El Correo de Burgos

SEMANA SANTA

Devoción y nervios entre los futuros cofadres burgaleses

Los niños, protagonistas de la procesión infantil del Amor y la Esperanza

Jóvenes costaleros se disponen a levantar el paso de la Virgen del Socorro en la calle Avellanos.-ISRAEL L. MURILLO

Jóvenes costaleros se disponen a levantar el paso de la Virgen del Socorro en la calle Avellanos.-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
V. MARTÍN
Burgos

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Nervios, ilusión y mucha concentración colmaron ayer la Iglesia de San Gil minutos antes de que arrancara la procesión infantil del Amor y de la Esperanza, la primera de estas características de las Semana Santa burgalesa, que nacía el año pasado. Los niños burgaleses fueron los encargados de acompañar y llevar la imagen de la Virgen del Socorro, una talla del siglo XV, que representa cómo María cuida a los niños.En su honor se fundó una de las primeras cofradías de Burgos y aunque la devoción se perdió con el tiempo, el taller de la diócesis restauró la imagen, que estaba bastante dañada, y fieles y devotos se encargaron de hacer ropa nueva a la Virgen y de realizar un paso preparado para los niños.En el interior de la parroquia, los niños esperaban impacientes el momento de salir y procesionar en un día con sol radiante. Antes de empezar a dar los primeros pasos y de que sonaran los primeros redobles de tambor, uno de los niños participantes se dirigió a los presentes para recordar el significado de esta procesión. «Los niños caminaremos con la Virgen para enseñar a quienes nos vean el amor que Jesús nos tiene, que entrega la vida por sus amigos, y el amor de María como madre, y en segundo lugar, la esperanza de la vida eterna porque el dolor de María se convertirá en alegría con la Resurrección». Y quiénes mejor que los niños para «mostrar esa esperanza de futuro», añadió y finalizó pidiendo a la Madre, «protección para todos».Precisamente a los niños que peor lo pasan o que tienen más dificultades en su vida se dirigieron algunas de las peticiones leídas por un grupo de pequeños cofrades. Tras ellos, el párroco de San Gil quiso explicar el significado de la muerte de Jesús con una historia que algunos de los presentes ya conocían. «En un pueblo hicieron una competición a ver quien tenía el corazón más bello, se presentaron muchas personas y una de ellas era un abuelo muy cansado y él resultó ser el ganador, porque el corazón más bello es el que está marcado por la entrega, tiene heridas por la preocupación por los demás y eso es lo que hace Jesús, entregar su corazón roto para darnos vida».Llegado el momento más especial de la cita, la procesión, los primeros en partir fueron los encargados de portar la Cruz de Guía y los ciriales a quienes siguieron un nutrido grupo de niños de la Schola Cantorum y miembros infantiles de varias cofradías. Los más mayores se encargaron de llevar el paso, a quienes siguieron representaciones eclesiásticas y civiles para cerrar la procesión.Por la calles de la capital todo eran caras de orgullo. Padres y abuelos estuvieron pendientes en cada momento de los protagonistas aunque los ensayos previos ayudaron a los más pequeños en el desarrollo de una procesión perfecta. Paso a paso, cofrades y costaleros arrancaron más de una vez los aplausos de los presentes, aplausos que se hicieron más intensos en el final del recorrido.En la cara de los niños todo era orgullo y felicidad.

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