El Correo de Burgos

SUCESOS

Cae una célula de la mafia georgiana por el robo en más de 50 viviendas

La Policía identificó al líder gracias a unas zapatillas que llevaba puestas en sus asaltos

El subdelegado, Pedro de la Fuente, escucha las explicaciones del inspector Rodríguez, junto a Jesús Nogales y el inspector jefe de la Policía Judicial, José Manuel delBarco.-ISRAEL L. MURILLO

El subdelegado, Pedro de la Fuente, escucha las explicaciones del inspector Rodríguez, junto a Jesús Nogales y el inspector jefe de la Policía Judicial, José Manuel delBarco.-ISRAEL L. MURILLO

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M. R. / Burgos
Burgos

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Un modelo de zapatillas de deporte de la marca ‘Le coq sportif’ fue la pista definitiva que ha permitido desarticular en Burgos una célula de la mafia georgiana dedicada a roba en domicilios del centro, el G-3 y el G-2.Una exhaustiva investigación que se ha saldado con la detención de cinco personas, cuatro hombres y una mujer, a los que la Policía Nacional les atribuye al menos 52 asaltos durante los últimos meses.

Estos son los resultados, a grandes rasgos, de la denominada operación ‘Cátedra’, la tercera operación desarrollada en el último medio año contra la mafia georgiana después de que se desarticularan otras dos células en verano en las operaciones ‘Esponja’ y ‘Supergen’. Pero para llegar a las zapatillas que delataron al líder de la célula, los investigadores del grupo de 2 de la Brigada de Policía Judicial de la comisaría de Burgos han tenido que emplear muchas,«muchísimas» horas de ver imágenes de vídeo, según explicó ayer el comisario jefe provincial, Jesús Nogales, durante la presentación de los resultados de la operación.

El jefe del grupo 2 de la Policía Judicial, Alfonso Rodríguez Santocildes, indicó que durante el último trimestre del pasado año se habían experimentado un repunte de los robos con fuerza en domicilios. El jefe de la investigación señaló que los agentes pensaron que estos asaltos podían ser obra de otras dos nuevas células que se habían asentado en la ciudad. Así, en la zona sur se detectó que los domicilios asaltados tenían en las puertas restos de hilos de pegamento con el objetivo de detectar el ir y venir de los inquilinos, así como la presencia de personas en el interior.En estos robos se utilizaba la técnica del ‘bumping’ e ‘impresioning’, es decir, al ser cerraduras de lleva plana permite la apertura con estos métodos. En todos los casos se trataba de primeras viviendas, estaban normalmente habitadas.

Mientras se tiene constancia de estos asaltos en la zona sur, los agentes empiezan a detectar robos en la zona centro, en el G-3 y en el G-2, pero con unos métodos completamente distintos. «Las técnicas parecían más burdas, e inicialmente pensamos que podían ser serbios o croatas, más expertos de este tipo de aperturas», explicó el inspector Rodríguez, lo que hacía pensar en otros grupos. En concreto, los domicilios asaltados no presentaban restos de haber sido marcados previamente y la manera de acceder se hacía a través de fractura de bombín o apalancamiento. En algunos casos se hacía mediante el ‘ganzuado’, mediante el empleo de ganzúas para abrir las cerraduras de borjas o doble paletón.En estos casos, las viviendas asaltadas eran segundas residencias y pisos cerrados. Los delincuentes observaban detalles como persianas bajadas o la acumulación de correspondencia en los buzones. Unos robos en una zona se intercalaban con los de las demás, en oleadas. Después pasaba otra temporada sin que se produjera ningún robo, lo que obstaculizaba la investigación policial.

En este punto, «trabajamos las dos investigaciones de forma paleta, vimos que podía ser la misma célula que se había asentado en Burgos y que en función de los integrantes que se desplazaran manejaban una técnica u otra». De este modo, se activó la operación ‘Cátedra’. Después de revisar horas y horas de grabaciones de cámaras de seguridad, se dio con uno de los autores de los robos. «Lo más característico es que aparecen unas zapatillas de la marca ‘Le coq sportif’ modelo mega nylon tres bleu», explicó el jefe de la investigación. Se trataba de un modelo que solo se comercializa a través de internet, concretamente enFrancia. La comisaría llegó a desplegar hasta 70 agentes de paisano para localizar a esta persona. Una vez localizado se le sometió a vigilancias y seguimientos hasta que se constató que estaba relacionado con la célula que e había desarticulado el pasado verano en la operación ‘Supergen’. Utilizaba hasta cinco identidades diferentes para pasar desapercibido. «Pronto comprobamos que este varón realizaba envíos a Georgia a un ‘Vor v zakone’ (ladrón de ley)». Envíos que «casualmente eran al mismo líder que las células desarticuladas en verano habían realizado sus envíos».

El líder vivía con su mujer y su hijo de cuatro años en un piso de la zona sur que también servía para dar cobertura a las células itinerantes de la mafia georgiana para que se asentasen temporalmente en la ciudad para cometer los asaltos. Este individuo era el encargado también de hacer las labores de información sobre los domicilios que se podían asaltar, haciendo un análisis de las cerraduras y colocando los marcadores para determinar si había moradores o no. Una vez que se fijaban los domicilios, actuaba el llamado ‘mecanic’, el integrante de la organización encargado de la apertura de los domicilios, desplazado expresamente hasta Burgos para llevar a cabo esta labor. En algunos casos, los investigadores han constatado que eran capaces de abrir una cerradura en menos de diez segundos. El pasado 9 de abril, los agentes detectaron que los miembros de la banda estaban en el piso de la zona sur preparando una nueva oleada, por lo que se decidió detenerles. En el registro que se realizó, con la autorización judicial, se comprobó que había un taller para la fabricación artesanal de ganzúas y de elementos para la apertura de las cerraduras de viviendas.

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