El Correo de Burgos

EDUCACIÓN

Toma de conciencia temprana

Alumnos de siete centros instan a políticos municipales a cumplir con los compromisos de Cooperación en educación, ámbito para el que reclaman al menos un 8% del 0,7%

Dos alumnas de sexto de Primaria del Blanca de Castilla explican sus peticiones a sus compañeros el Apóstol San Pablo.-SANTI OTERO

Dos alumnas de sexto de Primaria del Blanca de Castilla explican sus peticiones a sus compañeros el Apóstol San Pablo.-SANTI OTERO

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L. B. / Burgos
Burgos

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El señorial Salón Rojo del Teatro Principal rezumaba ayer juventud. Y activismo precoz. Era la idea, de hecho. Tan fastuoso escenario se convertía en epicentro de la Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME) y alumnos de siete centros locales tomaban la palabra para recordar a los políticos presentes que, como tal, tienen un compromiso con la Cooperación al Desarrollo.

Recogían el guante Carolina Blasco, responsable de Educación en el Ayuntamiento, el portavoz municipal socialista, Daniel de la Rosa, y el edil de Ciudadanos Vicente Marañón. Ante ellos desfilaban las promesas rubricadas por sus ‘mayores’, es decir, los representantes de las mismas formaciones en el Congreso de los Diputados, así como las propias, aprobadas en el Pleno de septiembre de 2018. Todas asumen como inaplazables los Objetivos de Desarrollo Sostenible, una agenda de metas fijada por la ONU para erradicar la pobreza mundial y proteger el planeta.

«La educación es un elemento esencial para la consecución de estos retos. En particular la vinculada a la lucha contra la degradación medioambiental, que en esta ocasión centra la SAME», recordaba ayer, minutos antes del evento Pablo Redondo, técnico regional de Ciudadanía de la Fundación Entreculturas, entidad promotora de la iniciativa en Burgos.

Ejercía Redondo de anfitrión para los 60 jóvenes que tomaban la sala para protagonizar un necesario «ejercicio de ciudadanía temprana», un obligado «activismo» como portavoces del derecho a la educación: «Es el otro gran propósito de esta actividad, que estos chicos y chicas vean que la democracia no consiste solo en votar cada cuatro años, que deben alzar la voz y exigir a los representantes el cumplimiento de los compromisos adquiridos». Así fue, precisamente.

Llevaban todos la lección bien aprendida, no en vano había trabajado la unidad didáctica que Entreculturas difundía al respecto en sus aulas: las de cuarto curso de ESO en el instituto Félix Rodríguez de la Fuente, La Merced y Jesús María, la de tercero de ESO del colegio Círculo, la de sextos de Primaria del Blanca de Castilla, la de quinto de Primaria del Apóstol San Pablo y las del centro formativo de Apacid.

Cada grupo resumían aprendizajes y reclamaciones en sendos paneles con toque artístico por los que desfilaron compañeros del resto de centros y políticos, a quienes en particular se destinaba sus alegatos en relación con el derecho a la educación para la sostenibilidad medioambiental y social. En ellos lucían peticiones como «dar preferencia a ONG en planes de desarrollo ambiental, comprar tecnología ética, restricciones a las empresas contaminantes, campañas de concienciación, fomentar la energía verde o reducir el consumo de papel y plástico...» y así hasta 16 solo en uno de los expositores. En suma, un nivel de exigencia alto que en esta semana se multiplica.

Y es que la SAME se celebra del 1 al 7 de abril en 124 países bajo el lema en esta ocasión de ‘Defendemos la educación, sostenemos el mundo’. En España, en concreto, Pablo Redondo recordaba ayer que hasta 30 ciudades se suman a una iniciativa que reunirá a más de 40.000 jóvenes. «Es una oportunidad perfecta para concienciar de las graves consecuencias del cambio climático, un reto global que, además de causar muertes y desplazamientos masivos, puede llevar a la pobreza a 122 millones de personas en el año 2030», apostillaba.

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