El Correo de Burgos

García Sastre propone estudiar con la UBU casos de gripe grave

El virólogo investido ayer doctor honoris causa reconoce resultados «prometedores» en la fase inicial de ensayos de una vacuna universal

El nuevo doctor recibió su diploma de manos del rector de la UBU, Manuel Pérez Mateos.-SANTI OTERO

El nuevo doctor recibió su diploma de manos del rector de la UBU, Manuel Pérez Mateos.-SANTI OTERO

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Adolfo García Sastre recibía ayer con emoción el reconocimiento de la tierra en la que además de nacer en 1964 adquiría -en las aulas del Liceo Castilla, para más señas- la pasión por la Biología, esa que le eleva hoy a eminencia en su terreno: el estudio de los virus. A conocer y combatir en especial el de la gripe dedica sus esfuerzos en la Escuela de Medicina en Mount Sinaí en Nueva York, en la que recaló hace casi treinta años para iniciar un periodo de formación postdoctoral tras formarse en Salamanca.Poco imaginaba entonces que en un futuro su nombre luciría en el muro en el que la Universidad de Burgos, su ciudad hasta los 16 años, destaca a sus doctores más insignes, los que adquieren el ilustre título de honoris causa. «Siempre he llevado a mi tierra dentro y son varios de hecho los burgaleses que han investigado en mi laboratorio», afirmaba orgulloso minutos antes de la ceremonia al tiempo que miraba, de refilón y agradecido, a uno de esos compañeros: el director del Área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Burgos, Juan Ayllón, promotor y padrino del nombramiento de García Sastre.El científico, que dedicó buena parte de su intervención a repasar las razones y los frutos de su carrera, afirmaba ante los medio de comunicación que espera «estrechar los lazos» con la institución que ayer lo agasajaba, «por ejemplo, con investigaciones conjuntas que nos ayuden a entender mucho mejor los problemas que causa el virus de la gripe en personas concretas que presentan otras enfermedades».

«Son casos en los que una infección que a la mayoría como mucho nos obliga a estar dos o tres días en la cama puede tener graves complicaciones e incluso provocar la muerte», recordaba para detallar que el reto es «saber más sobre lo que ocurre en estos casos para buscar soluciones que den lugar a vacunas o tratamientos efectivos, en definitiva para mejorar la vida de estas personas».Y es que ese es precisamente la meta que comparten todos sus proyectos, pasados, presentes y futuros, de entre los que destaca por relevancia, «la búsqueda del Santo Grial de la virología de la gripe: una vacuna universal que limite la sangría anual de las epidemias estacionales y destierre para siempre el temor a otra pandemia», según subrayaba Ayllón en su discurso, para afirmar que, dadas las cualidades del homenajeado, «ese empleo, de entrada, es toda una esperanza».El propio protagonista del evento reconocía el proyecto como fundamental: «Las vacunas actuales solo protegen, y no a todos, contra los virus circulantes en ese momento, siempre y cuando contengan antígenos derivados de estos, lo que no siempre ocurre pues a veces el virus cambia antes de que podamos determinarlo. Debido a esto hay que actualizar las vacunas cada año. Una universal, como la que queremos desarrollar, induciría una protección contra cualquier cepa del virus de la gripe, incluidas las pandémicas, aviares y porcinas, y solo se administraría una vez en la vida».García Sastre -cuyo laboratorio colabora con otros dos en este trabajo- afirmaba, con cautela, que los resultados de los ensayos en animales en el que han sido «prometedores», así como los iniciales de «seguridad» en humanos. No obstante, señaló que queda aún mucho camino por recorrer para comprobar la eficacia de esta vacuna, pues «necesitamos estudios de larga duración, ya que intentamos probar que protege contra la gripe durante muchos años».Además de este proyecto, el virólogo mencionaba como relevante otra línea de investigación de su equipo: el uso de virus modificados como agentes contra el cáncer, que comenzarán a probar este año. «Pero para conseguir resultados clínicos en todos estos proyectos se necesita mucho trabajo e inversión», recordó.Y es que García Sastre aprovechaba la tribuna brindada por la UBU para señalar que «la ciencia y todo el mundo necesitan seguir formando a investigadores para encontrar soluciones a los problemas de salud que nos acosan». Consideraba al respecto que «los grandes avances de la tecnología nos permiten hoy hacer cosas impresionantes que debemos aprovechar» por lo que instaba a las autoridades a «invertir en ciencia» para subsanar el declive de los últimos años. «Es una pena que en un país como España, que tiene un sistema excelente de formación de investigadores y una gran cantidad de profesionales brillantes y con ganas, falten luego las subvenciones necesarias para mantenerlos».Ayudas como las que han impulsado su trayectoria en Estados Unidos, que inició de la mano de su mujer, Ana, con la que tiene dos hijos, y a las órdenes del doctor Peter Palese, al que le agradecía su confianza. Una carrera jalonada desde sus inicios de aportaciones relevantes, tales como la aplicación de técnicas de Biología Molecular para reconstruir y conocer en profundidad el virus de la gripe de 1918, «causa de la peor pandemia que el siglo XX iba a presenciar al provocar la muerte de unos cincuenta millones de personas».Burgos registró la mayor mortalidad del país, que en conjunto la sufrió con especial intensidad, de ahí que se conozca como la gripe española. Así lo indicaba en su intervención Juan Ayllón, para opinar que «no deja de ser, por tanto, un curioso guiño del destino, o una suerte de justicia poética, que en la misma ciudad fuera a nacer, muchos años más tarde, una de las personas que más y mejor han hecho por conocer, controlar y vencer al patógeno que tanto sufrimiento había causado».

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