el cerro de San Miguel desde finales del siglo XIX. «El más grande hasta hace apenas unos meses, superado ya por los recién estrenados en Cortes», recordaba satisfecho, para destacar la «apuesta decidida del Ayuntamiento por modernizar las infraestructuras implicadas en todo el ciclo del agua, desde que se obtiene de pantanos y pozos hasta que se devuelve al río en las mejores condiciones». Agradecía al respecto el «consenso político» que siempre acompaña este tipo de actuaciones cuyo coste en los últimos años ronda los 100 millones de euros, cuantía extraordinaria «para una ciudad de este tamaño y población».

De vuelta a las cifras, el regidor municipal detalló que, con una plantilla de 89 empleados, Aguas de Burgos gestiona 60.438 contratos. Más allá de las instalaciones de captación, potabilización y depuración, prestar tal servicio requiere de una «importante red de distribución», que se traduce en casi 650 kilómetros de tuberías a los que se añaden otros 815 de la red de saneamiento.En renovar estas arterias por completo está empeñado el equipo de Gobierno, según indicó Lacalle. «En los últimos meses se han llevado a cabo actuaciones en este sentido por valor de 3 millones y ya hay previstas nuevas, en distintos lugares donde ya hay planificadas obras de urbanización», explicaba.

Así, hasta en cinco puntos de la capital burgalesa se aprovechará la reurbanización en ciernes para cambiar las tuberías de suministro y depuración de aguas. En concreto, se realizarán estas mejoras en el próximo tramo a renovar de la vía verde Santander Mediterráneo, en el paseo de la Quinta, en la calle San Zadornil y su entorno, en los aledaños del estadio municipal del Plantío junto al río Arlanzón y en Capiscol. Estas intervenciones implicarán un gasto solo en nuevas conducciones cercano a 300.000 euros.DECANTADORES

Además, se procederá a renovar los decantadores de la estación de tratamiento de agua potable de Arlanzón, que rondan los 38 años en uso, desde que en 1981 se inaugurara la instalación. Esta actuación costará «más de medio millón de euros», estimó el alcalde.

Lacalle acudió al depósito del cerro de San Miguel con la edil presidenta del consejo de administración de Aguas de Burgos, Carolina Blasco, que aprovechó la jornada para recordar a los burgaleses la importancia de hacer un uso «sostenible» de este bien.

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